Este domingo 11 de junio de 2023, a las 12 horas de la mañana, la actriz Ana García Obregón (68 años) tenía una cita muy importante con su público, ése que la ha seguido fervorosamente durante más de 40 años. Fans de todas las edades y estatus sociales formaban, libro en mano, una kilométrica cola que daba la vuelta a la manzana.
A bote pronto, según una señora -acérrima seguidora- con la que EL ESPAÑOL -presente- ha podido hablar, "aquí hay por lo menos más de 150 personas, y las que quedan por llegar. Vengo todos los años y esto es una locura como pocas". La actriz firmaba ejemplares del libro que empezó su hijo y terminó ella, El chico de las musarañas, y la expectación era máxima en el Espacio de firmas La Rosaleda.
Este periódico ha podido comprobar cómo se ha vivido la espera y la atronadora llegada de la presentadora, envuelta en cámaras, flashes, incesantes preguntas sin resuello, y arropada por el equipo de la editorial del libro y de su íntima amiga y representante, Susana Uribarri.
Pero antes de que la guionista de Ana y los 7 irrumpiera en el célebre parque de El Retiro, este medio ha podido charlar con esos seguidores y fans, quienes han aguantado, estoicamente, la espera de su musa, de pie y bajo un sol de justicia, teniendo en cuenta que en la capital reinaba este domingo una temperatura de 24 grados.
Unos se abanicaban con el libro, otros se calaban una gorra y bebían agua fresca y animaban la impaciente espera contando anécdotas de Ana Obregón. "Nosotros vinimos desde San Sebastián en autobús. Hemos viajado toda la noche y estamos aquí desde las siete de la mañana", cuenta un entusiasta fan que, a cada poco, miraba a lo lejos por si llegaba la actriz.
Más de cinco horas de espera han hecho los más madrugadores; todo es poco para ver de cerca a la celebérrima presentadora. EL ESPAÑOL también ha podido hablar con una señora de 94 años, que se declara fan de Ana. La mujer iba acompañada de su hija, también ferviente seguidora de García Obregón. Mientras la hija guardaba la cola, la madre se sentaba a la sombra en una silla. "No me quería perder este momento para nada", asegura.
Tal ha sido el barullo, el ruido y la expectación que en todo momento, alrededor de la caseta donde Obregón firmaba ejemplares, han estado supervisando la situación dos miembros de la Policía Nacional. "Si no mal recuerdo, nunca he visto a la Policía por una firma -de libros-. Esto sólo lo consigue Anita", reflexiona con este periódico otra fan.
Eso sí, no todo ha sido positivo en la larga espera. También ha habido cierto caos y descontento en lo referente a los tickets y el orden de llegada de los fans. Con el objetivo de hacer el trámite de la cola más ligero y efectivo, a la llegada cada persona debía pedir su ticket, en el que aparecía un número que le indicaba su orden de firma. No obstante, como la editorial sólo ha facilitado 150 tickets hay personas que se han quedado sin firma.
"Sólo espero que merezca la pena haber venido y que al final de las firmas Ana se apiade de mí", expresa una damnificada a este medio. Cabe destacar, en otro orden de cosas, que ha habido dos presencias mediáticas -además de la actriz- en esta cita en La Rosaleda de El Retiro. Ana Obregón ha contado con el apoyo de Patricia Cerezo, exmujer de Ramón García y buena amiga suya, y con la sorprendente presencia -se desconoce si es fan o cuál es la naturaleza real de su asistencia- de Christina Rapado (49).
La llegada de Ana Obregón se ha hecho notar. Tanto, que ha paralizado y revolucionado parte de El Retiro durante unos minutos. La actriz -ataviada con un vestido largo de color fucsia con bordados florales que ha combinado con unas manoletinas de charol- ha asegurado, aparentemente abrumada, estar "bien", y se ha alegrado de que tanta gente estuviera en las inmediaciones para comprar su libro.
Cada dos pasos, a trompicones, y viendo a todos los que estaban allí presentes, la actriz se ha quedado más sorprendida porque no se lo esperaba, según sus palabras: "¿Esto qué es? Madre mía. ¡Ay, Dios mío!".
Una vez acomodada en su caseta y ante la insistencia de la prensa para que dijera unas palabras, la presentadora ha mandado callar a todo el mundo para decir lo siguiente: "Os agradezco a todos que estéis aquí, pero os agradecería de corazón que dejéis que estas personas compren el libro porque todo los derechos de autor van para la investigación del cáncer y el cáncer salva vidas", y concluía asegurando que "es todo lo que voy a decir".
Acompañada por su inseparable amiga y representante, Susana Uribarri, la presentadora se ha dejado ver radiante de felicidad al ver el éxito que ha cosechado el libro que su hijo quería que se hiciese público. Minutos más tarde, también ha hecho acto de presencia en El Retiro su íntimo amigo, Raúl Castillo, quien ha sido uno de los apoyos más importantes para Ana en los últimos años.