La izquierda se sacude partidos de la solapa: sigue desdoblándose hasta el hastío, partiéndose en infinitud de sensibilidades, exigente y arisca. Son tiempos de flores nuevas que se parecen mucho a las marchitas. El último brote es Actúa, un partido liderado por el exjuez Baltasar Garzón y el político Gaspar Llamazares que nace con la vocación de “no dejar inanes a los dos millones de personas que no han votado”. “Si la izquierda no se une, ocuparemos nuestro espacio”, alicata Garzón.
Entre los más de 2.400 inscritos que apoyan el manifiesto de Actúa, destacan personalidades como Luis García Montero y Almudena Grandes, representantes ya de esa vieja guardia cultural que pasó de “Defender la alegría” con la ceja de Zapatero a apoyar al poeta granadino cuando se presentó a las elecciones madrileñas por IU en 2014 -recordemos aquel concierto-mitin en la Riviera-.
Son casi siempre los mismos. Son los que firmaron el “Yo acuso” al Gobierno cubano en 2010, son los que arremetieron ese mismo año contra la “impunidad del franquismo”, son también algunos de ellos los que levantaron el manifiesto a favor de “una solución federal en Cataluña”, son los de “Si viviera en Asturias, votaría a Llamazares”. Y voilá.
El salto generacional
¿Por qué ningún partido de izquierdas se ha vuelto a hacer con la movilización cultural: con los conciertos y las proclamas? ¿Será el aún incipiente Actúa el nuevo blanco de los míticos abajo firmantes de la progresía cultural o, incluso, de firmantes zurdos inéditos, nunca antes aglomerados? “No, no. Yo con Actúa estoy anonadado. Me parece un auténtico disparate la creación de este partido con lo que costó que se consiguiera la unidad de IU, Podemos, Mareas, Equo...”, resopla al teléfono Ricardo, más conocido como Nega, rapero de Los Chikos del Maíz.
“Para empezar, no sé cómo se autoproclaman como de izquierdas, cuando Baltasar Garzón tendría mucho que decir sobre la tortura en este país. Un político de izquierda no cierra medios de comunicación. Qué gracioso también que capitanee esto Llamazares, ¡justo ahora que se le acaba el contrato!”.
No deja de resultar llamativo que la última gran reunión cultural -con más de 2.000 firmas- fuese en septiembre de 2016 -ahí asomaban ya la cabeza Baltasar Garzón y Llamazares, acompañados de figuras como Sabina, Miguel Ríos, Antonio López, Fernando Trueba o Aitana Sánchez-Gijón- con la intención de derribar al PP en favor del tripartito. ¿Por qué el abrazo cultural que recibió la ‘ceja’ o el Madrid de García Montero jamás se le ha dado al partido liderado por Pablo Iglesias?
“Yo entiendo que Podemos representa para ellos la pérdida de algún tipo de privilegios. Es una izquierda muy cómoda que viene del régimen del 78 y nunca duda en cambiarse de chaqueta. No a la guerra, Zapatero, ceja, Llamazares… les da igual, van al viento que más calienta”, sostiene Nega. El actor Alberto San Juan también rechaza la idea de que Actúa pueda ser una apuesta para la cultura patria. “Si hay una coalición parlamentaria ligada a la cultura es Unidos Podemos, porque la cultura no se entiende sin la educación, y Unidos Podemos está lleno de profesores”.
Podemos representa para ellos la pérdida de algún tipo de privilegios. Es una izquierda muy cómoda que viene del régimen del 78 y nunca duda en cambiarse de chaqueta
San Juan asume que, a diferencia de la época de la Transición, ahora “ni en la música, ni en el cine, ni en el teatro, ni en la pintura, ni en la literatura hay agitación política en absoluto -y es preocupante, en estos tiempos de miseria social-”, pero recuerda que “ahí no se acaba la cultura” y cita a “intelectuales que sí están implicados políticamente pero que no escriben ni aparecen en los grandes medios”. Se refiere a firmas como Guillem Martínez, Ignacio Sánchez-Cuenca o Pablo Sánchez-León.
En lo que respecta a Actúa -dejando claro que respeta mucho a sus integrantes-, sostiene que no comparte “su iniciativa en absoluto, porque todos en su día firmaron un manifiesto donde se apoyaba un gobierno en coalición con Ciudadanos, y por ahí no paso”. “No porque haya que subordinarse a Podemos, sino porque hay que sumar fuerzas, y si quieres que Unidos Podemos sea otra cosa, puedes tener tu personalidad propia dentro de ahí y luchar con ello, como Alberto Garzón. ¿Que te cae mejor o peor Iglesias o Errejón? Bueno, es que Unidos Podemos no empieza ni termina en ellos. Si Actúa surge para sumarse a este ámbito, genial, pero si surge para buscar pactos con Ciudadanos, no lo voy a entender”.
El problema de Podemos: ¿Cataluña?
El poeta Pablo García Casado reflexiona. “El mundo intelectual español es bastante más plural de lo que a veces queremos ver. Ni todos eran de la ceja, ni todos son de Llamazares, ni todos estaban con García Montero. A mí Actúa me parece un buen intento, porque entiendo que el planteamiento es activar un voto dormido que no encuentra su lugar”, esgrime. “Pero, por otra parte, yo me considero una persona de izquierdas, y si se siguen montando muchos partidos políticos, el voto va a seguir dividiéndose y volverá a ganar el PP. La aritmética es cruel, sino que se lo digan a García Montero, que se quedó sin representación en la Asamblea de Madrid”.
García Casado sospecha que el votante de izquierdas español, “entiéndeme lo que te digo, es un poco adolescente: en el sentido de que le exige a la política una pureza que a veces no nos exigimos ni nosotros mismos, o le pide cosas que a nosotros mismos nos perdonamos”. ¿Por qué Podemos nunca cayó en gracia a un bloque consistente y organizado de la intelectualidad española? “Porque el intelectual de izquierdas es una persona libre, y no digo que Podemos no permita la libertad, pero a veces, tal vez por una cuestión estética, no permite ciertas disidencias, y eso el intelectual de izquierdas de toda la vida no lo entiende, hasta le repugna. No es mi caso”, apostilla.
El poeta tiene claro que “el intelectual de izquierda se siente más cerca de Errejón que de Iglesias, porque es un hombre más amable en el amplio sentido de la palabra, y es cierto que el movimiento de Podemos es interesante, pero no es una ONG ni un club de Balonmano: su objetivo es el poder, asumámoslo, y para acceder al poder tienes que hacer cosas feas y tragar sapos”. García Casado da con el quid de la cuestión: Cataluña. “Me gustaban más las primeras ideas, las de ser solidarios, las de los de arriba y los de abajo, y no tanto éstas de un país y otro, como lo que traen con Cataluña”, explica.
Esta sensación que nos inculca Podemos de que nos tenemos que tragar todo el discurso sin deglutirlo… no va con el intelectual, y mucho menos con el intelectual más toreao
“Al intelectual afectivo -a los que nos dedicamos a las partes afectivas de la cultura- no le puedes pedir que se emocione en 2017 con la idea de la patria: esos son argumentos del siglo XIX, hombre, y hasta nosotros nos hemos pasado ya la posmodernidad”. Cuenta, divertido, que mientras habla con este periódico está en una playa, pero que no siente “ninguna hermandad emotiva entre el hombre que está al lado en la sombrilla por el hecho de que sea español o catalán”. Y dispara: “La patria es el gran argumento del independentismo, y no lo voy a comprar, por muy emotivo que se crea. Esta sensación que nos inculca Podemos de que nos tenemos que tragar todo el discurso sin deglutirlo… no va con el intelectual, y mucho menos con el intelectual más toreao”.
Cuestiones "personales"
La cineasta Paula Ortiz -directora de La novia- considera a Actúa un partido sordo más. “Ningún partido político está cristalizando la voz de la cultura”, sostiene. “En España, desde la Institución Libre de Enseñanza -que reivindicaba de manera radical la formación educativa y cultural de una ciudadanía crítica y librepensadora- no ha habido ninguna vocación de proyecto”. Lamenta que ningún partido entienda “la cultura como lo que es, un magma que nos recuerda lo que hemos sido y nos pone espejos posibles hacia lo que deseamos ser”, sino que se la trate “de forma epidérmica, ornamental”.
Relata que Podemos “al principio cristalizó esa luz”, pero que después se ha perdido “en luchas de poderes, conquistas mediáticas, cosas de combustión rápida”. “Se han olvidado de buscar en las raíces de nuestras tragedias, en las causas, y las causas están en la educación y la cultura, siempre”. El cantautor Ismael Serrano cree que no hay nada nuevo en Actúa, por tanto no hay ninguna razón para que sorprenda aglutinando de una vez por todas a la cultura. “La gente que está en el entorno de Actúa viene a representar un ámbito de la política muy concreto. Son gente que nunca ha visto con buenos ojos a Podemos y que no ha entendido el fenómeno. No es mi caso”, explica.
“Yo tampoco estuve en la ceja. Es una cuestión generacional. No sé qué gente de mi edad o más joven está ahí. Actúa tiene integrantes que intelectualmente respeto mucho, pero está claro que vienen del viejo aparato de IU que no soporta el adanismo de Podemos -adanismo natural, porque es gente muy joven que irrumpe en la política y cree que la van a inventar-, y los otros tienen eso de ‘eh, nosotros estábamos antes y sí que sabemos’, tienen esa intelectualidad… son poco generosos”.
Serrano no comparte la lectura de Baltasar Garzón de captar los dos millones de votos del abstencionismo. “No lo veo para nada, sería bastante más útil el encuentro con Podemos. Yo estoy con la confluencia. Ellos mismos están obligados a entenderse con Podemos, porque el voto más joven está con ellos”. No entiende bien qué va a aportar Actúa ni qué medidas concretas -y diferenciadoras- proponen. “Llamazares fue secretario general, Luis García Montero lo intentó con Madrid… todos ellos ya se han presentado y han tenido una oportunidad desde el punto de vista político, ¿por qué esa gente que no les votó antes les va a votar ahora? Este partido parece más una cuestión personal que otra cosa”.