Si has de tener una gran noche en la NBA, que sea en una pista legendaria como la del Madison Square Garden. Ricky Rubio (El Masnou, 1990) la tuvo este domingo al explotar a lo showtime y lideró con 37 puntos, su mejor marca, la victoria de sus Cleveland Cavaliers contra los New York Knicks (109-126).
Como es costumbre, Ricky Rubio no fue ni siquiera titular en los Cavs, pero eso no le impidió romper su récord encestador en la NBA, marcado en los 34 puntos que en 2018 anotó contra los San Antonio Spurs cuando era jugador de Utah Jazz. Su desglose es espectacular: 13 de 19 tiros de campo, incluidos 8 de 9 triples, y 3 de 3 desde la línea de personal.
El jugador de El Masnou salió encendido a la pista y durante los 31 minutos que disputó estuvo imparable para la defensa de los Knicks que vio como Rubio anotaba los cuatro primeros tiros que hizo desde fuera del perímetro.
Pero si su inspiración encestadora fue la mejor desde que llegó a la NBA, su presencia bajo los aros estuvo con tres rebotes defensivos, y nada que decir de su aportación en la dirección del juego al repartir otras 10 asistencias que le dieron el doble-doble al concluir el partido. Nunca antes en la historia de la NBA un jugador había firmado esos números saliendo desde el banquillo.
"Cuando la pelota entra, parece que estás ejecutando las jugadas correctas", destacó Rubio al concluir el partido. "Pero no se trata de anotar. Se trata de tomar el camino correcto, ir por el correcto cada vez".
Rubio dijo sentirse contento con la marca individual, pero sobre todo porque el equipo marcha por el buen camino ganador, madura y cada vez es más competitivo. "De eso se trata, de mejorar cada día un poco más y buscar el máximo de rendimiento que todos los jugadores podamos aportar al equipo", subrayó Rubio.
7-4 de los Cavs
La brillante actuación de Rubio permitió a los Cavaliers tener una marca ganadora de 7-4 después de haber conseguido el cuarto triunfo consecutivo.
El pívot novato Evan Mobley, tercera selección en el pasado sorteo universitario, también brilló con 26 puntos, nueve rebotes, cinco asistencias, una recuperación de balón y un tapón.
Otro hombre alto, el pívot Jarrett Allen se encargó de imponer su dominio bajo los aros al conseguir un doble-doble de 18 puntos, 17 rebotes, repartió cuatro asistencias y recuperó dos balones.
El rendimiento de Mobley y Allen juntos cada día va a más y se han convertido en una de las parejas de hombres altos más importantes que hay en la NBA. Los Cavaliers acabaron el partido con 48 rebotes por apenas 32 de los Knicks.
El escolta Darius Garland llegó a los 16 puntos y completó la lista de los cuatro jugadores de los Cavaliers que tuvieron números de dos dígitos.
Mientras que el equipo acabó con un 55 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 54% de triples, sin que nunca tuviesen respuesta por parte de los Knicks (6-4), que perdieron el tercer partido en los últimos cuatro disputados.
"En los partidos que hemos ganado, lo hemos hecho al imponernos en la lucha del cuerpo a cuerpo", destacó el entrenador de los Cavaliers, JB Bickerstaff. "Ganamos la competencia. El trabajo sucio. La parte valiente. No siempre tenemos que ser espectaculares y lo hemos demostrado".
Bickerstaff también dijo sentirse muy satisfecho por la manera como el equipo poco a poco va adquiriendo una identidad de juego, que era lo importante. "Esa identificación, saber lo que queremos hacer y podemos realizar en el campo ha sido lo que nos ha permitido tener el comienzo positivo de temporada que hemos logrado", expresó Bickerstaff.