Mohamed Katir (Alcazarquivir, Marruecos; 1998) celebró el Año Nuevo en un hotel de Madrid. El atleta, residente en Mula (Murcia) desde que tenía cinco años, se sirvió una doble ración de solomillo antes de pasar al champán y las uvas. Rodeado de otros compañeros de profesión se despidió de 2021 aún en el cuerpo con la última alegría que le deparó el año: su victoria en la San Silvestre vallecana.
El broche de Katir al 2021 estuvo a la altura de lo que fue el año de su irrupción en el panorama del atletismo español. Desde hacía 18 años, en 2003, que un español no ganaba la clásica carrera madrileña de Nochevieja. Fue Chema Martínez. El de Mula le relevó casi dos décadas después y lo hizo consiguiendo la mejor marca de un español en las 44 ediciones de la carrera: 27:45.
El burundés Rodriguez Kwizera, compañero de equipo de Katir, fue el único que apretó durante la carrera al vencedor, pero fue entrar en el barrio de Vallecas y el muleño se escapó. Al cruzar la meta exhibía su carisma, el mismo que se ha ido descubriendo durante los últimos 12 meses a cada victoria suya en las pistas.
Kwizera llegó 10 segundos después, y otro español, Nassim Hassaous, completó el podio con 28:05, dejado fuera al keniano Shadrack Koech (28:16) y al plusmarquista español de maratón, Ayad Lamdassem (28:19).
Katir, de familia de inmigrantes y llegado a España en patera, se ha erigido durante 2021 como la gran revelación del atletismo español. Sus marcas denotan lo que es y puede a llegar a ser este corredor, y es que solo en esta temporada ha batido los récords de España de 1.500, 3.000 y 5.000 en pista. Los 10km de la carrera madrileña gozaron de las grandes sensaciones que deja el muleño en cada reto.
Su próximo reto será la Noche de San Antón, el 15 de enero a lo largo de 10 km por las empinadas cuestas de Jaén, en las que se verá las caras, entre otros, con el ugandés Jacob Kiplimo, plusmarquista mundial de medio maratón (57:31) y en posesión del récord de la San Silvestre vallecana (26:41).
Pero el foco de Katir para 2022 está puesto en los grandes campeonatos, donde podrá confirmarse a nivel internacional. Este año tuvo en Tokio 2020 una primera toma de contacto contra los mejores y tuvo un sabor agridulce. A la final de los 5.000 llegó como los grandes y los pronósticos le colocaban cerca del podio, pero quedó octavo y se tuvo que conformar con el diploma olímpico. La inexperiencia en citas así y la presión por las expectativas le pasaron factura y no rindió como lo venía haciendo todo el año.
Calendario a lo grande
Será diferente para 2022, un año con importantes retos por delante para Katir y hasta tres citas de categoría en las que podría estar: el Mundial indoor de Belgrado (marzo), el Mundial de Eugene (julio) y el Europeo de Múnich (agosto). A Katir solo le vale terminar colgándose alguna medalla internacional durante el año.
El plan todavía no está establecido, tal y como él mismo reconocía en la previa de la San Silvestre ballecana: "De momento correré el 1.500 y el 3.000 en pista cubierta pero no sé si iré al Mundial indoor de Belgrado. De hecho, ni siquiera sé si correré el 1.500 o el 5.000 en el Mundial de Eugene porque no lo he hablado con mi entrenador. Lo que sí es posible es que doble en el Europeo de Múnich si llego bien", dijo. Lo que está claro es que Katir va a por todas.
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