España llevó al límite a Estados Unidos (67-79) en la final del Mundial sub17 de la FIBA. Tuvo que remontar el conjunto americano, que se proclamó campeón del mundo por sexta vez consecutiva. El equipo nacional fue superior hasta el tercer cuarto, haciéndose con su primera plata y con Izan Almansa recibiendo el MVP del torneo.
La nota negativa del encuentro llegó por parte de la selección campeona. Ron Holland, uno de los integrantes del combinado de Estados Unidos, empañó los últimos segundos de la final por su actitud provocadora y antideportivo. Eso desencadenó en una tangana, con gestos del lado norteamericano que van en contra de los valores del deporte.
Todo empezó cuando Holland, sorprendentemente, seguía presionando con intensidad a los jugadores españoles mientras al partido no le quedaba más que dejar pasar los últimos segundos. El norteamericano luego fingió una agresión y retó a sus rivales para verse las caras fueras de la cancha. Los campeones se encararían también con el público de Málaga, sede de la final.
Había un ambiente de noche grande en el Carpena, en un partidazo deseado por propios y ajenos en este mundial, aspirantes contra invencibles. España no pareció lo primero, más lo segundo, en un arranque de partido a un nivel excelso (15-11, minuto 5).
Hugo González sacó la rabia y fue el reflejo de la confianza de España con un mate a dos manos que puso un +4 en el marcador y la sensación de que los estadounidenses son muy buenos, pero en un escenario así y ante un equipo peleón como el de Javi Zamora no están nada cómodos.
Con el ruido de la afición volcada, España estaba extramotivada en un primer cuarto que podría calificarse como perfecto (20-13). El juego dinámico, inteligente y paciente en la búsqueda del tiro liberado de España se estaba imponiendo a la ley del uno contra uno de los americanos.
Una de las claves sería mantener la rudeza defensiva para minimizar lo posible a esos físicos privilegiados, como el de Sean Steward por dentro o la buena muñeca de David Castillo por fuera (33-31, minuto 17).
Con Aday Mara e Izan Almansa compartiendo parqué, la zona se le complicó a Estados Unidos y empezaron los errores no forzados, como pérdidas de balón o pasos, momentos para volver a distanciarse e irse al descanso ganando de cinco.
Los americanos querían llevar el partido a su terreno, esa especie de baloncesto-atletismo, juego a correr y presión alta para robar y finalizar. España aguantaba como podía el tute físico, pero los errores llegaron cuando vino el cansancio (49-54, minuto 28).
Estados Unidos se creció y España acusó los errores en ataque y los desajustes en el repliegue. Dos triples consecutivos de Fland y Knox hirieron demasiado al término del tercer cuarto (51-62).
Solo quedaba remar para una remontada difícil, sobre todo por el acierto exterior que empezó a tener el combinado americano. España buscó más a Aday Mara, pero la defensa visitante mostró su mejor versión y no había manera de superar la barrera de los diez puntos en contra.
¡Campeones, campeones!
Se luchó y se perdió con la cabeza muy alta, siendo la selección que más cerca estuvo de tumbar al gigante estadounidense, que nunca ha perdido un partido desde que se celebra este campeonato. El público gritó eso de "¡Campeones, campeones!" pese a la derrota.
El ala-pívot español Izan Almansa, que ha promediado un doble-doble en el torneo (12,7 puntos y 11,5 rebotes) fue nombrado el mejor jugador del torneo (MVP) y fue ovacionado por todo el Carpena, y además, el propio Almansa y Lucas Langarita entraron en el mejor quinteto del torneo.