Pareja casi inseparable en el ámbito personal y también en el profesional. Alaska (57 años) y Mario Vaquerizo (46) vuelven a ligar sus destinos interpretativos gracias al teatro y la obra La última tourné, dirigida por Félix Sabroso y que les llevará a las tablas del madrileño Teatro Calderón hasta el 6 de diciembre.
Vestidos para la ocasión, ambos se presentaron este martes en El Hormiguero para charlar con su amigo Pablo Motos (55). “Vengo para estar a la altura de un programa que brilla y nos hace brillar, aunque ya quisiéramos estar como Liza Minnelli (74)”, comentó Mario Vaquerizo en relación a su atuendo.
Sobre el espectáculo teatral que representarán en Madrid a partir de este miércoles 21, Alaska quiso “agradecer a nuestro productor y a todos aquellos que arriesgan y estrenan teatro y conciertos”. La artista recordó que estaban de gira con esta obra y que “nos quedamos antes del confinamiento en Córdoba y la idea era llegar a Madrid. Queremos entretener y que la gente se divierta”. Esos argumentos eran compartidos por su pareja: “Como vosotros (en referencia al equipo de El Hormiguero), lo que queremos es que la gente se lo pase bien y si encima nos lo pasamos bien nosotros, pues genial”.
Más en detalle, Alaska explicó que en ‘La última tourné’, “nuestros personajes son cómicos que se resisten a agarrarse lo nuevo, aunque descubrirán que eso también tiene cosas buenas”. Ese comentario dio pie para que Vaquerizo sacara su vena más alocada: “Estoy hasta el coño de la nueva realidad. Si me tengo que adaptar a ella, lo haré con educación, como buen ciudadano. Pero estaré encabronado. Eso sí, eso me sucede, pero luego lo suelto y se me pasa. Ella es más rencorosa”. Esta última aseveración daría pie, posteriormente, a una pequeña discusión en directo.
Antes, el cantante de Nancy’s Rubias se lió explicando que “yo no creía en Darwin, ya ves que salto de temas como una mariposa, él creía en la selección natural, yo soy creacionista, pero en determinados momentos de mi vida creo en la selección. Eso me ha pasado con Bibiana Fernández, Manuel Bandera, Marisol Muriel y un niño nuevo que hemos adoptado, Cayetano Fernández”.
Diferencias
Después de ese rodeo, las hormigas tiraron un poco de la lengua a Vaquerizo, quien confirmó que Alaska, “cuando se enfada, se calla”. Olvido Gara se excusó explicando que “el sonido y las palabras tienen una función, y decir unas palabras a un determinado volumen llegan diferente a la otra persona”. Ese argumento no convenció a su pareja que enfatizó que “el silencio a mí me molesta más que el griterío”. Después de esa breve tensión, Mario Vaquerizo sacó de nuevo su versión más alocada: “Yo tengo incontinencia verbal y tengo que decirlo todo, el rencor retiene líquidos. Es una frase de la obra que he copiado de mi amiga Bibiana. Tienes que echarlo para afuera”, aseguró.
Esa tendencia a expulsar líquidos le llevó a enunciar una teoría un tanto rebuscada sobre los poderes de los boquerones para miccionar. “Están los boquerones diuréticos y los chochos esquizofrénicos, los altramuces”. Para frenar esta locura, Pablo Motos le pidió que hablara del personaje que encarna en La última tourné: “Soy Enzo Marini, pero en realidad soy de Albacete y no italiano. Ese idioma se me da mal, porque se me va al catalán. No se me dan bien los acentos, se me da bien estudiar, te tienes que someter a las directrices que da el director, no ver a Mario Vaquerizo, que la gente lo tiene muy visto ya”, comentó.
Una de las cosas que más le gustan a Vaquerizo de esta obra es que lleva peluca rubia. “Le encantaría ser rubio, pero Mario tiene la barba muy cerrada, entonces es una mezcla que no le queda bien”, destacó Alaska. Ese comentario no restó un ápice del entusiasmo de su pareja, quien aseguró que “todas las cosas que me hacen feliz es como estar en el paraíso. Estar en una tienda de pelucas es un lugar conocido para mí, como las cebras en el Serengueti”.
La entrevista aún dio para mucho más. Alaska describió que la gira la han hecho en una furgoneta con cuatro perros: “Nos hemos autodenominado una compañía de las de toda la vida. Yo soy alérgica a los perros, voy delante, separada”. Hablando de esos viajes, Mario Vaquerizo hizo gala de su incontinencia verbal: “El otro día robé un chocolatito. No te enfades. Yo robo muchas cosas, no, es de broma. Distraigo a los de la gasolinera, me hago fotos con ellos”, confesó entre risas.
Lo que sí fue real es uno de los caprichos que se dio la pareja: “Mario y yo somos muy de comprar cosas, por ejemplo, un cabecero de metacrilato. Lo encontramos en Molina de Segura. Teníamos una función en Murcia, nos desviamos un poco. Recuerdo cuando llegamos a un chalé adosado, la cara que puso el hombre cuando nos vio a los dos y a Bibiana Fernández”, relató Alaska.
Después de un juego similar a Tabú protagonizado por los dos invitados, Pablo Motos alabó la complicidad que tienen y cómo se conocen: “Aunque la gente se crea que lo nuestro es un montaje, llevo 20 años acostándome con mi mujer”, destacó Mario Vaquerizo, quien abrazaba a una Alaska que se limitó a decir, sonriendo, que son “20 años de gritos y silencios”.
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