Este pasado martes, 14 de febrero de 2023, Día de San Valentín, nunca lo olvidarán Manuel Díaz 'El Cordobés' (54 años) y el legendario Manuel Benítez 'El Cordobés' (86). Padre e hijo, tras más de 50 años distanciados y con una titánica guerra judicial de por medio, se fundieron en un abrazo, limaron asperezas y entonaron aquello de 'pelillos a la mar'.
Que ese encuentro histórico tuviera lugar este 14 de febrero no es baladí. Manuel Díaz lo hizo público en un día marcado en rojo por partida doble para el que es considerado como el quinto califa del toreo. El veterano torero ha recibido un homenaje en el Rectorado de la Universidad de Córdoba para celebrar el vigésimo aniversario de su proclamación como V Califa del Toreo, una de las más altas distinciones para los profesionales de la tauromaquia.
Un acto muy especial en el que Manuel Benítez ha contado con el apoyo de su hijo, Manuel Díaz, al que no ha dudado en abrazar con una inmensa sonrisa ante las cámaras, confesando su felicidad por este esperadísimo momento que ha tardado en llegar más de medio siglo.
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Ese solemne y emotivo día padre e hijo estuvieron arropados, especialmente, por tres pilares fundamentales para ambos, en sus respectivas vidas: Virginia Troconis (42) -mujer de Manuel Díaz-, Julio Benítez (37) -hijo de El Cordobés padre y hermano de Manuel-, y la actual pareja de Manuel Benítez, María de los Ángeles Quesada. Ella, María de los Ángeles, es la mujer con la que comparte la vida el legendario diestro desde finales de 2016.
De este modo, Quesada llegó a la vida de Manuel Benítez meses después de divorciarse de su anterior esposa y razón de amor, Martina Fraysse. Fraysse fue la mujer que vivió al lado de Manuel Benítez durante 52 años y con ella tuvo a sus cinco hijos, María Isabel, Manuel, Rafael, Martina y el torero Julio Benítez. Durante esos años y décadas, Martina fue el pilar de la familia y recibió el apodo de La Pantera, en los círculos taurinos, por sus marcados ojos verdes.
Fraysse y Manuel contrajeron matrimonio el 11 de octubre de 1975 en Palma del Río, después de que hubieran nacido los dos primeros, Maribel y Manuel. Antes del divorcio, Martina tuvo que lidiar con una losa social muy difícil: ser acusada de no colaborar -presuntamente- o de impedir la unión entre padre e hijo. Así lo recordó en febrero de 2016 la periodista Paloma Barrientos en Vanitatis.
Nadie entendía que un hombre como Manuel Benítez, que tuvo una infancia tan complicada y convulsa y llena de tragedias -sus padres murieron muy jóvenes-, no quisiera reconocer a su sexto hijo, Manuel Díaz El Cordobés. Así lo explicó, hace siete años, la citada periodista: "Los que han conocido la historia del Cordobés desde sus inicios pronto pusieron nombre a ese desafecto filial".
Y añadió: "Verdad o leyenda, culpaban a Martina Fraysse de ser la responsable de no facilitar la relación entre el pequeño Manuel y su padre. Más si cabe cuando ella también se había quedado embarazada en una situación muy parecida a la de María Dolores González -la madre de Manuel Díaz-, la doncella a la que sedujo el torero. (...) La Pantera lo era también en carácter. Si había abandonado estudios, país y un mundo intelectual muy diferente al que le ofrecía su novio, también él debía comprometerse y empezar desde cero, como así hizo".
Se llegó a aseverar que Martina Fraysse amenazó a Manuel Benítez con el divorcio y con llevarse a sus hijos a Francia si aceptaba la paternidad de Manuel Díaz, tal y como sostuvo entonces ese medio. En septiembre de 2016, Manuel y Martina se divorciaron y tomaron caminos separados. No fue un tiempo fácil entonces para el legendario torero, ya que se publicó que los hijos se posicionaron al lado de su madre. El tiempo lo recolocó todo.
Bien es cierto que, pese a que El Cordobés se desvinculó de Fraysse, y de sus presuntos cortapisas, no ha sido hasta hoy, siete años después, cuando Benítez ha dado el paso de abrazar a su hijo. Cuando el padre reconoció -sólo legal, no afectivamente- al hijo en 2017, en Morón de la Frontera, Fraysse rompió su silencio y discreción, que eran su bandera hasta entonces.
Martina se mostró contundente -"me parece estupendo"-, y aseguró que no le importaba lo que pudiera pensar la gente sobre su criterio tras el encuentro paternofilial: "La gente que piense lo que quiera, a mí la gente no me da de comer ni de vivir".
De igual forma se pronunció sobre el futuro acercamiento entre padre e hijo -hoy, una realidad-, pues eran muchos los que acusaron a Martina de estar en contra: "Que digan lo que quieran. Yo no voy a dar explicaciones de mi vida. No las he dado nunca y no voy a empezar a darlas ahora. He vivido al margen de la prensa". Y añadió, rotunda y taxativa: "He hecho una vida privada con un personaje público, pero ahora que hable él, que haga lo que quiera. Hemos llegado a una separación y ahora que lleve su vida como mejor le parezca".