Pedro Ruiz aclara por qué no se despidió de María Teresa Campos: "Hay un pequeño 'reality' de los tanatorios"

La semana pasada el mundo de la comunicación sufría una de las pérdidas más irreparables con el fallecimiento de María Teresa Campos. La legendaria comunicadora no pudo reponerse de una insuficiencia respiratoria aguda que acabó con su vida a los 82 años.

Muchos fueron los rostros conocidos que se acercaron hasta el Tanatorio de La Paz, en la localidad de Tres Cantos, en Madrid, para despedirse de la presentadora de televisión. Sin embargo, también estuvo marcado este histórico adiós por algunas ausencias. 

Pedro Ruiz (76 años) fue uno de los que no apareció por allí y en su último acto público ha aclarado el porqué no asistió. Europa Press ha podido hablar con él y ha desvelado lo que sigue: "Los que tenemos tanto currículum, tenemos tantos afectos que llega un momento que parece que vamos al tanatorio para que nos vean".

[El día que Gustavo, el chófer de María Teresa Campos, presentó su dimisión con ella aún viva y decidió ser famoso]

Pedro Ruiz en uno de sus últimos actos públicos. Gtres

El presentador de radio ha confesado que "he hablado con sus hijas por mensaje" y que "siento mucho" su pérdida. En esa línea, matiza: "Si puedo me quito un poco del tema de los tanatorios porque en mi modesta opinión hay un pequeño reality de los tanatorios. Prefiero ser alguien que habla en privado con las personas".

En otro orden de cosas, Ruiz también ha sido preguntado por el asesinato de Edwin Arrieta a manos de Daniel Sancho (29). 

Pedro asegura que "el exceso de información sobre los temas los deforma, en todos los que te puedes imaginar que hay del momento. Luego llega un juez y dice lo que tiene que ser. Respeto el dolor de todo el mundo, pero no abono la polvareda general. Yo soy muy poco dado a hablar de los demás, pero soy muy dado a hablar con los demás".

El comunicador sostiene que es un tema muy delicado para ambas familias: "Primero para la familia del fallecido. No sé si en la vida es más dura la pena de muerte o la muerte de pena. Esas cosas no se borran de la cabeza de un padre y tampoco de alguien que ha perdido a su hermano en un asesinato de tal naturaleza".