La noticia se hacía pública este pasado martes, 20 de agosto, al filo de las cinco y media de la tarde: Sara Carbonero (40 años) y el músico Nacho Ortiz Taboada (36) han roto su relación sentimental tras dos años juntos. Ambos, desde la madurez y la discreción que siempre les ha acompañado, han tomado la decisión de emprender caminos separados.
Contaba ¡HOLA! que fue "hace unas semanas" cuando la periodista y el artista, de mutuo acuerdo, determinaron el fin de su historia de amor. En medio de la sorpresa por la noticia, y de insistentes informaciones que se empeñan en desmentirla, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que es verdad: Sara y Nacho ya no están juntos. No se trata de una separación reciente.
A este periódico se fecha la ruptura a finales del mes de junio, antes del inicio de verano. La expareja se dio cuenta de que, pese al amor que se profesaban, sus intereses de vida y proyectos de futuro no confluían como debieran, y por ello decidió finiquitar su romance.
En estos discretos dos años, Sara y Nacho han atravesado pequeñas crisis, todas ellas superadas, pero la última fue diferente. Afrontaron la ruptura como dos adultos que no desean, bajo ningún concepto, hacerse daño. Hablaron de cómo gestionarla tanto a nivel público como privado y familiar, y optaron por no hacerla oficial entonces.
No pasó entre ellos nada en concreto, se especifica. Ni peleas ni grandes malentendidos -siempre se han entendido muy bien-: tan sólo la constatación de que algo ya no funcionaba. Sostiene la fuente consultada que esta separación en nada ha afectado a la excelente relación que tienen Sara y Nacho. Se llevan bien, "se siguen escribiendo" y, como publicó Semana este pasado miércoles, también continúan viéndose, pues él ha sido captado entrando en el domicilio de la toledana, en Madrid.
Aunque la decisión de romper su romance fue de mutuo acuerdo, a este medio se traslada una frase que bien podría ser clave para entender cómo se desarrollan los acontecimientos: describen la ruptura como "un acto de generosidad".
Cuentan a EL ESPAÑOL que la natural de Corral de Almaguer habría evitado hasta el último momento confirmar la ruptura, entre otros motivos, para no fastidiar el verano a Nacho de cara a su gira musical con su grupo, Colectivo Panamera. Evitar, al máximo, el tsunami informativo que, finalmente, se ha desatado.
Puntualizar que Taboada es un hombre que no se maneja bien con la prensa, ni nunca ha deseado enrolarse en el papel couché, y el silencio de Carbonero ha sido una forma de protegerlo. También, indirectamente, eludiendo públicamente el quiebre amoroso, Sara también ha podido disfrutar de un intenso verano, cargado de compromisos profesionales y personales, sin la presión mediática.
En las últimas horas, tras la primicia de ¡HOLA!, algunas personas próximas a la exmujer de Iker Casillas (42) han confirmado la separación a EL ESPAÑOL, sin ambages ni ambigüedades, arguyendo que ya era "oficial".
Insisten en que Sara y Nacho se adoran, y se les seguirá viendo juntos. Y no sería de extrañar que ella continuara acudiendo a algunos de los recitales de Colectivo Panamera. Con los sentimientos de una pareja nadie puede sentar cátedra, y más de dos personas como Nacho y Sara, que se han querido tantísimo, pero al cierre de este artículo, se descarta una reconciliación.
Habrá que ver cómo encajan ambos el fin del verano y la vuelta a la rutina, a sus trabajos profesionales, en septiembre. Lo es que es un hecho es que Taboada ha pasado el verano entre amigos -a los que, según se ha contado en Espejo Público este miércoles 21, les admitió la ruptura-, y respondiendo a sus obligaciones laborales como cantante.
Sara, por su parte, arrancó el período estival en su pueblo toledano, Corral de Almaguer, junto a sus hijos, su madre, Goyi Arévalo, su hermana, Irene, y la familia de ésta. Después, protagonizó una escapada a Almería con grandísimas amigas -como Isabel Jiménez (42) o Raquel Perera (49)-, y, más tarde, emprendió un viaje de cooperación a Panamá, como embajadora de Buena Voluntad de UNICEF.
En los últimos días, Carbonero ha viajado hasta Cádiz con sus vástagos, Martín y Lucas, y unas amigas. Un tiempo de asueto, playa y desconexión en el que no ha habido ni rastro de Nacho Taboada.
De acuerdo a los tiempos que maneja EL ESPAÑOL, la expareja ya no estaba en relaciones, en ninguno de estos planes veraniegos de Sara. Extremo, eso sí, que no tiene nada que ver para que la periodista y Nacho se hayan podido ver. La amistad perdura, y los sentimientos, si bien ya son diferentes, también.