“Ellos lo han hecho todo bien”. Hubo déjà vu en el Palau Blaugrana, sí, pero a la inversa y mucho más bestia. Esta vez, quien hablaba en estos términos en la entrevista previa al descanso no era Andrés Nocioni, sino Tyrese Rice. El único sustento de un Barça de vergüenza ante un Madrid que le barrió de su pista sin miramientos. La medicina de hace casi dos semanas fue devuelta, y de qué manera. Todos los palos tocados entonces sin éxito sonaron a la perfección este viernes: un Llull imparable, un Randolph en su versión más dada al 'highlight', una defensa opresiva desde el minuto uno… Muchos argumentos a favor a un lado de la pista y muy pocos, casi ninguno, al otro. En Europa los roles cambiaron, con un cuento que acabó con una derrota mucho más sangrante que la liguera. Tanto como para resultar el mayor triunfo del Real Madrid en la cancha de su adversario por antonomasia (Narración y estadísticas: 63-102).
Ya lo dejó entrever el Madrid desde el inicio del encuentro, con un 1-9 que ratificaba lo tocado que quedó el carácter de Laso y los suyos en el envite ACB. Apenas supo reaccionar el Barça, trayendo la igualdad al marcador durante muchos menos minutos de los deseados. Y tan sólo en la primera parte. Definitivamente, el eterno rival había desempolvado su versión más arrebatadora, para nada escondida en este compromiso europeo. “Había algo de orgullo en este equipo que nos ha hecho salir así”, contaba Chus Mateo, segundo entrenador, antes de afrontar los 20 minutos finales.
Sobró garra, desde luego toda la que faltó por parte del anfitrión. Entraron los triples, hubo Llulldependencia positiva y una presión sobre el balón que dejó más que asfixiado al Barça. Las pérdidas hicieron mucho daño a los azulgranas, entre los que sólo un Rice extrautilizado volvió a sobresalir a un nivel similar al del último envite. No hubo noticias de Tomic ni tampoco de Perperoglou, tan importantes en el último domingo aciago blanco en el Palau. Dorsey quiso poner algo de mordiente por dentro y acabó llevándose un tapón difícilmente olvidable por cortesía de Randolph.
Sombra hace 12 días de lo que es habitualmente, fue luz para el Madrid este viernes. Anotó, reboteó e incluso mutó en Dikembe Mutombo. Pero el ex del Lokomotiv Kuban y de la NBA tiene bien claro quién es el jefe en su nuevo equipo. Nunca brilló más que Llull, en una semana de cumpleaños mágica para el menorquín. Sopló sus 29 velas ante el Panathinaikos y no dejó que la fiesta decayera contra el Barça. Todo volvió a salir a pedir de boca y pareció mentira que estemos ya en noviembre y no, otra vez, en octubre.
Hasta Jaycee Carroll, otro jugador anodino la última vez que el rival vestía de azulgrana, recuperó su habitual buen 'feeling' en los Clásicos. Tuvo sus minutos de gloria, como también los atesoraron Felipe Reyes, Nocioni (uno que tampoco falló en liga) y hasta Doncic, con un triple inaugural para aclarar las intenciones de revancha de los suyos. Las que dejaron sin apenas historia a un encuentro retransmitido hasta en 200 países y que ciertos aficionados del Barça ni siquiera quisieron ver finalizar. Tan insulsa fue una segunda parte que no sirvió ni para que los locales reaccionaran (dos puntos anotados durante buena parte del último cuarto) ni para que los visitantes bajasen el pistón.
Con una diferencia final que quedó al borde de los 40 puntos, nunca cejaron en su empeño de castigar la (para ellos) osadía cometida por los chicos de Bartzokas hace días. Si el Madrid quería venganza, la tuvo. Vaya si la tuvo. De tanta envergadura que lo anecdótico se queda anclado sin remedio en la Supercopa y en el partido de ida de la Liga Endesa. Porque este Clásico, este sí, es de los que duelen. ¿O acaso no resulta sangrante ver a un equipo de la magnitud del Barça deambulando por la pista, totalmente ido y sin ninguna capacidad de reacción? Para todo buen amante del baloncesto, sí, sin duda.
Ficha técnica
63 - FC Barcelona Lassa (17+15+15+17): Rice (23), Oleson (6), Eriksson (2), Holmes (8), Tomic (5) -cinco inicial-, Dorsey (10), Vezenkov (5), Peno (2), Koponen (2) y Perperoglou (-)
102-Real Madrid (29+25+21+27): Llull (20), Doncic (8), Maciulis (5), Reyes (9), Ayón (-) -cinco inicial-, Draper (-), Rudy (9), Randolph (18), Nocioni (7), Carroll (19), Hunter (7) y Taylor (-).
Árbitros: Boris Ryzhyk (Ucrania), Carmelo Paternico (Eslovenia) y Matej Boltauzer (Eslovenia). Eliminados: Holmes, por parte del Barcelona.
Incidencias: partido correspondiente a la octava jornada de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana ante 7.013 espectadores.