Los últimos meses han sido muy difíciles para Joaquín Torres (53 años). Las operaciones, las pérdidas y las guerras familiares han protagonizado su día a día que ha querido compartir por redes sociales con sus seguidores y también en sus participaciones en televisión.
Su martirio comenzó el 4 de diciembre, cuando sufrió un fatal accidente en moto que le ha obligado a pasar varias veces por el quirófano. Hace poco más de una semana, el arquitecto volvió a someterse a una nueva y delicada operación en la que le colocaron una prótesis de cadera y de la que ya se está recuperando en su casa.
Además de superar este delicado de salud, también ha tenido que hacer frente al fallecimiento de su madre y a la guerra familiar que se ha originado a raíz de esta pérdida. Como protagonistas, Joaquín Torres y su hermano Julio. Ahora ha vuelto a estallar la guerra entre ellos.
A través de su perfil de Instagram, el arquitecto ha actualizado la situación que están viviendo. Hace poco más de un mes, fue él quien desveló la situación que estaban atravesando sus padres por culpa de su hermano y que estaba afectando a su patrimonio económico. Según su versión, Julio dejó en la ruina a su familia.
"Julio Torres, mi 'queridísimo hermano' está siendo investigado por la Comunidad de Madrid, ya que han tenido noticias de la incompatibilidad de su nuevo cargo, con las actividades que viene desarrollando como administrador de varias empresas, en las que además ha dejado numerosas deudas con las Administraciones Públicas", ha escrito en su perfil de Instagram junto a una fotografía de su hermano.
Los tres hermanos, Joaquín, Mayte y Andrés, emitieron un comunicado conjunto hace unas semanas en el que denunciaban las malas prácticas realizadas con la fortuna familiar. Dado el revuelo mediático generado, parece que está siendo investigado por este y otros asuntos.
"Administra al menos varias de mis padres, que aún no ha querido dimitir después de tres años", asegura el arquitecto en este escrito. También añade: "Esto es solo un inicio... seguiré dando muchos más detalles de éste y otros asuntos".
Así explicaba el arquitecto la polémica: "Mi padre decidió darle todos los poderes a su hijo Julio. Consideraba que mi hermano era el más trabajador, el más preparado... le dio plenos poderes. Les vendió la idea de que todos sus negocios, unas 36 empresas, iban bien y mientras, él los utilizaba de aval para solicitar créditos a los bancos".
No fue hasta hace tres años cuando el resto de los hermanos se enteraron de la situación que estaban atravesando sus progenitores. Fue su madre quien le contó, por teléfono, lo que estaba ocurriendo: "Mi madre me llamó y me dijo que no tenía liquidez, que había que vender el barco... Pensaba que estaba diciendo tonterías, que hablara con Julio. Me llegó a decir que ella y mi padre querían dejar de vivir, que no había dinero ni para pagar la calefacción".