Los jugadores de la NBA podrán consumir marihuana a partir de la próxima temporada. Un hito dentro del deporte estadounidense y mundial que se ha conseguido tras la negociación entre la Asociación de Jugadores y el comisionado de la liga de baloncesto, con la figura de Adam Silver a la cabeza.
Un nuevo convenio colectivo, que durará unos siete años y estará vigente a partir de la próxima temporada, ha permitido que los jugadores de la considerada mejor liga de baloncesto puedan consumir marihuana sin temor alguno a ser sancionados. Por dicho motivo, podrán utilizarla como sustancia recreativa sin que interfiera en los controles realizados hasta el momento por la NBA.
Una decisión motivada por la presión que habían ejercido los jugadores en las últimas temporadas, especialmente con estrellas reconocidas como Kevin Durant. Como resultado de las negociaciones, la NBA eliminará los controles a partir de la próxima temporada. Hasta el momento, la marihuana era una sustancia castigada en la liga y que dejaba sanciones de cinco partidos sin jugar si se daba positivo en tres controles.
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El punto de inflexión llegó tras la burbuja de Orlando, donde la Covid-19 obligó a que los jugadores viajasen hasta allí y no pudiesen consumirla. "Allí se rompió el estigma de que no podías jugar si tomabas. Es un momento en el que estás en paz con tu mente, con tu cuerpo, con tu alma. Y puedes salir allí fuera y solo jugar. Esto es lo que quieres", explicó JR. Smith, uno de los jugadores más reconocidos de los últimos años en la liga y uno de los fieles defensores de esta sustancia.
Tras la aprobación de este convenio, donde solo falta el visto bueno de las franquicias, se ha producido una decisión histórica en el mundo del deporte. Cada vez más modalidades, en especial las estadounidenses, habían coqueteado con dar el visto bueno a la marihuana, y la NBA se ha convertido en la última en aceptarla.
Conflicto internacional
Sin duda alguna, la decisión de la NBA afecta al deporte mundial debido a que es la competición más potente que la acepta dentro del panorama internacional. No son muchas las que permiten el consumo de la 'maría', pero sí que se ha ido instaurando su permisividad en ciertas modalidades en los últimos años.
Las Grandes Ligas de Béisbol en Estados Unidos permiten su consumo desde 2019 y en la UFC, con Conor McGregor como principal embajador en las artes marciales mixtas, no es considerada sustancia dopante desde 2021, ya que se puede hacer uso de ella excepto en los días de combate. Dos ejemplos que han servido a la NBA para dar su brazo a torcer y permitir que los jugadores puedan recurrir a ella siempre que lo necesiten.
Sin embargo, una de las que más tienen que decir en este aspecto es la Agencia Mundial Antidopaje. La principal vara de medir en cuanto al deporte internacional en este aspecto sigue sin permitir su consumo, ya que el cannabis se encuentra en la lista de sustancias prohibidas en 2023.
Para negar su uso en los atletas alegaron que incumple dos de los tres puntos claves: el primero se basa en que puede ser un potenciador del rendimiento deportivo, el segundo señala que representa un riesgo para la salud del deportista y el tercero indica que viola el espíritu del deporte. En definitiva, la Agencia Mundial Antidopaje se ha mostrado enérgicamente contraria a ello, pues no ha dado su brazo a torcer.
Sin embargo, la controversia se ha seguido generando en los últimos años. El último gran caso ocurrió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El positivo por consumo de marihuana de la atleta Sha'Carri Richardson. provocó que la estadounidense no pudiese estar en la capital japonesa por tener que cumplir un mes de castigo.
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Eso provocó que en Estados Unidos se abriese un debate sobre su legalización o no. Mientras muchos estados del país ya permiten que se consuma sin mayores problemas, como Oregón, Alaska o California, hay otros que no. Sin embargo, el debate ya ha llegado a las altas esferas y ha sido objeto de debate político.
Rebajas y peticiones
Aún así, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha ido rebajando sus elevadas pretensiones iniciales para ser más laxa en cuanto al consumo de marihuana. La actual norma señala que está prohibido el THC en la competición, siempre y cuando la cantidad hallada en la orina no supere los 150 nanogramos por litro.
Una cantidad que ha sido aumentada de manera considerable si se compara con la que imperaba en 2013. En este aspecto, la AMA solo consideraría que alguien daría positivo si ha consumido una gran cantidad. Además, todos aquellos que no pasen los controles pero puedan argumentar que su consumo fue alejado de la competición y no ha interferido en su rendimiento, solo tendría que cumplir tres meses de sanción (uno si se acepta ir a un programa de tratamiento). Hasta 2021, los castigos oscilaban entre los y los cuatro años.
En 2018 también hubo un cambio sustancial en cuanto a la legislación de la Agencia Mundial Antidopaje. El cannabidol (CBD) salió de la lista de sustancias prohibidas, ya que éste permitía a los deportistas consumir el componente no psicoactivo del cannabis.
Por lo tanto, se puede entender que la legislación en el deporte mundial con la marihuana se encuentra en una tendencia descendente. Cada vez los castigos son menos duros, por lo que se puede entender que está más cerca. Por consecuencia, la aprobación de su consumo en ligas de enorme calado como la NBA abre las puertas para que se instaure como algo habitual.
Además, las diferentes agencias antidopaje de países como Estados Unidos o Países Bajos ya han mostrado su disconformidad con la AMA. Tanto uno como otro han pedido que se rebajen los castigos o que incluso se excluya de la lista la marihuana, permitiendo así su libre uso entre los deportistas.
Por el momento, lo único cierto es que con el paso adelante dado por la NBA, admitiéndola como una sustancia más y eliminando los controles antidoping para ella, ha creado un precedente al que pueden agarrarse otras competiciones o incluso deportes. Mientras tanto, la AMA sigue sin dar con su brazo a torcer, aunque haya rebajado sus pretensiones.