Cristóbal Balenciaga se marchó a París en 1937 huyendo de la Guerra Civil. No lo hizo solo. A su lado estuvo Wladzio D'Attainville, a quienes sus clientas, periodistas, inversores y demás diseñadores de la época conocían, oficialmente, como su fiel colaborador. Ciertamente fue así. Trabajaban juntos, pero entre ellos, en la más estricta intimidad, hubo algo más que una relación profesional.
Alejados de los focos, cuando la boutique cerraba, no eran el diseñador y su acompañante. Balenciaga y Wladzio eran pareja. Había complicidad, gestos de cariño y apasionadas escenas que ahora ven la luz en la nueva serie sobre el modista, disponible en Disney+ desde este viernes, 19 de enero.
El primer episodio, titulado A matter of style, muestra los inicios de Balenciaga en la capital francesa, acompañado por su escudero y mayor apoyo, con quien ya trabajaba en su taller donostiarra. Wladzio comenzó siendo su empuje profesional, pero terminó convirtiéndose en su gran amor. De origen polaco-francés, estaba muy bien relacionado y fue quien hizo posible que el diseñador abriera su boutique en París.
Su historia de amor fue un secreto a voces. De cara al público sólo eran una pareja creativa, pero muchos intuían que entre ambos había un affaire. Balenciaga siempre quiso mantenerla en la más estricta intimidad. Como todo aquello referente a su vida privada. El diseñador era celoso de lo suyo y aún más si tenía que ver son su sexualidad.
No llevó una doble vida, pero tampoco vivió con total apertura. Cristóbal Balenciaga mantuvo su relación con sumo cuidado. No hubo un gesto público que confirmara su amor por Wladzio ni nadie nunca, por más que lo presintiera, hizo un comentario al respecto.
"Apenas hay testimonios y ninguno de ellos habla de su amante o de su novio. En todos hacen referencia a su amigo, una manera muy educada de evidenciar que dicho amigo era algo más", recuerda Alberto San Juan (55), quien da vida a Cristóbal Balenciaga en la nueva serie sobre su obra y vida, en una entrevista con EL ESPAÑOL.
En la misma conversación, San Juan añade: "No vivía su sexualidad de manera libre y abierta, en absoluto. En ese aspecto, hay una evidente represión. Eso sí, considero que esa represión no nace de él, sino de la sociedad imperante de esa época. Además, era católico practicante. Dicho de otra forma, profesaba una religión que prohíbe el sexo fuera del matrimonio y de la reproducción. Son esas contradicciones las que también me atraen como actor".
Wladzio, tal y como descubre el primer episodio de la serie, conseguía calmar a Balenciaga cuando él mismo no sabía cómo actuar, guiado por su obsesión con la perfección y en muchas ocasiones dominado por la impaciencia y la inseguridad. D'Attainville era sereno y siempre encontró las palabras justas para que el diseñador confiara en su proyecto.
Como en las películas, Cristóbal Balenciaga y Wladzio D'Attainville nunca se separaron. Sólo la muerte pudo acabar con su relación. El gran amor y fiel colaborador del diseñador perdió la vida de manera repentina en 1948 en Madrid. Apenas una década después de que el modista vasco y a quien Coco Chanel definió como "un verdadero coutirier" comenzó a saborear el éxito de la Alta Costura.
Aquello fue, si cabe, el momento más doloroso en la vida de Cristóbal Balenciaga. En el primer desfile que hizo tras la muerte de Wladzio, el diseñador visitó a las parisinas de negro. Algunos no eran conscientes de su decisión, pero aquello no fue más que un símbolo de luto por la pérdida del gran amor de su vida.