Hablar de Luka Doncic es hablar de una excepción. Esa que siempre se da en todas las disciplinas de la vida para confirmar que es probable que se cuele algún extraterrestre entre los mortales humanos. A sus 22 años, este joven esloveno cuyo nombre conocen todos los aficionados al baloncesto ha conseguido liderar al Real Madrid en Europa, a una franquicia NBA como Dallas Mavericks y a una selección que también ha pasado una dura crisis en los últimos años.
Unos éxitos colectivos que ha acompañado de heroicidades individuales para escribir su nombre entre los mejores de la historia. Y eso que la suya propia no ha hecho más que empezar. Pero, como en todo, para conocer la figura de este genio incomprendido es necesario poner un contexto. Luka Doncic nació en 1999 una Eslovenia que siempre ha disfrutado de la pelota naranja y el cesto en lo más alto. Era, al menos a diferencia de ahora, un chico normal.
Sin embargo, todo comenzó a cambiar cuando con solo 13 años decidió dar un giro de 180 grados a su vida. Fichó por el Real Madrid, abandonó su país y a los suyos para pelear por un sueño. Se enroló en la cantera merengue, cuyo proyecto de formación va ligado también a los estudios, y aceptó un horario donde apenas quedan horas libres. O colegio o entrenamientos. Y, entre medias, se hacen amigos que pasan a ser familias. De blanco empezó a entablar amistades. Los que le conocieron en aquella época hablan de un chico tímido y delgado al que le había dado poco el sol. Eso sí, competitivo tanto en las pachangas como con el mando de la play.
Doncic creció y creció. Y con él su talento. El idioma dejó de ser un problema para alguien que entendía tan bien el baloncesto sobre el parqué. Destacaba en categorías inferiores y se convirtió en uno de los principales nombres del filial del Real Madrid. Su potencial no tardó en llamar la atención de la cúpula, encabezada por Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, y respaldada en Alberto Angulo como responsable de La Fábrica.
En abril de 2015 debutó con el primer equipo del Real Madrid. A sus solo 16 años, el tercero más joven en hacerlo en toda la historia de la Liga Endesa y el que más en el club merengue. En su primera acción clavó un triplazo y el WiZink Center conoció de primera mano lo que se venía. Meses después, Doncic anotó otros 14 puntos, aunque con el Júnior, para convertir al filial en campeón de Europa.
Llegó después su salto al primer equipo, su crecimiento físico y su adaptación psicológica. No podía conducir un coche pero sí al Real Madrid. Era el momento de la presión y de mirarle con lupa. Hasta una bronca de Pablo Laso, justo hasta para meter cuatro gritos a cualquiera de sus jugadores más allá de la edad o la jerarquía, generaba polémica. 216 partidos después, y con siete títulos bajo el brazo como una Euroliga y tres ACB, Doncic dio el salto a la NBA.
El Draft le dio la tercera posición, los Atlanta Hawks le traspasaron y Doncic acabó en Dallas Mavericks. Allí, en tres temporadas, ha levantado su imperio. Siendo rookie, y cobrando como tal, Luka Doncic se ha colado entre los mejores de la competición. El esloveno se ha llevado el premio al Rookie del Año, ha arrasado en varias votaciones populares, se codea en las estadísticas de talentos precoces con históricos como Jordan o LeBron y ya es un habitual del All Star de la NBA. Y todo ello con 22 años.
De las críticas al nuevo contrato
Su extensa trayectoria en cuanto a éxitos se refiere, sin embargo, ha ido acompañada de críticas. Desde un primer momento se puso en duda sus opciones en la NBA. Y allí, donde el conocimiento de jugadores no estadounidenses es bastante reducido, la cosa no cambió. Saltó al Draft y entre los jóvenes no calaba el nombre. Luego cambiarían de opinión. Pero las críticas en el sector del baloncesto norteamericano no cesarían.
Kendrick Perkins, ex de la NBA, le acusó de quejica con los árbitros. Un exentrenador como Lionel Hollins le echó en cara hacer "números vacíos". Y en los últimos días, periodistas de medios de referencia en la NBA como Brian Windhorst (ESPN), le ha acusado de ser conflictivo: "Siempre está ladrando por algo. Realmente, puede ser un tipo irritante". Incluso se ha hablado de una mala relación con Porzingis, a quien conoce muy bien personal y deportivamente por sus vínculos con la ACB y amigos en común, o de su estado físico por la subida de peso.
Pese a ello, Doncic ha aprobado en sus tres primeros años en la NBA y afronta una etapa completamente diferente. Porque todo lo conseguido hasta ahora lo ha hecho con un contrato de novato que le aleja mucho de las cifras astronómicas de otros nombres de la competición. En las dos primeras temporadas cobró cerca de 14 millones de euros y Dallas aún puede ir ejerciendo renovaciones de un año hasta completar las cuatro campañas. Todas ellas moviéndose en cifras de unos 10 'kilos' anuales.
Una situación muy rentable para Dallas que, sin embargo, cambiará. Según datos publicados por ESPN, el nuevo contrato de Luka Doncic podría ascender a algo más de 200 millones de euros repartidos en cinco temporadas. La cantidad dependerá siempre del límite de la franquicia, pero dejando claro el cambio notable de ficha que tendrá el esloveno. Hasta que eso llegue (en la 2022/2023), Dallas podrá seguir exprimiendo el contrato de novato.
La patria eslovena
Luka Doncic es imposible de entender sin su pasión por Eslovenia. El joven incluso recibió la propuesta de jugar para España, pero nunca tuvo duda alguna de a quién quería defender a nivel internacional. La decisión, sobre todo para su selección, no ha podido ser mejor. Además de darles ese puesto en la NBA, también les ha permitido recuperar su trono en el mundo del baloncesto. En 2017, sin ir más lejos, se proclamaron campeones de Europa ante Serbia. Doncic terminó lesionado, pero con ese esperado título con su país.
El conflicto de la FIBA con la Euroliga acabó el nacimiento de las ventanas FIBA. Y, a su vez, este nuevo formato de clasificación se cargó a más de una selección con opciones de medalla. Los grandes no cedieron a sus estrellas y Eslovenia, tan solo un año después, tuvo que asumir que no habían logrado la clasificación para el Mundial de 2019. Por ello, estar en los Juegos Olímpicos de Tokio era tan importante. ¿Ganar un oro o un anillo NBA? Su respuesta no deja lugar a dudas: "Diría que una medalla de oro con Eslovenia. Si juegas con tu país significa mucho. Pero no me importaría ganar ambas tampoco".
Ese sueño se podrá cumplir, pues Eslovenia ha acabado ganando el Preolímpico en toda una final ante Lituania. Y Doncic, en esa adicción sin nombre que tiene a hacer historia, se marchó con 31 puntos, 11 rebotes, 13 asistencias y 42 de valoración en un triple-doble histórico. En unas semanas será España, la misma que le vio crecer y que tanto le dio, la que pueda transformarse en víctima de su genial incomprensión en Tokio.
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