La baloncestista estadounidense Brittney Griner, que lleva meses retenida en Rusia, se ha declarado culpable esta semana de los cargos de tráfico y posesión de drogas. Ahora ha acelerado potencialmente la conclusión de su caso despejando el camino para un acuerdo con Estados Unidos o, tal vez, una solicitud de clemencia.
En cualquier caso, parece complicado que se solucione por la vía legal, y EEUU tendrá que trabajar la vía diplomática para tratar de repatriar a la jugadora a su país de origen.
La situación de Griner es complicada, ya que, según los expertos, su mejor baza es que el gobierno de Biden garantice su libertad liberando a un ruso detenido en Estados Unidos. Ha surgido el nombre de un prisionero en particular: Viktor Bout, un traficante de armas ruso que cumple una condena de 25 años de prisión. Es decir, un intercambio de prisioneros al uso, pero que con la actual tensión entre los dos países no parece sencillo. Aun así, este tipo de negociación fuera de la vía judicial solo podría tener lugar después de que acabe el proceso legal, según los funcionarios rusos.
"Está claro que no hemos completado los procedimientos judiciales necesarios", dijo el viceministro de Asuntos Exteriores, Sergei A. Ryabkov, a las agencias de noticias rusas el jueves cuando se le preguntó sobre un posible intercambio. "Hasta que esto ocurra, no hay motivos nominales, formales o procesales para dar ningún otro paso".
Griner, de 31 años, es una de las referentes de las Phoenix Mercury, con las que ganó la WNBA en 2014. Además de ser considerada como una de las pívots más dominantes de la liga, Griner ha sido elegida en siete ocasiones para el All-Star de la WNBA y también tiene dos medallas de oro olímpicas con la selección de Estados Unidos.
Bajo la campaña #WeAreBG (#SomosBG, por las iniciales de Griner), tanto la WNBA como la NBA se han volcado en las últimas semanas para exigir la liberación de Griner y su regreso a Estados Unidos.
Y es que, en estos momentos, la situación de Griner es ciertamente peliaguda porque, aunque ha reconocido los cargos, ahora faltan las fases de condena y sentencia de su juicio. La próxima fecha marcada en rojo para Griner es el 14 de julio, día en el se sabrá la sentencia a la deportista estadounidense.
Hasta 10 años de cárcel
Ciñéndonos a los hechos, Griner está acusada de posesión ilegal de drogas y de contrabando de una "cantidad significativa", en este caso aceite de cannabis. En su comparecencia ante el juez en las afueras de la capital rusa en el segundo día de su juicio, Griner dijo que había llevado involuntariamente una sustancia prohibida al país porque había hecho la maleta con prisa.
A pesar de las justificaciones, fue detenida y las autoridades rusas señalaron que encontraron cartuchos de vapeo con 0,7 gramos de aceite de cannabis en su equipaje cuando Griner llegó en febrero para jugar al baloncesto. Unos meses que podrían convertirse en hasta 10 años de pena, que es el máximo castigo en Rusia por este tipo de delitos.
Desde que se conoció la decisión de Griner de declararse culpable, sus asesores ya han comenzado los contactos con Estados Unidos para encontrar una solución que parece que, de llegar, tendría que hacerlo por la vía diplomática.
"Teniendo en cuenta la naturaleza de su caso, la cantidad insignificante de la sustancia y la personalidad de Brittney Griner y su historial de contribuciones positivas al deporte mundial y ruso, la defensa espera que la declaración sea considerada por el tribunal como un factor atenuante y no haya una sentencia severa", dijo su equipo legal en un comunicado.
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En la audiencia del pasado jueves, la miembro de la embajada estadounidense en Moscú, Elizabeth Rood, entregó a Griner una carta del presidente Biden. Una posibilidad de que el mandatario solucione el problema que ahora mismo parece algo remota, ya que la guerra de Ucrania y las declaraciones del presidente norteamericano hacia Putin no allanan el camino para una solución ni rápida ni sin polémica.
Ryabkov ha insinuado que Moscú estaba interesado en negociar sobre el destino de Griner, diciendo que la ayudaría "una lectura seria por parte de los estadounidenses de las señales que recibieron de Rusia, de Moscú, a través de canales especializados".
Un intercambio y una carta
La agencia de noticias rusa Interfax informó de que el viernes Ryabkov hizo hincapié en que cualquier negociación de este tipo debería llevarse a cabo en privado. "En cuanto a cualquier fórmula de intercambio, nuestra postura es inamovible: Esto debe hacerse en privado, utilizando los canales disponibles. No estoy seguro de que cualquier actividad adicional, especialmente cualquier actividad realizada en público, pueda ayudar a alcanzar un compromiso correcto y equilibrado".
Antes de declararse culpable, Griner se comunicó con Biden este lunes 4 de julio, fiesta nacional en Estados Unidos por el Día de la Independencia. Le envió una misiva de socorro pidiendo ayuda para salir de prisión y regresar a casa: "Estoy aterrada de que pueda estar aquí para siempre", escribió Griner en uno de los extractos de esa carta que sus representantes facilitaron a la cadena ESPN.
"Soy consciente de que está lidiando con muchas cosas, pero por favor no se olvide de mí y de los otros detenidos. Por favor, haga todo lo que pueda para llevarnos a casa", agregó.
"El 4 de julio, nuestra familia normalmente honra el servicio de aquellos hombres que lucharon por nuestra libertad, incluido mi padre, que es un veterano de la guerra de Vietnam. Me duele pensar cómo celebro normalmente este día porque la libertad significa algo completamente diferente para mí este año", añadió.
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Griner, que dijo haber votado por Biden en las elecciones de 2020, señaló que sigue creyendo en el presidente y en lo que pueda hacer por su situación y también lamentó el dolor de sus familiares y amigos.
"¡Echo de menos a mi esposa! ¡Echo de menos a mi familia! ¡Echo de menos a mis compañeras de equipo! Me mata saber que están sufriendo tanto ahora mismo. Me siento agradecida por todo lo que pueda hacer en este momento para llevarme a casa", indicó una Griner que parece que ahora mismo tiene su futuro en manos de la diplomacia y de las muy tensas relaciones entre EEUU y Rusia.