Con el treinta cumpleaños del Reina Sofía aún reciente, el museo propone una nueva forma de ver, conocer y disfrutar del arte. A través de un modelo serial, las nuevas salas que forman parte de la colección se presentarán como capítulos sucesivos y ofrecerán al visitante alrededor de un 70% de obras nuevas, de un total de casi 2.000.
El trabajo realizado por el equipo del museo y colaboradores externos durante diez años se podrá descubrir a partir de este miércoles y estará disponible hasta noviembre, cuando se completará la serie tras irse descubriendo poco a poco cada episodio.
"Inauguramos con un primer episodio y el sujeto individual suburbano americano, el segundo abordará latinoamérica y la visión desde el sur y el tercero tiene que ver con el exilio y la autarquía. Aunque esto no quiere decir que si alguien se salta un capítulo deje de tener sentido", explica el director del museo, Manuel Borja-Villel.
También se producirá la reiteración de grandes figuras, que aparecerán en algunos episodios como secundarios y después pasarán a protagonizar alguno de los siguientes. "Es una remodelación prácticamente total de la colección. Como novedad habrá dos plantas dedicadas al siglo XXI, desde los 90 hasta ahora, y se va a introducir el diseño y la arquitectura", ha explicado el director.
Las obras estarán agrupadas en seis espacios diferentes (4ª y 2ª planta del edificio Sabatini, las salas A1 y A0, esta última aún en reconstrucción y Nouvel 1 y Nouvel 0) que suman en total más de 12.000 m2.
Richard Hamilton, Dorothea Tanning o Max Aub comparten este proyecto con Picasso, Renau o Luis Gordillo, en una retroalimentación que se produce dentro del museo con otras novedades artísticas. Así, el Reina Sofía realiza una relectura integral, que afecta a la colección al completo incluyendo el arte más reciente desde los ochenta hasta hoy.
Capítulo a capítulo
Uno de los aspectos más llamativos es el nuevo sistema escogido para presentar la colección, utilizando lo que han denominado "capítulos" que conforman una serie completa.
Un total de cinco capítulos donde se reconstruyen algunas de las exposiciones más importantes de las etapas que se abarcan, algunas provenientes del MoMA o de la Bienal Hispanoamericana, como en el caso del primer episodio. Una adaptación que permite echar un vistazo a la influencia política y económica en la esfera cultural española con esta "novedad a la hora de exponer las obras".
"Aunque empezamos a trabajar en este proyecto hace 10 años el mundo de hoy en día no se parece en nada", ha resaltado Manuel Borja-Villel. Quizás este modelo provoque una mayor implicación por parte de los visitantes, a la vez que motiva la expectación por la apertura de nuevas salas.
Primer vistazo
Esta nueva iniciativa del museo no pretende seguir un orden cronológico, sino que las obras estarán agrupadas en epígrafes temáticos. La primera presentación de este proyecto es Ellos nos ven: De la modernidad al desarrollismo, un viaje que comienza con la hegemonía cultural americana y que continúa con la unión cultural entre España y EE. UU.. La III Bienal hispanoamericana, la exposición New Images of Man, los primeros acercamientos a la reivindicación feminista de Louise Bourgeois o Tanning, el colonialismo en África, la pintura como denuncia política o expresiones artísticas vinculadas al exilio también forman parte de este primer vistazo a la colección.
Esa respuesta utópica latinoamericana o la pervivencia de la cultura popular y Val del Omar crean un hilo conductor que hace al visitante querer explorar más y más. Otra de las salas esenciales es la que refleja la etapa a partir de los años 50, cuando España va abandonando la autarquía de la posguerra para involucrarse en el contexto internacional: el acercamiento de Eisenhower con Franco.
"Se puede conocer cómo España empieza con el régimen franquista al ser reconocida por EE. UU. Empieza con las bienales latinoamericanas, pero también con esa imagen de Eisenhower dándole el icónico abrazo a Franco", relata el director.
La exposición no se limita a ese encuentro, sino que va más allá y explora la visión del arte español que se tenía desde Estados Unidos. También recrea la exposición New Spanish Painting and Sculpture del MoMA de Nueva York en 1960, que supuso una legitimación internacional de artistas hoy considerados clave dentro del arte español y se abre el discurso en torno a la promoción del arte y la cultura americana a través del gobierno estadounidense y el expresionismo abstracto en Europa.
La crítica de Arroyo
La obra crítica de Eduardo Arroyo protagoniza una otra de las salas más destacadas de esta "serie artística". Es una parte de 25 años de paz (1965), una de sus exposiciones más polémicas, que toma como nombre una de las muestras propagandisticas del dictador Franco como respuesta irónica. Así, el artista recoge en una burla y clara crítica hacia Franco, Salazar, Hitler y Mussolini sus retratos, a los que añade elementos icónicos que reflejan características identitarias de cada uno de ellos.
El políptico Los cuatro dictadores (1963) le supuso su veto definitivo en España tras su presentación en la III Bienal de París, y comparte espacio con otras de sus obras más importantes como Velazquez, mon père (1964). Arroyo, que nace en la España del desarrollismo durante la década de 1960, realiza con su obra una denuncia a la política española, abordando una temática tan importante en este proyecto del museo como es el exilio forzoso, al que se vio sometido y que se traduce en pinturas donde se mezcla el arte pop, con elementos abiertamente expresionistas.
Colonialismo
Rogelio López Cuenca y su exploración del colonialismo es otro de los apartados que acapara todas las miradas. "Rogelio hace un guiño con humor sobre la aventura colonial franquista. Fue un encargo, es una intervención sobre la colección, y en ella ha mezclado desde noticieros, a documentos sobre arquitectura, o incluso un bote de Cola Cao con la publicidad racista que, como sabréis, no nos pilla muy lejana", explica el director del Museo.
Una pintura de José Cruz Herrera comparte pared con carteles de películas como Cristo Negro, dirigida por Ramón Torrado, fotografías en blanco y negro y cómics de El Capitán Trueno con una alta carga racista.
"Nos encontramos con obras de la cultura popular que demuestran la visión desde España de la colonia. Hay catálogos de pequeña exposiciones de arte africano y marroquí que se organizan desde España, exposiciones totalmente colonialistas en las que la mayoría de los artistas son españoles y lo que hacen es viajar a esos países y plasmarlo desde un punto de vista exótico, y en contraposición con esta idea heroica de arte español", explica la jefa del departamento de Colecciones, Rosario Peiró.
La Araña
Una sala que se opone temáticamente a las anteriores, y que se enfoca en lo doméstico y femenino es la llamada El cuerpo y la casa, que posee la obra de grandes artistas como Louise Bourgeois y Dorothea Tanning.
"Esta sala habla de lo íntimo, del espacio privado, el dolor y el cuerpo femenino", explica Peiró, mientras nos señala la Araña gigante de Bourgeois que la preside y que es, sin duda, una de las piezas estrella de la colección.
Un aprendizaje
La colección New Images of Man, es un pedazo de la exposición de 1959 vista en el MoMA de Nueva York, donde con obras como la Figura tumbada (1966) de Bacon, se intenta recuperar un tipo de figuración existencialista que quiere rememorar cierta vanguardia europea pero que, a la vez, intenta apropiarse de ella.
El espacio dedicado a "la crisis de la masculinidad", refleja que nos encontramos ante un debate ya presente en los años 50, con tres piezas extraordinarias de Marcel Duchamp y obra de Richard Hamilton de la segunda mitad del siglo XX.
La colección cuenta con la última película de Val del Omar o al arte feminista que se apoya en el pop, con una clara crítica antifranquista y con una denuncia de la representación del cuerpo femenino en la historia del arte y en la cultura popular, como en los concursos de "Misses".
El itinerario se adentra también en los sesenta cuando comienza el Plan de Estabilización Económica en España, y que coincide con el auge del turismo y la campaña promovida por Fraga Spain is different, con los carteles de Jose García Ochoa como máximo exponente.
Por último, la psiquiatría y lo personal son reflejados por el gran Luis Bordillo, que cierra un recorrido que promete encandilar a los amantes del arte, la historia y la cultura española.
Porque como dice Manuel Borja-Villel, "un museo no es un lugar donde se acumulan obras o un almacén, sino que es un lugar donde se dan herramientas a la gente para entender dónde están y cómo hemos llegado aquí".