Entre técnicas de peinado, esculturas, fotografías y libros, Lluís Llongueras ha dejado un legado difícil de igualar. Pero donde va a ser imposible llegar va a ser en el terreno de los afectos. Considerado uno de los mejores estilistas del mundo (así se lo hicieron saber Alexandre de París y Vidal Sasson), falleció el pasado lunes 29 de mayo en su domicilio barcelonés a los 87 años a causa de un cáncer de garganta.



El miércoles 31 tuvo lugar el funeral en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona. La sala estaba a rebosar: los primeros bancos, destinados a la familia, y en el resto se sentaron amigos y trabajadores de la empresa. Porque 'el jefe', como le llamaban cariñosamente, era muy querido por todos ellos.



Fue reseñable que ningún representante de las instituciones como Pere Aragonés (40), presidente de la Generalitat, Ada Colau (49) o Xavier Trias (76) -alcaldesa saliente y alcalde entrante a raíz de las últimas elecciones- hiciera acto de presencia. Sí estuvo en el velatorio Artur Mas (67), expresidente de la Generalitat, que llegó en calidad de amigo personal junto a su esposa, Helena Rakosnik. Tampoco asistieron algunos de los rostros populares a los que hizo distintivos por sus cabellos, como el pelo pincho de Julia Otero (64) en sus inicios televisivos y la cabellera rojiza con mechón plateado de la excorresponsal de TVE Rosa María Calaf (77). 

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Uno de los hijos de Llongueras, en las puertas del tanatorio. Europa Press

La entrada del féretro fue recibida con aplausos y lágrimas sentidas, sobre todo por parte de su viuda, Jocelyne Novella y sus tres hijos, Adrià (29), Antoni (25) y Yasmín (23). La emoción se hizo muy patente en varios vídeos que se proyectaron durante la ceremonia, en los que el protagonista reflexionaba sobre la familia, el trabajo y los amigos. 



A pesar de estar muy afectado, el mayor se mostró en todo momento pendiente de sus hermanos, abrazándoles y besándoles. En vida, Llongueras llevó a rajatabla que en su familia el amor tenía que ser incondicional, y lo logró. El único miembro del núcleo familiar que habló en público fue Antoni, que con un hilo de voz intentó glosar la figura de su insigne padre. 



En otro de los vídeos biográficos con la banda sonora del Nessum Dorma cantada por Pavarotti se mostraron imágenes muy tiernas de Lluís en actitud amorosa con Jocelyne, bailando con su hija Yasmín, momentos de complicidad con Adrià y Antoni y, cómo no, junto a ese rayo de luz llamada Lucía, su nieta de casi 3 años. Ella le dio color a su vida en los últimos tiempos de su enfermedad. "Con un beso de Lucía se cura todo", decía.

Con ese espíritu burlón del que hacía gala, y como si supiera que el final estaba a la vuelta de la esquina, en otro de los vídeos que pudieron verse Llongueras deja un buen consejo que podría mantenerse in saécula saeculórum.

"Lo que quisiera a partir de este vídeo que miráis, es que Lluís Llongueras, sin pretender serlo, es un ejemplo. Un ejemplo de trabajar feliz, de vivir feliz, de disfrutar de la vida y de crearse una vida propia. Porque mi mejor consejo para todos vosotros es crearos vuestra propia vida lejos de la gente a quienes sois indiferentes, lejos de la gente que no os quiera (...) haced vuestro camino con seguridad, sin problemas, sin miedos y disfrutando de cada cosa. Sobre todo, disfrutad. De vuestro trabajo, de una película, de un paseo romántico, de un viaje sensacional. Disfrutad todo lo que podáis porque esto es vida. Lo importante es que viváis y yo, lo que os deseo que en vuestra vida seáis felices. Y si me recordáis, mucho mejor", dice antes de despedirse con una sonrisa y un beso. 

Las muestras de cariño durante este último adiós fueron enormes. Los besos, los abrazos y palabras hermosas para los hijos y la viuda se hicieron manifiestas una vez finalizado el oficio religioso. Un gran Mercedes con los restos mortales de Lluís adornado con grandes coronas esperaba a las puertas del tanatorio mientras la familia le seguía en otros dos coches. "Os quería y os respetaba muchísimo -decía con la voz entrecortada Jocelyne a varios periodistas- porque siempre le estuvisteis apoyando y él os trató siempre con cariño y admiración. Ha dejado un legado importante".

El funeral de Llongueras