Si hay algo que define a Ion Aramendi (46 años) es su naturalidad y su cercanía, virtudes sin duda que han provocado su ascenso al firmamento de las estrellas televisivas, donde actualmente ocupa un puesto de honor. Vasco de pura cepa, con acento incluido como reza el anuncio protagonizado por Lola Flores, el presentador vive un momento dorado en el que todo le va de cine. Éxito profesional, cariño del público y una familia feliz junto a la periodista María Amores (45) y sus tres hijos.
No se le puede pedir más a la vida porque, además, Ion le pone música a sus días con el grupo musical que formó hace años y con el que sigue tocando, llamado Pitch. ¿Saca horas al día para todo? Parece que sí. EL ESPAÑOL ha hablado con él para conocer más a fondo su perfil personal y hacer un recorrido por su trayectoria. Atiende al teléfono con una puntualidad casi británica y una voz entusiasta y llena de energía.
Pese a estar en un punto importante de su carrera, Aramendi pasa de egos, se considera simplemente un trabajador incansable y tiene claro cuáles son sus prioridades, que tienen nombre y apellidos: María, con quien lleva quince años de relación, y los pequeños Ion, Lucas y Marieta.
Dos programas en antena, ambos de éxito, Reacción en cadena y las galas de Supervivientes, se diría que es el nuevo presentador estrella de Mediaset.
Pues es un título que no me adjudico ni de coña, la verdad. No me siento estrella de nada. Me siento afortunado y feliz de estar currando, que es lo máximo a lo que aspiramos todos. Estoy en la gloria, porque tengo un programa diario y lo combino con tres galas de Supervivientes, que es el formato más potente que hay en la tele.
¿Eres de esos presentadores que viven obsesionados con los índices de audiencia?
Yo creo que a todos nos preocupa y lo reconocemos. Obsesionado no es la palabra, pero sí preocupado. Nuestra vida depende de los datos, es importante, aunque con el tiempo y la experiencia aprendes a relativizar. De todos modos, son tantos factores que no dependen de ti, que lo importante es sentirse orgulloso de lo que estás haciendo, que te vea tu familia, que estés tranquilo...
¿Da algo de vértigo cuando las cosas van tan bien? Esta es una profesión inestable e impredecible.
Al contrario, lo que da vértigo es estar sin trabajar. Tengo una familia, tengo hijos y siempre quieres una seguridad para ellos, quieres lo mejor para ellos, y la tele no es un sitio donde te puedas sentir seguro porque es cambiante. De todos modos hay que ser optimista cuando las cosas van mal.
Optimista y previsor...
Exacto. Yo soy una hormiguita, no soy muy gastón, ni caprichoso. Soy un currante e intento hacer mi trabajo y atesorar en seguridad y tranquilidad para mi familia.
¿Cuáles cree que son sus virtudes como presentador para llegar a la gente?
¿Sabes qué pasa? Que no nos vemos mucho desde fuera. Yo hay días que me caigo bien y otros, que peor. Mis virtudes no son excesivamente brillantes, soy natural e intento comunicar con la gente de casa siendo como soy. Nunca me he creado un personaje y tampoco soy muy distinto a como soy en mi vida. Bueno, en la tele soy más simpático de lo que soy en general. De primeras no siempre caigo bien.
Además de la tele, también tienes un grupo de música. ¿De dónde saca tiempo para conciliar la vida familiar?
Pues ahora, con el nacimiento de la pequeña, que tiene siete meses, me está costando más centrarme en mi faceta personal y sobre todo en la musical, porque es verdad que estamos intentando tocar de nuevo y hacer bolos. La conciliación con la vida familiar es sobre todo gracias al sacrificio de mi mujer, porque ella también trabaja y además tiene proyectos interesantes a la vista. María es la que ha sacrificado su faceta profesional para estar más pendiente de los niños y así me permite a mí la posibilidad de grabar sin ningún problema. Si no fuera por su generosidad y su sacrificio esto no sería posible.
Bueno, al final son acuerdos de pareja.
Claro, nosotros somos un equipo y cada uno tenemos un rol. Todos echamos un cable a la familia, incluso los niños también.
Su mujer se ha convertido en un auténtico fenómeno en Instagram en el último año.
Sí, María es una gran comunicadora, es infinitamente mejor en las redes sociales que yo, Ella sabe cómo hacerlo, de qué hablar, y me alucina y me da envidia. Estoy súper orgulloso de ella y justo a propósito de su trabajo en redes le están surgiendo nuevos proyectos para ella.
María comparte en redes su día a día y también su faceta familiar, incluso contó el gran susto que tuvo en el parto de su hija pequeña.
Si, fue una cosa muy seria, es verdad que ahora queda como una anécdota porque las dos están bien. Le han quedado algunas secuelas de ese parto y también de los anteriores y pronto tendrá que volver a pasar por quirófano. Me parece genial que muestre cosas de la familia, porque yo estoy muy orgulloso de todos ellos.
¿Se plantean tener más hijos?
¡Para nada! María y yo ya tenemos una edad, y además de lo Marieta, nuestra hija pequeña, fue una sorpresa. Ella es la primera que se parece un poco a mí, es un amor y un regalo increíble. Pero con estos tres basta.
Se dio a conocer en Sálvame, como reportero, ¿qué recuerdos guarda de aquella época?
Fue mi padre quien me avisó de que había un cásting en Telecinco y mi mujer, que por aquel entonces ya éramos novios, también me animó. Yo he aprendido mucho en Sálvame, éramos absolutamente líderes de audiencia. Aprendí a disfrutar de los directos, a lanzarme a la piscina... un montón de cosas. Me curtí mucho.
¿Imaginaba que su carrera iba a tener semejante proyección?
Para nada, además nunca he sido de tener grandes sueños, ni objetivos y tampoco sabía el potencial que podría tener. Creo que también he tenido mucha suerte. Dejé Sálvame porque ya había nacido mi hijo Ion y me costaba compaginar los horarios. Surgió la oportunidad de irme a la televisión autonómica vasca para ponerme al frente de un programa y eso también me hizo coger tablas. De ahí fui a TVE, pero todo esto son carambolas de la vida.
¿Qué otras cosas le gustaría hacer?
Mi padre siempre me ha enseñado a trabajar duro, ser responsable, no llegar tarde, no quejarme... No soy de esos que piensa en lo que va a pasar después. Nosotros no elegimos, a no ser que seas un crack como Buenafuente, así que yo no diría que no prácticamente a nada, siempre y cuando no vaya en contra de mis principios. Me siento afortunado con lo que tengo.
¿Ha notado un incremento de la popularidad, más presión en la calle por su actual éxito en televisión?
El momento de más popularidad que yo he tenido ha sido durante mi época en Sálvame, entonces me reconocía todo quisqui. Fue tan espectacular que ahora todo lo que me pasa es poco. La popularidad nunca ha sido una molestia para mí, no me ha afectado en mi vida personal. Creo que forma parte de mi trabajo y mi familia también lo entiende así.
Para terminar, un sueño personal y otro profesional por cumplir.
No te puedo decir más que me quede como estoy, que mi familia esté bien, que mis hijos sigan creciendo bien y siendo buenos niños. Y como sueño, poder hacer más surf, que me encanta porque me pilla muy lejos el mar. En lo laboral, que ojalá salgan proyectos maravillosos en un futuro.