El sábado 22 de abril fue un día importante y muy especial para la familia de Ion Aramendi (46 años). Una celebración doble que tuvo como protagonistas a su esposa, María Amores (45) y a su primogénito, que recibía emocionado su Primera Comunión. No lo hacía solo, su madre, pese a haber traspasado ya la barrera de los 40, elegía este día tan especial para comulgar también por primera vez. Eso hizo que la ceremonia fuera aún más emotiva y memorable.
Ha sido la periodista e influencer quien lo ha contado a través de sus redes sociales dando las razones para tomar esta decisión tardía y algunos detalles de la celebración. María, que tiene una familia virtual de casi 19.000 seguidores, ha ganado muchísiima popularidad en el último año y pronto emprenderá nuevos proyectos profesionales en Mediaset.
Ya lo anunciaba su marido en su reciente entrevista con EL ESPAÑOL: "María es una gran comunicadora, es infinitamente mejor en las redes sociales que yo. Ella sabe cómo hacerlo, de qué hablar, y me alucina y me da envidia. Estoy súper orgulloso de ella y justo a propósito de su trabajo en redes le están surgiendo nuevos proyectos para ella". De momento, ha cumplido uno personal muy emotivo: recibir el sacramento de la Comunión con su primogénito.
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Así lo anunciaba: "Nuestra Primera Comunión. La de Ion y la mía. No se lo dije a casi nadie porque no quería robarle ni un poquito de protagonismo. Y también porque me arriesgaba a que a él no la dejaran hacerla… Pero no hice nada ilegal, lo juro, tenía el beneplácito de un sacerdote para dar este paso desde hace 32 años. Una larga historia. Mis padres no me bautizaron de bebé para darme la oportunidad de elegir ese camino en el futuro si así lo deseaba. Y así lo hice. A los 14 años fui a bautizarme voluntariamente de la mano de mi abuela Dorita", confiesa Amores. Fiel a su estilo, siempre aportando un estilo fresco a todo lo que cuenta en redes, prosigue contando la intrahistoria de este evento. "No sabemos de dónde viene mi beatitud porque nunca fui a cole de monjas y mis padres no me inculcaron nada de esto. El día de mi bautismo, el sacerdote me dijo que me veía de sobra preparada para comulgar, que buscase un día importante para hacerlo. Y nunca me atrevía. Ese día sería con mi hijo. Parece que estuve esperando siempre ese momento".
Al fin el sábado 22 llegó la hora tan esperada y la periodista se muestra feliz recordándolo. "Fue muy emocionante. De verdad. Soy muy espiritual y solo en las iglesias encuentro ese momento íntimo y sereno para reflexionar profundamente más allá de lo mundano y cotidiano. Siento emoción verdadera en el corazón. Además, creo que estas tradiciones nos unen. Unen a nuestras familias profesen lo que profesen. Lloramos mucho ayer. Me sentí muy orgullosa de haber criado a una persona tan sensible y tan emocional, eso le va a ayudar a ser más feliz. Expresar los sentimientos es salud mental. Fue un día inolvidable. Una pega: a mí, ningún regalo. Aún estáis a tiempo", termina diciendo con su habitual sentido del humor.
Pero no es del todo cierto, porque, pese a que no era la auténtica protagonista y tampoco la receptora de los obsequios del gran día, María decidió hacerse un regalo ella misma: unas zapatillas Vans de colores pastel de las que se había enamorado. Y quizá cuente también como regalo el programa que prepara en Mtmad, junto a Ion Aramendi, su marido y padre de sus tres hijos. Juntos mostrarán cómo es su día a día en casa y cómo concilian trabajo y paternidad sin morir en el intento.