El pasado 22 de septiembre, la vida de Tamara Falcó (41 años) cambió para siempre. En apenas unas horas, anunció, feliz, vía Instagram que se había prometido con su pareja, Íñigo Onieva (33) después de dos años de amor. Automáticamente tras aquel romántico post, de manera masiva, empezaron a llegar a los móviles de media España -y, por supuesto, al de la propia marquesa de Griñón- varios vídeos de su novio, su prometido, besándose con otra mujer.
La hija de Isabel Preysler (71) cortó por lo sano y afirmó en el sinfín de entrevistas que concedió luego: "Me da igual que haya sido un beso de seis segundos o un nanosegundo en el metaverso. Si esto es verdad, aquí se acaba todo". Y así fue. Con el quiebre de su romance y la anulación de su engagement a causa de la infidelidad y la mentira, la hija del recordado Carlos Falcó lo dijo claro: "Me voy a centrar en mi trabajo".
La realidad, hoy, martes 3 de enero, es otra muy diferente. Durante las últimas semanas se ha hablado de un acercamiento entre ellos que ha desembocado en una segunda oportunidad. Tal y como ha adelantado el diario ABC y, a continuación, ha confirmado la revista ¡HOLA!, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han vuelto. Fuentes cercanas a la pareja expresan a la publicación de cabecera de la familia Falcó Preysler que "hacer las paces ha sido un milagro navideño".
El pasado 30 de noviembre, Tamara Falcó e Íñigo Onieva mantuvieron un encuentro en privado que duró unas ocho horas. En aquella cita, el origen de su regreso por la puerta grande, la marquesa le confesó a su exnovio que un amigo en común, Hugo Arévalo, había intentado acercarse a ella, lo que provocó la ira del relaciones públicas de Lula Club, que le escribió un brutal mensaje que se filtró a los medios y se viralizó en las redes sociales.
Estas reuniones secretas han desencadenado, a todas luces, la reconciliación entre Tamara e Íñigo. En los últimos meses, Onieva ha mantenido un perfil muy bajo en su cuenta de Instagram y en los medios y, según fuentes cercanas, está intentando dejar de lado la fiesta -centrándose sobre todo en su trabajo en los restaurantes Totó y Tatel- para acercarse más a la fe católica.
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En la mañana de este martes, Onieva se mostró cercano y atento con las cámaras de Europa Press, aunque prefirió no dar pistas sobre su reconciliación con Falcó. "Lo sabéis, no tengo nada que decir nunca". Íñigo salía de una tienda sin hacer declaraciones acerca de en qué punto se encuentra su relación con la marquesa de Griñón.
Pese a su silencio, la cercanía y la evolución en positivo de la pareja era clara. Y es que a pesar de que la hija de Isabel Preysler tenía muy claro que jamás volvería con una persona que le había sido infiel, el empresario ha logrado su objetivo: reconquistar a la que un día fue su prometida. La pregunta ahora es evidente, ¿habrá boda el próximo 17 de junio tal y como estaba previsto?