La hermética vida de Isabel Sartorius: de su faceta como 'coach' al gran orgullo por su hija, Mencía Fitz-James
Este pasado 10 de enero, su nombre volvía a la primera línea tras la muerte de su expareja, César Alierta, con quien vivió un romance de tres años.
12 enero, 2024 01:54La plácida, serena y discreta vida que Isabel Sartorius y Zorraquín (58 años) decidió voluntariamente emprender hace años se vio ligeramente zarandeada este pasado miércoles, 10 de enero de 2024, cuando fallecía el último hombre -al menos, reconocido públicamente- que ocupó su corazón, el empresario aragonés César Alierta.
El expresidente de Telefónica falleció a los 78 años en Zaragoza, tras un empeoramiento de su salud. Los medios de comunicación especializados en crónica social han rememorado en las últimas horas cómo fue aquella historia de amor que los unió durante tres años y que terminó en 2021 por un marcado "distanciamiento" en la dupla, como reconoció ella misma.
También ha habido quien, aprovechando este trágico deceso, ha rescatado la presunta difícil relación que protagonizaron Sartorius y los sobrinos de Alierta, quienes nunca terminarían de ver con buenos ojos aquella relación amorosa. Sea como fuere, lo que es innegable es que la discreción ha sido la máxima con la que ha vivido Isabel sus últimos años.
Apenas se sabe de ella públicamente -salvo puntuales y muy selectas apariciones o fotografías captadas por los paparazzi-, y sus redes sociales están cerradas y son privadas. La vida de Isabel Sartorius, pues, es tan apasionante como misteriosa de un tiempo a esta parte. Se mantiene apartada del ruido social y centrada en su faceta de madre de Mencía (26), su gran orgullo.
Se retiró para ejercer su gran pasión: el coaching. Concede excepcionales entrevistas y una de las últimas veces que apareció ante las cámaras y los focos fue para promocionar su libro autobiográfico, Por ti lo haría mil veces. También accedió a dejarse inmortalizar en el XLVI Torneo Internacional de Sotogrande, en Cádiz, en 2017.
Ese aquel torneo, Isabel habló de su nuevo rumbo profesional como coach: "Estoy feliz, pero me falta mucho. Aunque ya me he titulado, requiere años de experiencia y rodaje. Me estoy dedicando a ello, con clientes y me encanta. Cada vez que estás con una persona, te ayudas también a ti misma. Te sale. Muchas veces buscas un objetivo que va en sintonía. Es muy terapéutico".
Tan volcada y centrada ha estado y está Isabel en su nueva ocupación que, según reza LinkedIn, creó en octubre de 2015, como socia fundadora, Gabinete de Coaching Emocional. "El coaching llegó a mi vida en el año 2009. Primero me profesionalicé en Programación Neurolingüística y, más tarde, en Coaching Ejecutivo, especializándome en Life Coaching y en Inteligencia Emocional", se puede leer en su perfil de la citada cuenta.
También cuenta Isabel con una faceta como empresaria y emprendedora. En el año 2006 fundó, junto a su buena amiga Marta Oyarzábal, una línea de bolsos. Un periplo que resultó ser un estrepitoso fracaso. "Mi etapa como empresaria ha sido lo más desastroso de toda mi vida", ha admitido en alguna ocasión.
Se publicó que Isabel y su socia acarreaban deudas por el aval que le firmó el fallecido Fernando Ballvé, una antigua pareja de Sartorius. Entonces, la familia del empresario reclamó 200.000 euros con los que se respaldó el fallido proyecto, una cantidad que Isabel tuvo intención de asumir hace un tiempo. "Es una cantidad elevada y ahora mismo no puedo devolverla", declaró para Vanity Fair entonces.
Isabel y Felipe, amor de juventud
Más allá de ser la expareja de Alierta, en la vida de Isabel existieron otras relaciones sentimentales que marcaron su currículum y dieron forma a su devenir. Una, en especial: la que hizo zarandear los cimientos de la Familia Real española, su romance -oficioso, que no oficial- con el entonces príncipe de Asturias, Felipe de Borbón (55).
De esa relación amorosa el primer material gráfico se publicó en septiembre de 1981. En aquel momento, el príncipe Felipe tenía 21 años e Isabel Sartorius, 24. Las fotos conseguidas por los paparazzi, mientras navegaban por las aguas de la isla en una embarcación, mostraban a dos jóvenes totalmente arrobados.
Pese a los más de 20 años que han pasado de esa historia, el affaire todavía persigue a Sartorius. En cada evento, en cada entrevista, la pregunta parece obligada. Aquel noviazgo fue convulso, pues se encontró con la oposición del propio Juan Carlos I (85), entonces rey de España.
El hoy Emérito nunca terminó de aceptar esta unión, al considerar inadecuado que Isabel fuera hija de padres divorciados. La oposición del monarca llevó a momentos de extrema tensión en la relación de Felipe e Isabel. Un difícil trance que, según se publicó en la época y después han recogido diversos libros, a punto estuvo de provocar la renuncia de Felipe a sus derechos como sucesor de la Corona.
"Algunas veces se encontraron en casa de Ricky Fuster, en la calle Ariza de la localidad de Aravaca, cercana a Madrid", escribió el periodista Basilio Rogado, en su libro Negocios del corazón. El romance llegó a su fin en verano de 1991.
La presión familiar, y el propio peso de la Corona, acabó haciendo añicos el primer amor de juventud del joven heredero Felipe. Puede que también jugara en contra la falta de madurez de ambos. En 2017, Sartorius, con gran entereza y educación, volvía a salir al paso de su historia con Felipe. "No voy a entrar a comentar ciertas preguntas. No sé cómo no se aburren si ya han pasado 20 años", aseguró, con cierto sentido del humor.
Añadió entonces: "Lo siento, porque sé que lo que os divertiría que diera un buen titular… pero no voy a tratar el tema". También se le ha interpelado mucho a Sartorius por su amistad con la reina Letizia (51), extremo que abordó en las páginas de la revista ¡HOLA! en 2010.
"Letizia me aporta mucho y tengo en cuenta todo lo que me dice. Últimamente, me ha animado con mi pequeño salto a la televisión", manifestó, en relación a su trabajo entonces en el programa de Susanna Griso (54).
En esa línea, añadió: "El príncipe es un viejo amigo al que quiero mucho, pero, hoy por hoy, estoy más cerca de la princesa [se refería a Letizia]. (...) No me puedo creer que se haya llegado a decir que estoy haciendo un chantaje a los príncipes y tantas otras barbaridades". Hay otro hombre que ha formado parte de la vida de Isabel y que le dio lo más importante: su hija, Mencía. Se trata de Javier Soto, conde de Montalvo.
"Lo nuestro fue un encuentro emocional fortísimo, congeniamos muy rápido. No nos casamos. De hecho, ni siquiera vivimos juntos el tiempo que pasé en Londres. Javier había sido muy sincero conmigo al decirme que no se veía preparado ni para ser padre ni para casarse", reveló la coach hace un tiempo.
Tras un tiempo de relación, la pareja rompía en buenos términos, y Javier se casaba en 2003 con María Chávarri, con quien tuvo otros dos hijos, Sol y Álvaro. Pasado el tiempo, Isabel se dejó enamorar por Fernando Ballvé, accionista de Campofrío y Telepizza. La última pareja conocida de la madrileña fue César Alierta.
Su madre y un trastorno
Isabel y su madre, Isabel Zorraquín y de Corral, estuvieron muy unidas. Un vínculo del que habló Isabel en su autobiografía. En ella, explicó los problemas de drogodependencia de su madre -fallecida en 2009-, y desveló el efecto que esa circunstancia tuvo en su salud mental. "Con 14 años salía del colegio y mi madre me mandaba a comprar droga", reconoció.
"Mi madre ha sido el eje de mi vida, la condicionó de una manera determinante. Estábamos tan unidas, la quería y me preocupaba tanto, que me até a ella. Luego, esta unión tan intensa nos enredó por completo y dejó en mí la semilla de un trastorno que marcaría mi futuro. Con el paso del tiempo descubrí que lo que me ocurría tenía un nombre: codependencia, y que los hábitos que había ido adquiriendo casi sin darme cuenta formaban parte de un trastorno que padecemos millones de personas en el mundo", manifestó.