La poliédrica figura de Hernán Cortés sigue sometida a una suerte de juicio inquisitorial contemporáneo presidido por las creencias populares y los postulados ideológicos. No consigue calar el relato que incide en el impulso cultural que otorgó la acción del conquistador español y sus hombres al Nuevo Mundo, al menos fuera del círculo de los historiadores; y el debate, cinco siglo después, sigue focalizado en las atrocidades cometidas durante la conquista.
Pero Cortés, más allá de un militar avispado y un político talentoso, fue "el pionero de la globalización", según Manuel Lucena Giraldo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Y lo define así porque los efectos de la llegada del extremeño a los dominios del Imperio mexica y su posterior conquista hicieron que "América quedase vinculada con el resto de continentes". México, bautizado en aquel entonces como Nueva España, se convirtió en "el corazón del Imperio español, la primera estructura política global de la historia de la humanidad".
También se reveló Cortés, nacido en Medellín (Badajoz) en 1485, en uno de los principales artífices de la transmisión de la ciencia al Nuevo Mundo: la imprenta, la universidad, la medicina, nuevas especies de ganado, métodos novedosos para explotar las minas... "El descubrimiento y la conquista de América se hacen por la superioridad científica europea y española, pero al mismo tiempo se transmite la cultura occidental, que le confería mucha importancia a la ciencia", cuenta Francisco Javier Puerto, académico de la RAH.
Ambos, Manuel Lucena y Francisco Javier Puerto, son dos de los ponentes del ciclo de conferencias sobre Hernán Cortés que arranca este viernes en la Real Academia de la Historia con la colaboración del Ministerio de Cultura; un debate que, al mismo tiempo que sirve de conmemoración del quinto centenario del inicio de la conquista de México, tratará de analizar la complejidad de un personaje que ha trascendido a su época y sigue generando interés en la actualidad.
"Pero no es un debate de blanco o negro, sino sobre los grises", añade Enrique Krauze, miembro de la Academia Mexicana de la Historia y otro de los interventores. "El historiador no se erige en juez, sino que aporta descubrimientos nuevos que iluminan a la persona y al fenómeno de la conquista; no solo como hecho de guerra, también como evento complejo, demográfico y cultural, como un encuentro que cambió el mundo".
Cortés ha sido "una figura difícil de asimilar para la historia mexicana", dice Krauze, con una "imagen conflictiva"; y su ponencia se va a centrar precisamente en analizar esa posteridad siempre acompañada de discusiones azuzadas por componentes ideológicos. "Los historiadores han hecho y hacen su trabajo, el problema son las interpretaciones políticas", continúa Francisco Javier Puerto, con un dardo a López Obrador. "Todos los nacionalismos buscan enemigos exteriores y lavar las culpas en otros lugares".
Intereses personales
El conquistador extremeño, gobernador y capitán de la Nueva España desde su nombramiento el 15 de octubre de 1522, trató de ampliar al máximo los territorios castellanos al otro lado del Atlántico. Era lo habitual de aquella época de guerras y de manifestar el poder por la fuerza. "¿Hoy en día se puede admirar a una persona que tenía un afán imperial como Cortés?", se pregunta Puerto, y responde: "Si lo intentase alguien en la actualidad diríamos que es un salvaje, pero en el siglo XVI es un héroe".
La conferencia del también miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia indagará en otros intereses personales de Cortés, hombre culto e inquieto, como las drogas (productos medicinales y alimenticios) y la naturaleza, que dejó por escrito en sus Cartas de relación. Además, ese encuentro produjo el intercambio de bienes entre ambos mundos —agricultura viajera y ganadería donada—, así como la propagación de enfermedades: hasta América se despliegan los tentáculos del sarampión o la viruela y el sífilis recorre el camino inverso.
Pero más allá de elementos puramente científicos, la conquista también arrojó aportaciones decisivas como el mestizaje, la erradicación de rituales salvajes —los mexicas mataban a gente para comerse sus corazones— o el intento de los misioneros españoles de abolir la esclavitud. El cómputo de todos estos avances e intercambios culturales permite abordar la figura de Cortés como el promotor de la globalización en el siglo XVI.
Manuel Lucena Giraldo, el encargado de tratar estas cuestiones, se centrará en las ideas de "innovación y riesgo"; es decir, en destripar cuáles eran los horizontes de expectativa de aquellos hombres que se embarcaban en tan atrevidas empresas, en descubrir qué ocurre cuando se sale de los círculos endogámicos y por qué se movían tanto aquellos españoles. "No me interesa nada el rechazo a la propia historia, la Leyenda Negra o la pérdida de autoestima. Me interesa poner en marcha y facilitar un proceso de reflexión sobre lo que somos y lo que podemos ser", concluye. Cortés, otra vez a juicio, pero esta vez de los expertos.
Programa de conferencias:
Viernes 21 de junio. Presentación a cargo de Carmen Iglesias, directora de la RAH y conferencia inaugural: La imagen de Hernán Cortés, a través de los siglos, por Enrique Krauze.
Martes 25 de junio. Hernán Cortés, pionero de la globalización; por Manuel Lucena Giraldo.
Miércoles 26 de junio. Hernán Cortés y la transmisión de la Ciencia al Nuevo Mundo; por Francisco Javier Puerto.
Viernes 28 de junio. Hernán Cortés ante su encrucijada; por Miguel Luque Talaván, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
***Todas las conferencias darán comienzo a las 19 horas en la sede de la Real Academia de la Historia (C/Amor de Dios, 2). La asistencia es libre y gratuita.