La frase que desató el rumor de boda entre Enrique Ponce y Ana Soria y lo que piensa él de su nulidad eclesiástica

"No tengo ni idea", "Primera noticia", son dos de las reacciones que ha podido recopilar EL ESPAÑOL en las últimas horas en relación a esa presunta boda que Enrique Ponce (52 años) y su pareja sentimental, la abogada almeriense Ana Soria (25), estarían organizando para la primavera del año 2025. El entorno más próximo de los enamorados se afana en negar todo casamiento. 

Esto no quiere decir que Enrique y Ana no sellen sus vidas en algún momento, pero será en un futuro aún sin acotar ni barajar. Este periódico ha podido confirmar que la pareja -como ocurrió en el año 2022- ha hablado en más de una ocasión de boda; es un proyecto que les hace mucha ilusión y que pondría, qué duda cabe, el broche de oro a su historia de amor. Lo quieren hacer, pero en el momento idóneo: ahora no. 

Ni a corto ni a medio plazo tampoco. De acuerdo a la información que se hace llegar a este periódico, debido a esto -a que es una empresa ilusionante para ambos, deseada, pero que no se materializará en breve- las palabras de Ana Soria no son tan contundentes como esperaban algunos. "Ya saben más que nosotros. Estamos pasando del tema porque es una con otra", ha asegurado la joven almeriense. 

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Enrique Ponce y Ana Soria, durante su visita a 'El Hormiguero', en mayo de 2023. Gtres

Se refiere Ana Soria a que los medios de comunicación, cada cierto tiempo, publican informaciones de la vida privada de la pareja que no se ajustarían a la verdad. Pero lo que este medio puede aseverar es que el concepto boda lleva instalado en el seno de los planes de los enamorados desde hace tiempo. No sólo esto: es más que habitual que el entorno de ambos les insinúe el casamiento. 

Es lo que aconteció, como ha podido confirmar EL ESPAÑOL tras el avance de Y ahora Sonsoles, el pasado sábado 11 de mayo, en la celebración del amor que protagonizaron Baltasar Garzón (68), y su flamante esposa, la fiscal del Tribunal Supremo, Dolores Delgado (61), en la finca La Cetrina, en Jaén. Se trató de un fiestón -tras su enlace por lo civil en diciembre de 2023- al que acudieron los familiares y amigos más próximos al matrimonio Garzón Delgado. 

Ese día, entre el festejo y la algarabía y la felicidad, la palabra boda sobrevoló a Enrique y a Ana en forma de simpática propuesta; si ellos serían los siguientes, por aquello, como suele decir el refrán, de que de una boda sale otra. Le consta a este medio que en un momento dado Enrique llegó a entonar unas palabras que confirmaban que, en efecto, ya le había pedido matrimonio. 

En otro orden de cosas, a EL ESPAÑOL le consta que la pareja, llegado el momento, se casará por lo civil. En primer lugar, y muy importante, porque nunca se ha planteado una boda por la iglesia.

Ana Soria junto a sus padres y su hermano, haciéndose un selfie en Nimes, durante la corrida de toros de Ponce. Europa Press

Entre otros motivos, porque Ponce tendría que solicitar la nulidad eclesiástica de su matrimonio con la empresaria Paloma Cuevas. Y no lo va a hacer, no se lo ha planteado. Hay una fuente que insiste en que se deje claro que Ponce no ha mostrado interés alguno en esa nulidad. Tampoco Paloma Cuevas. No se ha dado ningún paso al frente -ni juntos ni por separado- para ser libres ante los ojos de Dios. De momento. 

Abogacía y pasión de padre

Más allá de la polémica de la 'no boda', Enrique y Ana están viviendo un excelso y vital momento, tanto a nivel personal como profesional. Ella sigue volcada en su profesión de abogada, y después de terminar la carrera de Derecho pretende emprender el siguiente paso clave para su formación: hacer un Máster de Acceso a la Abogacía.

Enrique Ponce, en una fotografía tomada en abril de 2021. Gtres

A través de una fuente cercana a la familia de la madre de Ana, se aseguró hace un tiempo que la joven -al igual que su hermano, José- pretende dedicarse a la abogacía en Almería. En concreto, no hay deseo que más anhele Federico Soria, el suegro de Ponce, que sus vástagos continúen con el despacho familiar, que cuenta con un intachable prestigio en la ciudad andaluza. 

Por su parte, Ponce afronta su gran año en los ruedos: en este 2024 hará su última gira taurina, que culminará en octubre, en Valencia, su tierra natal. Allí, como ocurrió en Nimes, Francia, el pasado 17 de mayo, Enrique estará arropado por su razón de amor y, se espera, por su familia política, de alargada pasión taurina.

No esconde la fuente con la que se contacta que el diestro desearía, cómo no, que ese día del adiós estuvieran sus dos hijas presentes, Paloma y Bianca. Especial renglón se merece el papel de padre de Enrique Ponce.

Lo está desempeñando como es él: con absoluta discreción. EL ESPAÑOL informó hace tiempo que los viajes del torero a Madrid son más habituales de lo que trasciende a los medios, y sus hijas sienten devoción por él.