El año 2021 quedó como el del fin de una era en el baloncesto español. Las retiradas de los hermanos Gasol, especialmente de Pau a los 41 años, marcó un antes y un después en la historia de la disciplina nacional. Sin embargo, cerrado el capítulo del adiós, la Selección se enfrenta al de la reconstrucción. 2022 será el año del examen a la nueva generación que debe mantener a España en las primeras plazas del ranking FIBA.
La cita más esperada para la selección española de baloncesto será la del próximo Eurobasket del mes de septiembre. Una cita a la que la campeona del mundo llegará con muchos cambios y, al menos así se espera, defendiendo todavía el cartel de favorita al título continental. La primera fase del torneo no apunta a ser complicada con enfrentamientos ante Georgia, Rusia, Turquía, Bélgica y Bulgaria, pero las incógnitas que hay sobre cómo será el equipo nacional mantienen esa pequeña duda.
Sergio Scariolo será quien dirija al equipo en el campeonato. Este es el único aspecto está confirmado tras su reciente renovación hasta los Juegos Olímpicos de París 2024. Por el contrario, lo que se desconoce es qué equipo podrá llevar a España tras la disolución de la Generación de Oro. A las despedidas de Sergio Rodríguez y los Gasol, y a la espera de saber si el resto de veteranos continúa, se ha sumado recientemente la lesión de larga duración de un Ricky Rubio que, de llegar, sería un milagro.
Las bajas son numerosas y muy importantes. A la vez, suponen el impulso necesario para que la nueva generación dé un paso al frente. Los hermanos Hernangómez, siempre que la NBA se lo permita, han demostrado estar capacitados para tirar de la Selección cuando sea necesario. Y la aparición de nuevos talentos como Usman Garuba, Santi Aldama o hasta López-Arostegui en el Valencia Basket confirman que hay calidad para que España se mantenga en la élite de selecciones.
El Eurobasket 2022 servirá para comprobar la capacidad del nuevo grupo y para ver cuál es el guion que quiere escribir Sergio Scariolo con esta nueva selección. Antes de la cita continental, y pensando también en 2023, el seleccionador tendrá los exámenes periódicos de las ventanas FIBA. La campeona del mundo no tiene plaza asegurada para la cita de 2023 y se deberá ganar el billete en los sucesivos partidos de clasificación.
Por el momento, la segunda unidad de la Selección ha cumplido con creces. Ya lo hizo en su día cuando los Gasol continuaban en el equipo nacional y los clubes de Euroliga no podían ceder a sus jugadores. Y, en ese ambiente, se dejó ver un grupo sin grandes nombres pero con una coralidad que cumplió los objetivos. Algo a repetir en las próximas citas de febrero, junio y agosto, cuando España tenga que centrar toda su atención en la consecución de un Eurobasket que no gana desde 2015, la penúltima cita de selecciones de estas características.
Tokio fue el fin
La última aparición de la selección española de baloncesto, con todas sus estrellas, fue en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. España llegó como una de las grandes favoritas a las medallas y en la mayoría de las encuestas se contaba con los de Sergio Scariolo como candidatos a llevarse un metal. Una imagen de potencial del baloncesto que se reforzó en las primeras jornadas de la fase de grupos y que, sin embargo, quedó anulada tras caer ante Eslovenia.
España cayó ante los de Luka Doncic y se encontró con Estados Unidos en los cuartos de final. Un partido que, pese a ser peleado hasta el final, acabó del lado norteamericano por 85-91. Una derrota que puso fin a la estancia de la Selección en Tokio y que adelantó la retirada de Pau y Marc Gasol, así como la posterior de Sergio Rodríguez. A falta de saber qué veteranos continuarán, el 2022 es el principio de una nueva etapa en el baloncesto patrio.
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