El primer desertor del Muro de Berlín: el loco arrebato del soldado que traicionó a los comunistas
Conrad Schumann era un joven de 19 años que traicionó a sus compañeros del Ejército Popular Nacional para cruzar a la Alemania Occidental.
12 agosto, 2019 16:47Noticias relacionadas
Tras la Segunda Guerra Mundial, las tensiones ideológicas entre las potencias victoriosas se hicieron evidentes. "Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero (...) Es preciso que los pueblos de lengua inglesa se unan con urgencia para impedir a los rusos toda tentativa de codicia o aventura", pronunciaba Churchill en la localidad inglesa de Fulton.
Estas palabras del entonces ex primer ministro británico dejaban claro que la colaboración entre la Unión Soviética y los países capitalistas eran imposibles. Desde el final de la guerra tanto Alemania como Berlín se había dividido en diferentes sectores controlados por los soviéticos, franceses, británicos y estadounidenses.
Según el catedrático de Historia Contemporánea Ricardo Martín de la Guardia, escritor de La caída del Muro de Berlín (La Esfera de los libros), "la grieta que se iba abriendo [entre ambos bloques] resultaba inquietante para las autoridades comunistas". En la década de los sesenta hasta 50.000 trabajadores cruzaban la frontera cada día para trabajar en las empresas capitalistas. No obstante, esos mismos trabajadores volvían al bloque del Este para aprovecharse de los alquileres más baratos.
En esta coyuntura, el Partido Socialista Unificado de Alemania propuso al Politburó varias medidas que evitaran la huida de la población. Finalmente, tras meses de debate interno y reuniones entre la cúpula comunista berlinesa, se decidió construir un muro de alambre —que posteriormente sería sustituido por un muro de hormigón— la noche del sábado 12 de agosto, exactamente hoy hace 58 años.
Se había iniciado la Operación Rosa, coordinada por Erich Honecker, responsable de seguridad dentro del Comité Central del Partido. Más de 10.000 personas participaron en la instalación de bloques de hormigón y alambradas de púas. "Para impedir las actividades agresivas de las fuerzas militares y revanchistas de Alemania Occidental se mantendrá un control en las fronteras de la RDA", difundía el Consejo de Ministros de la RDA.
Primer día, primer desertor
"La siniestra eficacia del muro se había dejado sentir desde su construcción en agosto de 1961. El muro había hecho de Berlín Oeste una isla rodeada de una inmensa cárcel", escribe Martín de la Guardia. Según las cifras oficiales de la Fiscalía de la República Federal de Alemania, en los 28 años que estuvo instalado el muro, murieron 86 personas en su intento desesperado por pasar al otro lado.
De las miles de personas que trataron de franquear el muro de hormigón hubo un primero, un primer desertor. El Ejército Popular Nacional eran las fuerzas armadas comunistas dedicadas a la supervisión del muro durante su construcción y a dicho cuerpo pertenecía Conrad Schumann.
Con apenas 19 años era uno de los centinelas que trabajó los primeros días de la edificación del Muro de Berlín. Por aquel entonces, a dos días del inicio de la construcción, el muro no era sino una pequeña valla alambrada. Un impulso le empujó a cometer el acto que él mismo debía detener a los demás ciudadanos. Soltó su subfusil y corrió hasta saltar la alambrada. Al cruzar la frontera se subió a un coche de policía de la República Federal Alemana. Esta huida histórica fue capturada por el fotógrafo Peter Leibing y la figura de Schumann se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría.
Por desgracia, el famoso desertor vivió con miedo hasta la caída del muro: "Solo desde el 9 de noviembre de 1989 [la fecha de la caída] me he sentido realmente libre". Incluso tras el final de la Unión Soviética siguió sin saber vivir en paz consigo mismo en su hogar en Baviera. Al final, Conrad Schumann, debido a una depresión, se suicidó ahorcándose en el año 1998.