El triunfo de Agustí Villaronga en el 24 Festival de Málaga es el triunfo del tesón, de la entrega, de la lucha, del intento por llegar a tierra con una balsa llamada El vientre del mar tras una larga y difícil travesía. La propia historia de esta cinta en la que una embarcación con 147 hombres es abandonada a su suerte.
"Esta historia viene de lejos. Hace muchos años me gustó mucho ese capítulo de Oceano mare, de Alessandro Baricco y pensé que tenía una adaptación clarísima, muy fácil de hacer, ya que son dos monólogos que se pueden combinar... Lo escribí y pasaron muchos años sin poder llevarlo a cabo. El año pasado volvimos a intentar ponerlo en marcha otra vez y tampoco se pudo. Y de repente, en pleno estado de alarma, con la interrupción del teatro, pensamos en hacerlo como película", cuenta el cineasta EL ESPAÑOL.
Aún así, no fue nada sencillo levantar el proyecto. De hecho, Villaronga habla de su obra como "un acto de rebeldía" que, de haber pasado por los cauces normales, "no se hace. Si pasamos por televisiones o plataformas, no se hace".
Agradeces hacer estas películas porque te da una libertad tremenda y no te debes a nadie, pero lo puedes hacer una vez
De ahí que la película contara con unos sueldos mínimos. "Es más, al principio los jefes de equipos ni cobrábamos. Yo he empezado a cobrar después, cuando ha caído alguna cosa de instituciones. De estas películas no se puede vivir. Agradeces hacerlas porque te da una libertad tremenda y no te debes a nadie, pero lo puedes hacer una vez".
A esta falta de recursos también le debe su narrativa más teatral. "Cómo la película surge así, en un acto de rebeldía y con poco dinero, tienes que salvarla con los medios que tienes que eran pocos. Era un grupo de gente voluntaria. Tenías que agarrarte a lo que había: jugar con la fotografía con diferentes formas de lenguaje, diferentes narrativas porque hay una herencia literaria clarísima, una evidencia teatral también clarísima porque hay una abstracción de los espacios... Y, por supuesto, la parte añadida del propio cine. Y el blanco y negro formaba parte de eso, así como el degradado de color o la utilización de infrarrojos, que es una cosa complicada de hacer".
Por todo ello no es una película fácil para el espectador convencional. "Yo no diría difícil porque tienes las herramientas suficientes para que el espectador siga la película. No es una abstracción ni una paja mental", afirma. "Lo que pasa es que no es nada convencional y exige que el público tenga una actitud de entrega. Y la gente está poco acostumbrada a eso y sobre todo ahora con las plataformas que se tiene que consumir de forma rápida".
Es por eso que el lugar donde se podrá ver será Filmin, que también estrenará la película en cines, "Filmin es un museo donde accedes y tienes cosas interesantes". "Entraron con un dinero para tenerlo en su plataforma y, cómo ahora están en una buena posición económica, querían hacer la distribución de salas. Se estrenará en octubre y al poco tiempo en la plataforma".
Y a partir de ahora, ¿qué? "Tengo dos series pendientes con Mediapro. Una es muy de género que se llama Las madres vírgenes, que la planteamos para HBO. Pero no te creas que puedo elegir tanto. Casi todas las películas que he hecho son de encargo: Pa negre, Incierta gloria, El rey de la Habana... El vientre del mar es personal, pero no siempre puedes hacerlo".