La presentadora Sara Carbonero (39 años) y su razón de amor, el hombre que ocupa su corazón en estos momentos, Nacho Ortiz Taboada, consolidan su historia de amor a pasos agigantados. Si el pasado mes de marzo EL ESPAÑOL se hacía eco de que los enamorados viven prácticamente bajo el mismo techo en Madrid, ahora este medio ha podido confirmar que Sara y Nacho han protagonizado su primera Semana Santa juntos.
Ambos han festejado estos pasados días de Pascua en el municipio Corral de Almaguer, en Toledo, pueblo natal de la periodista y exmujer de Iker Casillas (41). Según la información que maneja este medio, la pareja fue vista el pasado Jueves Santo, 6 de abril, disfrutando de la procesión, como detallan testigos oculares. Fueron vistos ese día en especial por nuestra fuente, pero, en realidad, "han estado en todas las procesiones".
Deslizan que Carbonero y Taboada no tuvieron ningún inconveniente en mezclarse con la gente para disfrutar de esta fiesta sagrada, aunque bien es cierto que no se prodigaron excesivas muestras de cariño en público. Sea como fuere, los dos han disfrutado de unos tranquilos, discretos y familiares días en el citado municipio, si bien se desconoce si los hijos de la presentadora estaban junto a ella o, por el contrario, pasaban unos días con su padre.
Tres momentos de la comida de la familia el pasado sábado: Irene con su hijo Leo en brazos; Goyi abrazando a su nieto y la madre de Sara paseando por el pueblo.
"A los peques -Martín y Lucas- el jueves no se les vio", apostillan. Como tampoco pudieron ser inmortalizados Sara y Nacho dos días después, el pasado sábado, 8 de abril, durante una distendida comida familiar en un conocido bar del pueblo.
Al filo de las doce de la mañana, en la céntrica Plaza Nueva de la localidad, en el conocido Bar Martínez -apodado Pitufo- se dieron cita Irene Carbonero (35) -hermana de Sara-, la pareja sentimental de ésta y padre de su hijo, Patricio, el bebé de ambos, Leo, y la madre Irene y la periodista, Goyi Arévalo.
Al improvisado tapeo -previo a la comida- se unió más tarde una amiga de la familia. Pero ni rastro de Sara y Nacho. Gracias a las imágenes a las que ha tenido acceso este periódico se puede ver cómo Goyi Arévalo ejerce de feliz abuela con su nieto Leo, al que en un momento dado abraza y besa tiernamente. También se aprecia la gran complicidad entre Irene y su pareja.
Unas instantáneas, pues, que demuestran la felicidad y la gran estabilidad de la que goza la familia, después del último susto de salud de Sara Carbonero, quien en noviembre de 2022 tuvo que operarse de urgencia en la prestigiosa Clínica Universitaria de Navarra, con sede en Madrid, tras acudir a una rutinaria revisión médica. La exmujer de Iker Casillas fue intervenida por consejo médico, tres años después del cáncer de ovario que le diagnosticaron en 2019.
Sara Carbonero y Nacho Taboada, en una de sus últimas imágenes públicas juntos, en diciembre de 2022 en Madrid.
Un revés de salud del que, afortunadamente, ya se encuentra totalmente recuperada. Cabe recordar en este punto que Irene Carbonero es una desconocida para la gran mayoría, y es que ha optado por mantenerse en un discreto segundo plano y cederles todo el protagonismo a Sara y al que fuera su cuñado, Iker Casillas.
Son pocas las fotografías que hay de ella pues, como desveló la presentadora en sus redes sociales, "nunca quiere" salir en las fotos. Irene Carbonero Arévalo tiene 35 años y estudió Psicología en la Universidad Complutense de Madrid, la misma en la que su hermana se licenció en Periodismo.
Posteriormente hizo dos máster, uno de 'Psicología clínica y de la salud' y otro de 'Dirección de personas y desarrollo organizativo', que fue el que le dio los conocimientos necesarios para su puesto actual, pues trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa de automoción desde hace años, tal y como se puede ver en su perfil público de la red social LinkedIn.
Si en lo laboral le va muy bien, también se puede decir lo mismo del terreno más personal. Su pareja se llama Patricio Martínez y, como ella, también es psicólogo. Si bien se desconoce el tiempo que llevan juntos, lo que está claro es que su relación está más que asentada pues el 3 de febrero de 2022 daban la bienvenida a su primer hijo en común.
Un bebé que se llama Leo y que se ha convertido en el centro de sus vidas. La mejor prueba está en las redes sociales, donde Irene comparte mucho contenido del pequeño.
Sara y el amor
Carbonero está feliz y, desde su última operación en noviembre de 2022, se bebe la vida -aún más- a grandes sorbos, como se explica a EL ESPAÑOL. La relación entre Sara y Nacho va a velocidad de crucero y ambos han sabido afianzar su romance desde la discreción que siempre los ha caracterizado. Hace un tiempo, este periódico informó que los enamorados se habían planteado vivir juntos.
Sara Carbonero en una imagen de archivo.
Un proyecto en común que, como su historia de amor, va cogiendo forma y echando raíces. "Viven prácticamente juntos", explica una persona próxima a la presentadora. De este modo, la pareja ha pasado de disfrutar de "noches sueltas" en sus respectivas casas a hacer una convivencia más estable y casi diaria. Eso sí, aún no han dado el paso, formal, de una mudanza.
Cada uno, con carácter oficial, sigue haciendo vida por separado -él, en el centro de Madrid; y la periodista, en su casa de Boadilla del Monte, junto a sus hijos, Martín y Lucas-, pero cada día es más habitual verlos entrar y salir de la residencia del otro. Deslizan a este medio que la relación de Nacho Taboada con los hijos de Sara es muy buena, y "te diría que no queda nadie de la familia de ella que no conozca a Nacho. Está muy integrado".
Cabe recordar que fue en abril de 2022 cuando se hizo pública esta relación. Sara y Nacho fueron vistos el 10 de abril en una discoteca de Madrid. Estuvieron en buena compañía, la de Isabel Jiménez y el marido de ésta, Álex Cruz. Esta reunión no es casual, pues según se aseguró Nacho es amigo de Isabel Jiménez, pero, sobre todo, de su marido, Alejandro. "Los dos se conocen desde hace años y les une la pasión por la música", se aseveró entonces.