El pasado domingo, 18 de junio de 2023, fue un día importante -a la par que duro y agridulce por las circunstancias- en el seno de la celebérrima y mediática familia Campos. María Teresa Campos cumplía 82 años y, como informó EL ESPAÑOL, lo hacía sin ser consciente de su aniversario -hasta el momento en que se sacó la tarta y soplaron las velas-, y aquejada de una débil salud y de un "deterioro cognitivo importante", como reconoció su primogénita, Terelu (57).
Ese día, la comunicadora estuvo arropada por sus hijas, Terelu y Carmen Borrego (56), su yerno José Carlos, su nieta Alejandra Rubio (23) y el padre de ésta, Alejandro Rubio, al que Teresa siempre quiso como un hijo más. Fue un día muy emotivo y especial, y Campos madre llegó a entonar que era muy feliz.
Eso sí, ese día estuvo marcado, inevitablemente, por una doble ausencia: la del nieto de la andaluza, José María Almoguera (33) y el hijo de éste y bisnieto de Teresa, Marc. Tal y como informó EL ESPAÑOL, la visita del joven a su abuela se esperaba ese día, para darle a María Teresa la gran alegría.
Fue su madre, Carmen, quien dio la idea -o sugerencia- de que abuela y nieto se vieran y la matriarca Campos pudiera conocer en persona a su bisnieto. No obstante, al cierre de este artículo, ese reencuentro familiar no se ha producido, como informa el periodista Saúl Ortiz en 20minutos. No sólo esto: José María tampoco llamó a su abuela para felicitarla a lo largo de ese día 18.
Ni visita ni llamada. Se matiza que puede que haya influido en la inexistente comunicación telefónica el hecho de que Teresa ya no disponga -libremente- de su teléfono móvil. Explican a este medio que tamaña situación es muy "dolorosa" para Carmen Borrego, sobre todo. Es un dolor que se vuelve insoportable porque va más allá del que siente como madre: también sufre como hija.
"No se entiende muy bien lo del niño con Teresa porque en nada influye cómo esté él con su madre. La relación de él y su abuela siempre ha sido independiente", explica alguien muy cercano a la familia, de total solvencia. Según deslizan a este periódico, José María adora a su abuela y el sentimiento nunca ha cambiado: tan sólo ha dejado claro que irá a verla cuando no haya ninguna expectación.
Tampoco han conocido, de momento, al pequeño Marc ni Terelu ni Alejandra. Esta última reconoció en el espacio Fiesta que nadie la había "invitado" a hacerlo. La relación de Carmen y su hijo José María se ha reconducido ligeramente, como ha reconocido la madre en Deluxe. Los puentes, en efecto, se han tendido a favor de la concordia, pero aún queda "mucho camino por recorrer".
En otro orden de cosas, EL ESPAÑOL confirma que la familia ha ocultado a Teresa que el programa Sálvame ha terminado sus emisiones este pasado viernes, 23 de junio. No quieren que se preocupe por el futuro de sus hijas, y tampoco que le asalte la nostalgia y recuerde momentos felices -y amargos- en el plató del espacio vespertino.
El deterioro de Teresa
Hace unos días, Carmen Borrego, además de confesar en Deluxe que, por fin, había conocido en persona a su nieto Marc, desveló que su madre, Teresa, lo conocerá "próximamente". Campos madre se enteró de la buena nueva porque su propio nieto, José María, la llamó para comunicárselo, y según apuntó LOOK "la alegría y felicidad de la expresentadora fue absoluta, si bien también efímera".
En la línea de su salud, Terelu -invitada de la noche- dio importantes novedades. "Es evidente que mi madre tiene un deterioro cognitivo muy importante", aseguró, para añadir: "Si ella no sufriera y sólo sufriéramos nosotras yo lo firmaba ahora mismo".
Terelu, generosa, dio detalles de cómo es su día a día junto a su madre. Cuenta que se sienta con ella en el sofá y la acaricia: "Es lo único que me hace feliz con ella, el sentirla. Me he acercado más a mi madre ahora. Estoy viendo que lo mejor que percibe es el amor, el acariciarla, besarla, darle la mano, siempre estoy con ella de la mano".
Explica el entorno de Teresa -el de siempre, el de toda la vida- que ahora no es tan sencillo hablar directamente con ella, y que su teléfono podría tener las llamadas restringidas, en ese afán familiar de protección. "Las hijas nos van diciendo cómo está. Hay que decir que siempre que se pregunta responden", añadió hace un tiempo uno de los informantes.
Guardan, pues, estoico y respetuoso silencio. Es el caso de Yusan Acha, el que fue uno de los últimos directores de ¡Qué tiempo tan feliz! "Quiero respetar la decisión de las hijas de no comentar nada. Espero que me entiendas", fue su escueto mensaje cuando este medio lo contactó. "Teresa se merece que nadie hable en este momento", apostilla una persona que ha compartido grandes y divertidos momentos en el que fue su antiguo domicilio, en Molino de la Hoz, en Madrid.