El pasado martes, 27 de junio de 2023, perdía la vida la eterna y querida y respetada artista Carmen Sevilla a los 92 años de edad, aquejada de alzhéimer y tras ingresar en el Hospital Fundación Jiménez Díaz a causa de una neumonía.
Todo lo que vino después por casi todos es conocido: el único hijo de la artista, Augusto Algueró (58 años), blindó la despedida de su madre y sólo pudieron decirle adiós sus más íntimos.
Más allá del hondo dolor que siente en estos días la reducida familia de Sevilla -con Augusto a la cabeza-, EL ESPAÑOL se ha interesado por el estado anímico del que fue el íntimo amigo de la sevillana, Moncho Ferrer. El único que la pudo visitar en sus últimos años interna en una residencia en Aravaca. Ferrer y su hijo fueron las únicas personas que frecuentaron a Carmen Sevilla desde que en 2015 ingresó en un centro especializado.
Amén de unas tímidas declaraciones a las horas de ingresar Sevilla en el hospital en estado grave, nada más se ha sabido del discreto y fiel Moncho. Augusto Algueró ha asegurado recientemente -en las que son sus únicas manifestaciones públicas- que sólo velaron a su madre las personas de "lazos de sangre" familiares y sus dos cuidadoras. Ni rastro, en sus palabras, de Moncho.
¿Cómo está Moncho? ¿Por qué no ha ido a despedirse de su amiga al tanatorio de Pozuelo de Alarcón? ¿Por qué no estaba Ferrer incluido en ese selecto grupo de familiares y amigos? Este medio se ha intentado poner en contacto con él, aunque el teléfono lo atiende su hermana.
Asegura esta mujer que su hermano Moncho estaba durmiendo la siesta. Ferrer está "muy afectado" por el deceso de su amiga Carmen y ésa es la razón por la que no ha acudido a darle el último adiós: porque no ha reunido las fuerzas suficientes. Sí que se aclara a EL ESPAÑOL que Augusto Algueró, como no podía ser de otro modo, invitó a Moncho a despedirse. Inicialmente, se contaba con él, pero no ha podido ser.
Por otro lado, se confirma a este medio que existió una especial de "desacuerdo" -un tanto tenso- entre Moncho y el vástago de Carmen, durante una de muchas conversaciones que han mantenido, sobre todo, en la última década y desde que falleció la artista.
Ambos, vía telefónica, expusieron sus puntos de vista sobre cómo despedir a Sevilla, y fue precisamente en ese cómo donde está el quid de su discrepancia.
Ferrer asegura que a Carmen le habría gustado una magna despedida, en la que toda persona que quisiera decirle adiós pudiera hacerlo. A puertas abiertas, sean conocidos o anónimo. En el parecer de Moncho -sustentado en los muchísimos años que conoció a Carmen- está que la presentadora y actriz sería feliz viendo un adiós multitudinario.
En cambio, Augusto no opina de este modo, como lo ha dejado claro a nivel público: "Todos los que vamos a entrar, que somos muy poquitos, son única y exclusivamente familia directa, de lazos de sangre con mi madre, exceptuando dos personas que son las que han cuidado a mi madre durante los últimos años, que son Angelines y Alejandra. (...)".
Sobre las críticas, deslizó: "Si hubiera montado un circo también las hubiera habido". Cabe recordar que la amistad entre Carmen Sevilla y su buen amigo Moncho se remonta a los años ochenta. Se conocieron trabajando en 1985 y desde entonces no se habían separado. Para él, Carmen era una figura imprescindible en su vida y, aunque ella no lo recordaba en su último tramo, se lo hacía saber con cada visita.
Desde 2015, cuando Carmen ingresó en el centro de mayores Orpea, en Aravaca, Carmen Sevilla recibió la visita de su amigo, constantemente. Moncho, quien también trabajaba como actor, llegó a desvelar que veía a la intérprete "casi todas las semanas". Era el único, además del hijo de la presentadora, que tenía permiso para hacerlo.
Aunque no lo reconoce, Moncho Ferrer siempre ha estado a su lado. En su último cumpleaños le llevó un gran ramo de flores y compartió unas horas con la veterana actriz.
La postura de Augusto
Hace unos días, se hacía constar a EL ESPAÑOL que Augusto no ha atendido apenas llamadas de condolencias en estos días: tan sólo aquellos reclamos más próximos y directos a su familia. La gran parte de esas condolencias se han trasladado a su domicilio habitual.
Explicó una persona próxima a Algueró que están siendo unos días aciagos y que las críticas que ha recibido por haber realizado una despedida íntima y hermética a su madre "no le preocupan nada. Él sabe que está haciendo las cosas como a su madre le hubiera gustado. Una cosa es lo que quiere el público y que Carmen fuera agradecida en vida, y otra la opinión íntima de cómo quería enfocar su funeral".
Una línea que el propio Augusto secundó. El compositor justificó la decisión "familiar" de celebrar su adiós así porque querían "un momento muy tranquilo" para despedirla "con todo el respeto, el cariño, todo el amor y el sentimiento que nos gusta ofrecerla".
Desde el vehículo en el que se trasladó al tanatorio de Pozuelo de Alarcón (Madrid), el hijo de la artista quiso hacer una declaración a los periodistas para "dar las gracias por el respeto y las muestras de cariño que hemos recibido tanto mi familia, como mi madre, así como yo".
Tras reiterar el deseo "de estar tranquilos" despidiéndose de su madre, Augusto reconoció que los miembros de la familia están "bastante afectados". "Son momentos duros, y a veces te pega un bajón, que es lo que me ha pasado a mí, y echas a llorar como una magdalena, pero tienes que tirar para arriba", remachó.