Bobby Portis ha conseguido hacer una importante carrera en la NBA. Sin embargo, su figura quedará siempre ligada a un enfrentamiento que tuvo en su etapa en los Chicago Bulls con Nikola Mirotic. El ahora jugador de Milwaukee Bucks tuvo una gran pelea con el ala-pívot montenegrino, con quien llegó a las manos en un entrenamiento.
La tensión entre ambos era patente y dentro del vestuario tenían claro que era algo que iba a estar en algún momento. Sin embargo, lo que no esperaban es que tuviera consecuencias tan graves. Nikola Mirotic terminó con varias fracturas maxilares y Portis con una sanción de la NBA de ocho partidos sin jugar.
Además, su imagen quedó muy dañada en la mejor liga del mundo. Sin embargo, tras aquello, Portis consiguió levantarse aunque no olvida el incidente que ha marcado su trayectoria. Seis años después, y tras pasar por el pódcast The Old Man and The Three que dirige el exjugador JJ Redick, el que fuera complemento del quinteto de los Bulls habla sobre aquella famosa pelea con la estrella del FC Barcelona.
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"Fue una de esas situaciones en las que él y yo estábamos en un ida y vuelta en la pista. Yo anoto, él anota, yo anoto, él anota. Y él estaba como 'yo, yo, yo'. No me gustó eso y él se abalanzó sobre mí y me empujó". Así narra Portis que comenzó un conflicto que terminó con uno de los puñetazos más comentados, pero nunca vistos, de la historia de la NBA. La agresión se produjo fuera de las cámaras al ser un entrenamiento, pero la repercusión fue enorme dentro del universo del baloncesto.
Ahora, Portis se justifica por aquello asegurando era habitual vivir con esa tensión cualquier entrenamiento en el vestuario de unos Bulls muy conflictivos: "No era nuestra primera vez haciendo eso. Todo el mundo lo hacía en los Bulls. Era nuestra cultura. Todos nos metimos en alguna pelea".
La acusación de Portis
Sin embargo, a pesar de que su conducta fue incorrecta, Portis asegura que le cambió la vida, en algunos aspectos para mal, y en otros para bien. Y también señalada de manera directa a un Mirotic con quien no llegó a hacer las paces plenamente: "Fue una de esas pequeñas cosas que te cambia la vida. Me hizo ser mejor persona y mejor jugador de baloncesto".
"Cuando volví de la suspensión, le tuve que enseñar a la gente lo que valía y que realmente puedo jugar. Durante aquel tiempo, se empañó mi nombre, mi reputación y mi imagen". A pesar de ser protagonista de una situación tan desagradable, Portis consiguió relanzar más tarde su carrera.
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Encontró acomodo en los Bucks, franquicia con la que después ganó el anillo de la NBA, cerrando de la mejor manera posible su historia: "Siempre estaré agradecido a Milwaukee. Venir aquí y ser capaz de lavar mi imagen y mi nombre y mostrar a todos que soy más de lo que la prensa dice de mí".