Ayer sonaba a hit, hoy decepciona: el vídeo-adelanto de Con altura, de Rosalía, J. Balvin y El Guincho, fue entusiastamente compartido por miles de personas, pero cuando esta tarde ha podido masticarse la canción entera, el tema ha sabido a poco. Rosalía oposita para convertirse -también- en el himno del verano, pero no ha arrancado con fuerza. Buena prueba de que la canción no es para tanto es que los primeros comentarios que ha generado versan más sobre los diseños que viste la artista que sobre la potencia sonora de Con altura.
Rosalía es una diva y todo lo que toca va a ser juzgado desde la hipérbole, pero en esta ocasión, más que por su talento, destaca por la perfecta construcción de un personaje de moda: coletas con pompones rosas, perreo con pantalones de Louis Vuitton, un conjunto rojo que dibuja llamas en los pechos, pendientes de gitana, piruleta, mucha actitud desafiante y versos chuscos, del estilo "flores azules y quilates, y si es mentira, que me maten".
El vídeo ha sido dirigido por Director X y está ambientado en un avión -con El Guincho a los mandos-, donde J. Balvin y Rosalía montan la fiesta y acaban jugando a los videojuegos. La canción mezcla referencias al flamenco ("llevo a Camarón en la guantera"), a la salsa ("Héctor") y al ritmo cubano ("pongo palmas sobre la Guantanamera").
¿Lo mejor? Su excelente ejecución de la coreografía y una interpretación poderosa, chulesca, seductora y venida arriba. ¿Lo peor? El hype de un tema del que difícilmente se entiende, siquiera, la letra. El estribillo: "Esto es pa' que quede, lo que yo hago dura; con altura, demasiadas noches de travesura, vivo rápido y no tengo cura, y de joven pa' la sepultura". Aprobado raspado.
Aquí la explicación de la propia artista: “'Con Altura' es un homenaje al reggaeton más clásico y original: el reggaeton playero. Cuando era más joven me encantaba escuchar reggaeton y hubiera sido totalmente natural haber hecho una canción como ésta antes, pero no me gusta forzar las cosas. Como músico me he dejado guiar por mi intuición en todo momento. No fue hasta hace unos meses en un estudio en Miami cuando comencé a escribir siguiendo esta dirección: les propuse a mis colaboradores que trabajáramos con un sample de música dominicana que encontré, luego Frank Dukes añadió su propio sample y El Guincho, el beat... y así surgió esta grabación, un ritmo pop barcelonés-estadounidense-latino", relata.
"Una vez establecido el ritmo, escribí el gancho en menos de cinco minutos, y cuando eso sucede, es por algo. Estoy muy orgullosa de esta canción y tengo mucha fe en ella, porque hay inspiración en un género como el reggaeton, pero a nivel subjetivo y personal, desde un lugar de poder y fuerza. No dudé en enseñarle la canción a mi amigo José (J Balvin); le encantó y me envió esta estrofa original y llena de fuerza. Creo que todas las piezas de este rompecabezas se juntaron y están ahí con un objetivo. De verdad espero que todos los que escuchen la canción la reciban con el mismo amor con el que se hizo".