Era el secreto mejor guardado y uno de los detalles más esperados. Tamara Falcó (41 años) mantuvo la intriga hasta el final y no ha sido hasta ahora, poco más de 24 horas después de su boda con Íñigo Onieva (34), cuando ha quedado al descubierto su traje nupcial. Bajo el talento de Wes Gordon y el sello de Carolina Herrera, la marquesa Griñón lució un vestido clásico y de esencia royal.
Aunque en las últimas horas se filtraron algunos datos del enlace, el gran secreto de la exclusiva se protegió hasta este lunes, 10 de julio. Ha sido la revista de cabecera de Tamara y su familia la que ha dejado al descubierto cada detalle, mostrando a la recién casada en pleno proceso de preparación, durante su llegada al altar y en el esperado 'sí, quiero'.
El vestido de novia de Tamara Falcó, según revela ¡HOLA!, era de esencia royal y estaba bordado con una antigua técnica medieval del siglo XII. En los últimos meses ya había salido a la luz que la marquesa de Griñón buscaba inspiración en la realeza europea y el mismo Wes Gordon, a su llegada a Madrid, confirmaba que sería un traje clásico y blanco.
El vestido era de silueta estilo abrigo, manga tres cuartos y con un delicado escote que dejaba al descubierto su clavícula. Todas las miradas se dirigían al centro del traje, adornado con bordados y pedrería de cristal cosida a mano, bordeando una hilera de botones de arriba abajo. Explica la revista que este detalle está confeccionado con la técnica Zardozi, que data del siglo XII. Consiste en entrelazar hilos de seda con hilos de metal -oro y plata- y cristal. Para ello se necesitaron 400 horas de trabajo de 18 artesanos.
El bordado, además, era un guiño a su ciudad de origen y al título que heredó de su padre, Carlos Falcó. Los motivos representan hojas de madroño y flores de nardo, detalles que hacen referencia a Madrid y al escudo de la marquesa de Griñón.
Como ya se había adelantado, Tamara Falcó completó su vestido con una tiara del siglo XX, confeccionada en diamantes y perteneciente al joyero de su cuñada Amparo Corsini. Ella, de hecho, también la lució en su boda con Manuel Falcó (59). De esta manera, la socialité decoraba su peinado clásico, de moño bajo y con una estética similar al resto del look. En el maquillaje no arriesgó demasiado y optó por tonos claros y toques minimalistas, muy habitual en las novias.
El resto de joyas las completaban unos pendientes de oro blanco y diamantes de Tous, firma de la que es embajadora. Además, su anillo de pedida y una pulsera de su abuela Hilda.
Tamara Falcó caminó hasta el altar acompañada por su hermano mayor y con un velo de cuatro metros de largo, confeccionado en tul y a juego con el bordado floral del vestido. En sus manos llevó un discreto ramo de muguet.
El look dio un giro radical durante el convite, cuando la marquesa de Griñón decidió llevar un estilo menos clásico. Aunque Wes Gordon ya había anunciado que había un segundo traje que rompía con el blanco nupcial, la expectación se mantuvo hasta este lunes.
La revista de cabecera de Tamara Falcó también ha compartido imágenes de este segundo outfit, confeccionado en color marfil. Se trata de un vestido de escote off shoulder, lazada en el pecho y falda de capas que aportaba movimiento al look. Lo completó con unas sandalias de tacón sensato en color cobrizo, a tono con sus largos pendientes. En su melena, la marquesa de Griñón cambió el moño bajo por una coleta sencilla.