Ya ha comenzado la cuenta atrás para el juicio de Daniel Sancho (30 años) por el presunto asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta. En menos de un mes, el hijo de Rodolfo Sancho (49) y Silvia Bronchalo (49) tendrá que sentarse a declarar en Tailandia por el caso que dio la vuelta al mundo y que le tiene en prisión provisional desde agosto.
Pero antes de que llegue ese momento, la familia del cirujano colombiano tiene que hacer frente a uno de los días más complicados tras la muerte de Edwin. Este miércoles, 13 de marzo, Arrieta hubiese cumplido 45 años. Además de tener que hacer frente a esta significativa fecha, sus familiares más cercanos continúan reviviendo una de las pesadillas que han marcado sus vidas.
EL ESPAÑOL ha intentado ponerse en contacto con ellos, pero por el momento personal que están atravesando, prefieren mantenerse al margen. Hace ya casi tres meses que pudieron despedirse de su ser querido en un funeral que tuvo lugar en la iglesia de Lorica (Colombia), aunque hay partes de su cuerpo que todavía no han podido ser localizadas.
El juicio, que comenzará el 9 de abril en Tailandia, contará con más de 30 testigos que declararán en alguna de las 10 sesiones en las que se aportarán más de 50 pruebas que acreditan, siempre desde la versión de la defensa de Edwin Arrieta, que su asesinato fue premeditado. Daniel Sancho será el último en declarar, donde tendrá tiempo para justificar su inocencia y explicar, de nuevo, lo que ocurrió en aquella habitación de hotel y las diferentes versiones que ha relatado en este tiempo.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el equipo jurídico que está llevando la defensa de Edwin Arrieta, Ospina Abogados, para conocer más detalles sobre el procedimiento que está llegando a su final. "Esperamos que haya justicia. Las tesis de la Policía son sólidas y se puede inferir que Daniel Sancho viajó a Tailandia con la voluntad de asesinar a Edwin. Los sucesos que vinieron antes, durante y después vienen a corroborar la tesis del asesinato planificado premeditado", explica vía telefónica Juan Gonzalo Ospina.
En estos momentos, tal y como señala el letrado, "la familia se encuentra muy dolida y sobrepasada por las circunstancias": "No asimilan su pérdida porque era su sustento económico y familiar. Están muy dolidos".
Además de la condena, la defensa busca el pago de una indemnización que todavía está pendiente de cuantificar. Tal y como señaló el equipo jurídico de la familia del colombiano en una rueda de prensa reciente, "no hay dinero que devuelva a un hijo a unos padres", pero que pedirán que se tenga en cuenta que algunos miembros del clan vivían de sus ingresos y ahora se han quedado en una "situación deplorable".
Una de las posibilidades es que la fiscalía tailandesa condene al joven cocinero la pena de muerte, decisión que, según defienden desde Ospina Abogados, la familia aceptará. Aunque lo único que quieren es que se haga justicia por su hijo. Juan Gonzalo Ospina acaba de regresar a España desde Tailandia, a donde ha viajado en la última semana para seguir de cerca los últimos preparativos para el juicio que comenzará en unas semanas.
"Queríamos agradecer a la embajada su buena gestión en la investigación y que comenzó con la preocupación de Darlin, que sintió un mal presagio y se puso en contacto con ellos. Sin el papel de la embajada, nada de esto habría terminado siendo así", explica a este periódico.
A pesar de que ya han pasado siete meses, cada poco tiempo sale a la luz nuevos datos e informaciones. La última este mismo martes, 12 de marzo. Con la investigación todavía en marcha, el Centro de Ciencias Forenses de Tailandia ha emitido un informe en el que desmonta la teoría inicial del subdirector de Policía Surakate Hakparn, conocido como Big Joke, y que se encuentra actualmente investigado por corrupción.
Días después del asesinato, Big Joke afirmó que Edwin Arrieta murió de un apuñalamiento en el corazón, a pesar de que no se ha encontrado todavía su torso. Este departamento asegura que no existen indicios que indiquen que el crimen fuese de esta manera.
En todo momento, Daniel Sancho se ha declarado no culpable del asesinato premeditado y también ha señalado que durante meses el cirujano le tuvo como "rehén". La Fiscalía le acusa, además, de destrucción de documentación ajena y de hacer desaparecer partes del cuerpo de la víctima.