Los termómetros en España están marcando los peores datos de la ola de calor, de hecho, todas las comunidades peninsulares y Baleares continúan en alerta, si bien es cierto que se espera que las temperaturas bajen poco a poco. Hasta entonces, seguiremos viviendo las consecuencias de esta situación tan extrema, como por ejemplo, las llamadas islas de calor, que es una situación urbana, de acumulación de calor por la inmensa mole de hormigón, y demás materiales absorbentes de calor con los que se suele construir las edificaciones de una ciudad.
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Existen dos razones principales por las que se producen las islas de calor urbanas, y estas son la actividad urbana y la densidad la de población. Esto tiene que ver con que cuándo
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El aumento de la densidad de la población tiene que ver con que hay demasiadas personas viviendo en un espacio demasiado reducido. Las ciudades se encuentran muy masificadas, sobre todo, el centro de las mismas, lugares en los que se detectar las mayores temperaturas en verano.
Para evitar esto, sería muy importante aumentar las zonas verdes de las ciudades. El Doctor Pomponi señala lo siguiente: "La vegetación juega un papel crucial debido a la evapotranspiración. La evaporación transporta el calor hacia arriba desde las zonas más cercanas al suelo, y además las plantas transpiran".
De la misma forma, establece que: "La tendencia en décadas recientes ha sido poner dentro de los edificios más aparatos que consumen energía, como computadoras, refrigeradoras, impresoras, que liberan calor por lo que a su vez se colocan sistemas de enfriamiento que usan energía. Es un círculo vicioso".
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Cuatro y cinco grados más
El efecto de las islas de calor implica que el calor se queda atrapado en los niveles inferiores de la ciudad y hace que la temperatura por la noche siga siendo elevada. Concretamente, los estudios establecen que este efecto hace que el mercurio suba entre cuatro y cinco grados durante las horas nocturnas.
Las consecuencias principales de estas islas de calor son la peor calidad del aire y del agua en las ciudades. Esto tiene que ver con que la acumulación de edificaciones impide que los contaminantes que se emiten día a día se dispersen y sean menos tóxicos.
DESIREX fue un proyecto que buscó estudiar este fenómeno en la ciudad de Madrid y con él se podía ver cómo la capital tenía por las noches temperaturas mucho más altas que zonas periurbanas.
En consecuencia, identificar los puntos de nuestras ciudades con las temperaturas más altas y apoyar a los residentes que viven allí se han convertido en importantes problemas de salud pública. Sería necesario cambiar la disposición de las calles, así como el material con el que se construyen los edificios, puesto que esto ayudaría a bajar la temperatura.
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