Un maillot de la montaña tiene que ganar al menos dos etapas. O eso dicen y repite Julian Alaphilippe (QST), el mosquetero francés que ya se llevó una victoria de etapa en el primer día de los Alpes y consiguió repetir victoria en la primera jornada de los Pirineos. [Así te hemos contado la decimosexta etapa del Tour de Francia].
Los Pirineos prometían acción y en la primera jornada de la semana, cumplieron. No habían pasado 20 kilómetros de etapa cuando el pelotón se encontró con la carretera bloqueada. Unos agricultores habían puesto unos montones de paja en medio del trazado, se habían sentado encima y al lado, tuvo que venir la policía. La organización del Tour se vio obligada a detener la carrera. No solo hasta que se desalojó a los manifestantes, sino también hasta que los ciclistas se limpiaron los ojos tras ser afectados por gas pimienta.
Una vez reanudada la competición, como viene siendo costumbre, se formaron dos carreras: la de los escapados y la de la lucha por la general. En la primera entró Philippe Gilbert (QST), que consiguió quedarse solo en cabeza de carrera durante la subida al Portet d'Aspet (2ª). Coronó con un minuto de ventaja sobre sus perseguidores, pero todavía le quedaban 62 kilómetros hasta la meta, dos puertos de primera categoría y el descenso del Aspet. Allí perdió todas sus posibilidades en una curva, en un despiste, en un derrape. Se estrelló contra el bordillo protector y cayó dos metros. Todos se alarmaron. En ese mismo descenso, en 1995, siete kilómetros más abajo, falleció Fabio Casartelli. Pero Gilbert salió. Cuando las cámaras volvieron a enfocarle, se miró el codo, lleno de heridas, y se volvió a subir a la bicicleta. Terminó la etapa, pero, tras los exámenes médicos, tuvo que abandonar.
Antes del Col du Portillon (1ª), último puerto de la etapa, quedaban 17 ciclistas en la fuga. Entre ellos, dos españoles —Marc Soler, Gorka Izagirre— los dos franceses que luchan por el maillot blanco de los jóvenes —Pierre Latour (AG2R) y Guillaume Martin (WGG)— y los dos que se disputaron la etapa en el descenso —Julian Alaphilippe (QST) y Adam Yates (MTS)—. El británico sacó 20 segundos al francés en la cima, pero tenía que arriesgar en la bajada. Los dos arriesgaron. Yates se llevó la peor parte: derrapó, se raspó el costado izquierdo con el asfalto, y dejó a Alaphilippe en cabeza de carrera, solo, para llevarse la victoria.
Hubo otro ganador en la 16º etapa del Tour de Francia: Peter Sagan (BOH). El eslovaco es ya matemáticamente ganador del maillot verde del Tour de Francia. Solo la carrera —un abandono, una llegada fuera de tiempo, una sanción— puede quitárselo. Si aguanta ahí las últimas cinco etapas, en París obtendrá su sexto premio de la regularidad en el Tour, algo que solo consiguió Erik Zabel. Pero Sagan, el hombre que solo ha vestido dos veces el maillot de su equipo en la Grande Boucle (fue en 2012; el resto del tiempo ha llevado el maillot verde, el amarillo o el de campeón del mundo) tiene 28 años. Aún tiene tiempo para hacer historia.
Los hombres de la general siguieron en modo avión. Sky lleva el ritmo y no deja que los demás atacan. Dumoulin, Roglic o Landa esperan. Tampoco es cuestión de arriesgar y perder más tiempo. Prefieren esperar a la jornada del miércoles, la segunda más corta de la historia, la de la innovadora salida en parrilla, cuando Geraint Thomas y Chris Froome no cuenten con sus gregarios y tengan que enfrentarse solos con sus adversarios.
Noticias relacionadas
- Espectacular caída de Gilbert en el Tour de Francia
- El boicot de los agricultores detiene la etapa del Tour
- Froome se conforma con que el 'amarillo' lo lleve alguien del Sky
- El Tour echa a un ciclista del Sky por agredir a un rival en plena carrera
- Todos contra Sky: los Pirineos deciden el Tour de Francia
- Ion Izagirre pierde la etapa del Tour al sprint ante Nielsen
- Omar Fraile, el final a dos años de sequía española en el Tour de Francia
- Omar Fraile se consagra en el Tour y consigue el primer triunfo español