Albert Rivera (43 años) recibió el pasado domingo, 20 de agosto, uno de los golpes más duros de su vida: su padre, Agustín Rivera, perdía la vida a los 71 años de forma totalmente inesperada en su residencia habitual, en la Caleta de Vélez-Málaga, donde vivía con su mujer, María Jesús Díaz. Un terrible mazazo no sólo para la familia, sino también para los grandes amigos que Agustín tenía en el mencionado municipio.
Fuentes cercanas a la familia insisten a EL ESPAÑOL que el progenitor del que un día fundó el partido Ciudadanos no tenía ninguna patología previa, que era un hombre, fundamentalmente, sano y vitalista y enérgico. De ahí, la gran sorpresa y el profundo dolor cuando un problema cardíaco le arrebató la vida. Albert confesó ante los medios el pasado domingo, en el tanatorio de La Axarquia, que era un "día muy difícil".
"Estamos rotos", añadió, para rematar: "No puede ser un momento más difícil... Gracias, de verdad". Abatidos, y aún sin creérselo, abrazados en el peor trance de sus vidas, Albert y su madre, María Jesús, no podían disimular la desolación tras la incineración del hombre que marcó sus vidas, para cada uno de una manera diferente.
Antes de que la tragedia aconteciera, Albert estaba de viaje en Londres y, acto seguido, en shock, cogió un vuelo directo hacia Málaga. Desliza una persona que estuvo presente en el último adiós, y que conoce y quiere a la familia Rivera Díaz, que la despedida de Agustín fue íntima y discreta porque así era él.
No era un hombre que le gustara ser protagonista y, desde esa discreción, vivió sus últimos años de vida, sobre todo desde que se afincó en la Caleta de Vélez-Málaga, junto a su esposa y razón de amor, después de abandonar Granollers, en Barcelona. Hace tres años, según los cálculos que se hacen a este medio, que María Jesús y Agustín hicieron las maletas y cambiaron de aires.
En Granollers vivieron la mayor parte de su vida, momentos felices y excelsos, llenos de amor y de crianza, pero también etapas menos agradables, como cuando los padres de Albert Rivera -justo en el momento de máximo apogeo de éste en la política- recibieron actos vandálicos en su negocio de comidas para llevar. Todo ello, felizmente, se superó.
En Vélez-Málaga, María Jesús y Agustín hallaron su paraíso participar. Él se centró en una pasión que sintió desde siempre y que se le desarrolló en su edad madura: la fotografía. Así lo avanza el periodista Jesús Manuel Ruiz en Esdiario. Agustín tenía muchos objetivos por cumplir en torno a la fotografía, pero no ha podido ser. Por su parte, Chus -como se hace llamar en redes sociales- siempre ha sabido mantenerse en la sombra de su hijo, en un segundo plano.
Eso sí, meses atrás su nombre apareció en los medios de comunicación, y no por cuestiones de carácter familiar, sino por su incursión en política. María Jesús participó, el pasado 28 de mayo, en la candidatura de Ciudadanos por el municipio malagueño de Vélez-Málaga, cerrando la lista.
De este modo, la progenitora de Rivera ha tratado de seguir la estela de éste, enrolándose en ese partido al que tanto dio su hijo. Volviendo a las relaciones familiares, este medio ha averiguado, gracias a las redes sociales de Díaz Santiago -donde atesora tan sólo 732 seguidores- que la madre de Albert es muy activa en el mundo 2.0.
Desde que perdió la vida su horizonte y el hombre de su vida, su desaparición en la red es un hecho. Antes de esta desgracia -que ha dejado a María Jesús noqueada y "todavía sin ser consciente"-, Díaz publicaba las maravillas de vivir en el sur de España; tanto a nivel gastronómico como de paisajes, playas, buenas vistas y flores y plantas -su gran pasión-.
La vegetación, en general, ocupa gran parte de su escaparate en la red. EL ESPAÑOL pudo saber, además, hace unas semanas, que Chus da 'me gusta' o likes a las publicaciones de la pareja de su hijo, Malú. Una buena relación, pese a la ruptura, de la que este periódico tiene datos exclusivos. La cantante se desplazó al tanatorio el pasado domingo, día 20, para despedirse del que fue su suegro y, sobre todo, darle un gran abrazo a María Jesús y a Albert.
Cuentan testigos oculares que Malú y la madre de Rivera estuvieron hablando cerca de dos horas. No sólo entre ellas, también entre las exconsuegras: la madre de Malú y la de Albert. -Cuentan a este medio que Daniela, la hija mayor de Albert también estuvo presente el pasado domingo-.
Con el objetivo de consultar y arropar y cuidar a su madre, EL ESPAÑOL confirma que Albert ha cancelado el resto de sus vacaciones para quedarse unos días en Vélez-Málaga.
La historia de amor de María Jesús y Agustín se remonta a los años 70, en el puerto de Barcelona. Él, natural de la Ciudad Condal -aunque sus familiares vivían en Málaga-, y ella, proveniente de Cútar, un pueblo de Málaga. Primer punto en común. "Me vine -a Barcelona- a ayudar a mis tíos, que tenían un bazar en el puerto de Barcelona. Allí vendía relojes, joyas, electrodomésticos...", contó María Jesús en 2017 en El Mundo.
Se casaron muy pronto y tuvieron a Albert, su único hijo, con 20 años. En La Barceloneta, Albert se crio y fue un chaval que echaba una mano en el negocio de electrodomésticos de sus padres siempre que hacía falta. En el seno de la familia Rivera Díaz ha estado siempre lleno de amor, y así creció Albert -con la figura de su padre como gran referente-, hasta que en 2006, julio, Rivera se erige como primer presidente de Ciudadanos. El resto ya es historia.