Hace unos días, Julián Contreras Ordóñez (38 años) comenzó una nueva vida en la ciudad de Cuenca junto a su padre, después de haber sufrido su último desahucio en Madrid, fechado en febrero de 2023. El hijo menor de Carmina Ordóñez vive ilusionado esta etapa y, tal y como pudo conocer EL ESPAÑOL, está en búsqueda activa de trabajo.
No obstante, los problemas que dejó en Madrid siguen su curso. Este medio ha podido conocer que la excasera de Julián, de nombre Aránzazu, está dispuesta a ir a por todas para recuperar los cerca de 30.000 euros que Contreras le adeudó, siempre según la versión de esta mujer.
Una cantidad que no es exacta, y que podría elevarse si se tiene en cuenta otra serie de pagos que la propietaria ha tenido que realizar en este tiempo. Explica una fuente de total solvencia que a los impagos de alquiler se le deben sumar otros recibos ordinarios, el gasto de abogados y procuradores y demás derivados, como el desembolso que costó el cerrajero al que se contrató tras el desahucio.
Esta mujer tiene claro que no va a parar hasta que se haga justicia. No desea hablar más en los medios de comunicación -hace unas semanas entró por teléfono en el espacio Vamos a ver, de Telecinco-, y sólo será en los tribunales donde se dirima esta cuestión. Se desliza que está molestia, además, por el estado en que Julián habría dejado su casa.
"Las condiciones dejan mucho que desear", detallan a este medio. Finalmente, el inmueble ya está en perfecto estado para volver a ser puesto en alquiler. En estos momentos, como es lógico, la comunicación entre Julián y Aránzazu es inexistente: sólo existe contacto entre sus abogados, y por cuestiones relacionadas con el contencioso que libran.
Frente a la postura de Aránzazu, el entorno de Julián Contreras lo defiende sosteniendo, sin género de duda, que éste "nunca ha dejado de tener voluntad de pago" y es muy consciente de su responsabilidad. Quiere saldar sus deudas, como siempre ha hecho a lo largo de estos años, pero antes "necesita encontrar un trabajo".
La otra parte, en cambio, alega que Julián, en los años anteriores al final lanzamiento, no se puso en contacto para explicar su falta de pago, ni para mostrar esa voluntad de querer abonar lo debido. "Ni siquiera pidió ayuda al Estado. Eras tú quien tenías que estar persiguiéndolo", manifestó la excasera en el programa matutino de Mediaset, Vamos a ver.
El informante con quien contacta EL ESPAÑOL asevera que, además, Aránzazu sintió "que -Julián- se estaba riendo de ella" cuando Julián sostuvo que estaba en una situación económica de vulnerabilidad y, al mismo tiempo, "hacía exclusivas, visitaba los platós y se ponía pelo en una clínica".
Este medio pudo conocer hace unas horas que Contreras Ordóñez sostiene que los hechos que narró esta mujer poco tienen que ver con la realidad. "Su abogado ya está trabajando", se informó a este respecto.
Los hechos, según Aránzazu
"Esto empieza en marzo de 2020, se le manda un burofax y su actitud es 'puedo no pagarte", ha relatado la excasera de Julián. Tras esto, Aránzazu detalla: "Se le reclama la cantidad en junio de 2020 y se le dan los 30 días legales para evitar enervar la acción: me pagas o entramos por vía judicial".
"Mi abogado presenta la denuncia en julio e informa al entorno legal de Julián Contreras que en agosto cierran y no le van a llegar. Por lo que se admite la denuncia a trámite y no se le notifica hasta diciembre de 2020", sentencia la casera. "A continuación, el juicio se da para enero -de 2021-, pero él dice ser vulnerable", declara Aránzazu.
"Como los juzgados en pandemia están saturados, servicios sociales pasan un año intentando localizarle para emitir ese informe y se vuelve a aplazar el juicio", comentó la casera en el espacio de Joaquín Prat (48).
Por último, sobre las informaciones que dicen que Julián Contreras no pagó por tener deudas, comentó: "Este señor ha dejado de pagar el alquiler porque dentro del dinero que tiene prefiere utilizarlo para otras cosas, no porque un juez le haya embargado la cuenta y le haya dejado a cero. Eso no lo hace nadie".
Contreras Ordóñez y su padre ya están instalados en su flamante etapa en Cuenca. Julián ya ha trasladado su currículo a diferentes empresas conquenses y de alrededores. Apunta una fuente de total solvencia que se ha dibujado un perfil injusto sobre él, como persona "vaga" que no quiere trabajar.
"No conozco a persona más corriente y desprejuiciada que él. Ha hecho de todo y tiene experiencia hasta en hostelería", trasladó hace unos días alguien que conoce bien a Julián. Los Contreras están viviendo, en régimen de alquiler, en un piso, ubicado en los alrededores del centro de Cuenca. Según confió una persona, oriunda del célebre enclave de las Casas Colgadas, los precios de alquiler de los inmuebles cercanos al centro rondan los "600 o 700 euros".