Dentro de la historia de los samuráis es complicado encontrar nombres de referentes femeninos. Y si estos aparecen siempre van acompañados de la etiqueta de "hija", "hermana" o "esposa de". Pero en ese mundo varonil y masculino encontramos a una figura histórica que combatió en el campo de batalla del primer gran conflicto armado de la historia de Japón, las Guerras Genpei. Ella es Tomoe Gozen, la guerrera japonesa por excelencia y todo un icono feminista.
Algunas de sus hazañas se recogen en El cantar de Heike, un poema épico clásico escrito a principios del siglo XIII, donde se relata que esta "mujer era de extremadamente hermosa, de blanquísima tez y larga cabellera, además de ser una guerrera valiente y capaz de manejar un arco poderoso". Su historia recuerda a la de Hua Mulan, la protagonista de la leyenda china sobre una joven que, disfrazada de guerrero, se une al ejército para reemplazar y salvar a su padre de ir a pelear una guerra contra los invasores nómadas. Aunque esta obra se compuso en el siglo VI.
Es una leyenda japonesa que protagoniza desde videojuegos hasta novelas, películas y series de televisión. "Tanto en combates de caballería como de infantería destacaba como un guerrero igual a mil. Con una espada en la mano podía enfrentarse a cualquiera de los demonios y dioses; y, con su caballo, que era bronco, podía descender por las cuestas más escarpadas. Cuando combatían juntos, Kiso le ordenaba llevar una armadura metálica, portar una gran espada y flechas para arcos poderosos. Fueron muchas las batallas en las que esta amazona se cubrió de gloria", recoge este documento histórico.
Su historia
Tomoe Gozen nació alrededor del año 1157 en Japón, en el seno de una prestigiosa familia de samuráis y era conocida en la época como la "esposa" o "amante" de Minamoto Yoshinaka (1154-1184), uno de los principales líderes de la revuelta Minamoto contra el gobierno Taira. Aunque era común entre las mujeres de las familias bushi recibir algún tipo de entrenamiento marcial, Tomoe destacó desde el principio y participó en batallas como un soldado más, rompiendo los estigmas machistas que rodeaban por aquel entonces a las mujeres.
Decidió formar parte del conflicto, implicarse e involucrarse como el resto de compañeros, dejando a un lado cualquier tradición femenina. La guerra entre los clanes Taira y Yamimoto (dirigido por el marido de Gozen) que se desarrollaba desde hacía varias décadas fue una en las que Gozen destacó. Tras alzarse los miembros del clan Taira como victoriosos, sus rivales decidieron años después vengarse.
Así se recuperó una guerra que culminó con la propia Gozen liderando las tropas en la derrota decisiva del clan Taira, para después entrar en Kioto y secuestrar al emperador. Una victoria agridulce, ya que se iniciaron rivalidades dentro del propio clan. Es entonces cuando tiene lugar la llamada "batalla final", que supondrá la desaparición de Tomoe Gozen.
Sin rastro de ella
Según cuenta, Tomoe Gozen estuvo combatiendo junto a Yoshinaka en varias de las batallas, como en la mítica Batalla de Kurikara en 1183 contra los Taira, o en la Batalla de Awazu en 1184, contra el ejército enviado por Yoritomo. Es en esa batallada donde muere Yoshinaka al quedar atrapado su caballo en un arrozal y ser abatido por flechas enemigas tras "pedir" a Tomoe que huyese.
Algunos afirman que Tomoe murió también en esta batalla, pero otros afirmaron que escapó con vida y abandonó su existencia como samurái para convertirse en monja y retirarse hasta su muerte. Un misterio que continua sin resolverse y que ha ayudado a convertir a Tomoe Gozen en leyenda.