Un retrato atribuido a Francisco de Goya ha resultado ser obra del artista puertorriqueño José Campeche, una de las principales figuras de las artes boricuas. El Barber Institute de Birmingham, donde se expone por primera vez en 60 años el lienzo, ha confirmado la autoría de la obra que representa a una mujer anciana con las palmas cerradas y cuya identidad se desconoce.
Campeche fue hijo de un esclavo liberado mientras que su madre era originaria de las islas Canarias. Luis Paret, pintor español de Corte, fue su maestro durante un breve exilio en el país borinqueño cuando la isla se encontraba bajo control de la corona española. Allí enseñó a pintar a un joven Campeche que acabaría convirtiéndose en una de las figuras más aventajadas de la pintura colonial española.
La autoría ha sido revelada después de una investigación que empezó con las cartas que se acompañaron a la adquisición del retrato en 1940. Las misivas firmadas por el pintor aragonés a su madre resultaron ser falsas, un hecho que puso en alerta a Fátima Vicente Cordero, una investigadora de la Universidad de Navarra.
En las pesquisas que precedieron al hallazgo intervinieron diversos profesionales de varias galerías y museos estadounidenses e ingleses con la intención de desvelar la verdadera autoría de la obra. En ella participaron el doctor Michael Brown, del Museo de Arte de San Diego; la doctora Rosario Granados, del Museo de Arte Blanton en Texas, así como Xanthe Brooke, antigua colaboradora de Museo de Liverpool.
Las investigaciones y aportaciones de todos estos profesionales fueron cerrando el cerco sobre Campeche hasta que finalmente el director ejecutivo de la Sociedad Hispánica, Guillaume Kientz, pudo confirmar la autoría de la obra.
Enigma de la mujer
Las obras de Campeche, aunque muy poco habituales en territorio europeo, ocupan algunas de las principales galerías de arte en territorio americano desde el Smithsonian en Washington D.C. hasta el Brooklyn Museum de Nueva York.
Robert Wenley, director de la colección del Barber Institute, afirma que "será fascinante ver lo que el público puede interpretar de esta llamativa obra, alrededor de los 'supuestamente' más refinados retratos ingleses y franceses de la Galería Beige". También ha añadido que "proveerá a los visitantes con una visión única de las cualidades del retratismo colonial y su relación con las bellas artes españolas".
Wenley comentó además que la identidad de la retratada, aunque desconocida, ofrece "una mirada enigmática y poderosa que junto con una colorida y delicada paleta de colores lo convierte en un retrato digno de admirar y disfrutar".