El equipo de investigadores liderados por el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la Universidad de Alicante ha descubierto en Son Catlar (Ciutadella, Menorca) un depósito completo de materiales militares romanos. Fernando Prados, profesor titular de Arqueología en la UA y director del Proyecto Modular: arquitectura fenicia y púnica, ha calificado los hallazgos realizados durante esta campaña en el yacimiento de "espectaculares".
Los investigadores -el equipo está integrado por expertos de las universidades de Alicante, Murcia, Granada, Cádiz y Museu de Ciutadella- han estado excavando este mes de julio en el yacimiento menorquín de Son Catlar, el más extenso de toda la isla. La campaña ha sido enormemente fructífera, reuniendo numerosos materiales datados en torno al siglo I a.C. y relacionados con la presencia del ejército romano, que van desde armas hasta herramientas quirúrgicas.
"Estamos aportando a la nueva sede del Museu de Ciutadella un espectacular conjunto de materiales", ha subrayado subraya Fernando Prados en una nota de prensa enviada por la Universidad de Alicante. Tras un año sin poder excavar en el antiguo poblado talayótico, el único de las Baleares que conserva prácticamente intacta su muralla ciclópea, por causa de la pandemia de Covid-19, los arqueólogos han retomado el trabajo en la llamada zona de la puerta en codo.
Este tipo de estructuras eran características de la cultura púnica, y funcionaban como un sistema de defensa para protegerse de los posibles asedios de los romanos. Tras la conquista, los invasores probablemente enterraron el material recuperado buscando congraciarse con la ayuda divina. "Los soldados romanos eran muy supersticiosos y solían realizar estos ritos. En su época, el mundo de las puertas estaba cargado de magia. Los romanos daban un valor sagrado a las puertas de las ciudades, y sellar definitivamente una, conllevaría ciertas acciones de carácter mágico", ha valorado el arqueólogo.
El hallazgo de esta puerta cegada ha supuesto un "enorme salto hacia adelante en el conocimiento de la historia de Menorca", según se ha recalcado desde la UA. De la excavación de la esta parte del yacimiento y de la calle que parte desde la misma ha resultado el hallazgo de un depósito completo de materiales, enterrados por encima del nivel del suelo. Se trata de una gran cantidad de objetos típicos que portaban los militares romanos: armas, cuchillos, tres puntas de flecha, puntas de lanza, proyectiles, herramientas quirúrgicas o una sonda espátula de bronce.
Si bien no es extraño encontrar este tipo de material, sí lo es, en cambio, que se encuentre en tan buen estado, han apuntado los expertos. Fernando Prados ha señalado que la razón puede deberse precisamente al carácter de protector mágico que le atribuían los romanos en su defensa contra los malos espíritus a la hora de sellar puertas.
La conservación de todo el perímetro de la muralla en Son Catlar sitúa el yacimiento como fuente de gran valor, puesto "da mucho juego para estudiar la arqueología del conflicto y de la guerra". El programa científico del Proyecto Modular en la isla cuenta con el respaldo económico del Consell Insular de Menorca, el INAPH y el camping Cap Blanch, y con el apoyo logístico del Ajuntament de Ciutadella y la Asociación Histórico-Arqueológica Martí i Bella.