José María Gil Silgado (60 años), conocido por haber sido pareja de María Jesús Ruiz (40), ha sido ingresado de urgencia en el Hospital Infanta Elena de Huelva. El empresario, que se encuentra cumpliendo condena en la cárcel de la capital onubense, comenzó a sentirse mal hace unos días y finalmente necesitó ser trasladado al centro médico al sufrir un fuerte dolor en el pecho.
Tras pasar varias horas en observación con la tensión muy alta, fue trasladado a planta para que se le realicen varias pruebas. Allí se encuentra todavía, en una habitación individual que está custodiada por dos policías y en la que solo recibe las visitas de su hermana Cinta. Así lo desvela Semana, donde también se desliza que su evolución, es favorable y que podría recibir el alta en los próximos días si continúa así.
Se trata del segundo ingreso médico de Gil Silgado en menos de dos meses. El pasado mes de agosto, cuando estaba internado en la prisión de Albolote, en Granada, José María pidió el traslado a otra cárcel tras recibir amenazas por parte de otro reo que le dijo, en palabras de Calleja, que le "iba a hacer daño".
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Pese a ello, el cambio no tuvo lugar hasta los últimos días de 2022. Cuando finalmente llegó el día, y a falta de unas horas de ser trasladado, sufrió una agresión. Así lo explicó el periodista en Sálvame el pasado 2 de enero, desvelando que el ataque tuvo lugar en uno de los callejones del módulo 6. "Salió en muy malas condiciones. Debido a eso tuvo que ser ingresado seis horas en un hospital de Sevilla", añadía.
También cabe recordar que en marzo de 2020 también fue ingresado de urgencia en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla tras sufrir un fuerte dolor en el pecho y en el brazo. Pese a que parecían síntomas de infarto, todo quedó en un susto. Además, en 2021 se le detectó un cáncer de colon por el que fue intervenido ese mismo año.
José María Gil Silgado, que fue condenado por alzamiento de bienes en un asunto relacionado con caballos, se encuentra a la espera de saber si se le concede el tercer grado. Una petición que le ha sido denegada en varias ocasiones, y eso que los informes médicos del juzgado apuntan a que su calidad de vida, por motivos de salud, mejoraría si terminara de cumplir su condena en un centro de inserción social.