El pasado 13 de marzo, Carla Vigo (23 años), la sobrina de la reina Letizia (51), desveló, en una valiente y rompedora entrevista, que vive en la actualidad en un piso tutelado, compartido con ocho personas más. "Nos apoyamos mucho", apuntó la prima de la princesa Leonor de Borbón (18).
Tras un tiempo en el barrio madrileño de Lavapiés y en la zona de Montecarmelo, la sobrina de la Reina está feliz en su nueva residencia. A raíz de su entrevista, EL ESPAÑOL pudo conocer que Vigo vive en el barrio de Chamberí. El inmueble que cohabita la nieta de Jesús Ortiz (74) inauguró su condición de tutelado en octubre de 2019.
Hace unos días, este medio informó de que Carla habría confiado en el amparo de la Asociación de Iniciativas Sociales -AISS-. La AISS es una asociación "no lucrativa que pone a su disposición pisos tutelados para personas con enfermedad mental". Esta comunidad es un recurso privado y está destinada para personas con una autonomía "medio-alta".
Este periódico, además, pudo contrastar que el coste mensual de las plazas que ofrece la AISS es de 1.500 euros -con todo incluido-, si la persona comparte habitación, o de 1.790 euros si la habitación es individual. Si bien es cierto que este medio pudo corroborar que Carla paga un alquiler, no se ha conocido, aún, la cuantía del mismo.
Ahora, justo una semana después de su confesión en el papel couché, EL ESPAÑOL puede confirmar que Carla Vigo está "disgustada" por el alcance que han tenido sus palabras.
La nieta de Paloma Rocasolano (71) se habría mostrado arrepentida por "exponer a terceros", y que sus declaraciones perjudiquen a personas anónimas. No desea Carla, bajo ningún concepto, que el día a día de la casa tutelada en que vive se vea alterado por el seguimiento de la prensa.
Antes de que su confesión en la revista Lecturas alterara su día a día, confían dos fuentes a este periódico que Carla Vigo está viviendo un buen momento, un período sereno y de "gran fortaleza". Se hace ver que la sobrina de la reina Letizia conserva grandes ilusiones profesionales y está en búsqueda activa de trabajo.
Carla se enfrenta a un difícil día a día en situación de paro. Independiente como es, la hija de la desaparecida Érika Ortiz tiene claro que desea gestionar su vida sin necesidad de que nadie la ayude. En el plano artístico, quien bien la conoce y frecuenta desliza que "sigue formándose como bailarina", y también recibe clases de canto y de interpretación. Su gran sueño, ése que sigue persiguiendo con denuedo, es convertirse en actriz.
Ya ha probado suerte en algunas producciones teatrales junto a Rafael Amargo (49), y continúa en ese camino. También ha pisado las pasarelas como modelo: en octubre del pasado año desfiló por primera vez bajo el paraguas del evento Famous Model Star. Ligada al mundo del espectáculo, ha sido habitual su presencia en photocalls y en entrevistas puntuales
"Si sale algo adicional, ella encantada", apostilla un informante. Más allá de este plano laboral, si algo motiva especialmente a Carla Vigo es ayudar a los demás y en estos momentos se siente muy satisfecha con su labor de voluntariado en una residencia de ancianos de Madrid.
En concreto, la influencer es miembro de la asociación Adopta un abuelo, una iniciativa solidaria que se encarga de evitar la soledad en la que muchas personas se ven inmersas cuando llegan a la tercera edad. Se explica que se trata de "una ONG que trabaja con varias residencias. Le da mucha felicidad a los abuelos".
Y se remacha: "Va todas las semanas y está muy implicada. Son personas a las que sus familiares no los visitan y ella les llena de amor". Precisamente, el pasado 1 de marzo, viernes, Carla visitó una residencia para celebrar el 94 cumpleaños de una de las residentes. Después de soplar las velas, Carla no dudó en posar junto a los ancianos para inmortalizar la merienda de la que había disfrutado.
"Los mayores molan", posteó la prima de la infanta Sofía (16) en una de sus últimas publicaciones de Instagram. En otra, posando, feliz, junto a una residente, Vigo hace ver: "El amor a primera vista existe".
La salud de Carla
Fue a principio del año 2023 cuando Carla Vigo se sinceró como nunca con sus seguidores, y no dudó en contar, con la naturalidad con le caracteriza, el complicado trance que estaba atravesando en lo relativo a su salud.
Vigo desveló que se le había diagnosticado TCA, un trastorno relacionado con la autopercepción y la distorsión de la imagen corporal. En concreto, Carla padece bulimia, uno de los desórdenes alimenticios más comunes en dicha enfermedad. "Empecé a verme mal. A los 14 años empecé a hacer cosas perjudiciales para mí, pero fue con ocho o nueve años que comencé a verme mal en el espejo", explicó la joven sobre los duros inicios de su dolencia.
El pasado 13 de marzo, en Lecturas, ahondó en esta cuestión. Carla confesó que, desde la muerte de su madre, acude a terapia: "No era feliz, era una sensación bastante fea y, como no me sentía bien conmigo misma, me dio por la rebeldía. No quería estudiar, hacía fiestas en casa... Sentía que me faltaba mi madre. Era un vacío que quería llenar pero no sabía cómo".
Asimismo, afirmó que intentó quitarse la vida varias veces por este motivo. A los 14 años se dio cuenta de que padecía problemas con la alimentación, "como dejar de comer, vomitar... Fue cuando empecé a mirarme al espejo y a odiarme. No me quería.
Sobre el fallecimiento de su madre, aseguró: "Entendí que mi madre tenía una enfermedad, pero me sentí abandonada tras su muerte, porque tú eliges vivir o no vivir. (...) Yo me di cuenta de que mi madre estaba mal y ese día me llevó a dormir a casa de una amiga mía. Me he sentido culpable".