Iñaki Urdangarin (54 años), exmarido de la infanta Cristina (57) y excuñado del rey Felipe VI (54), ha sufrido un aparatoso accidente mientras realizaba una de sus grandes pasiones: deporte. El que fuera jugador de balonmano profesional con la Selección Española se cayó, según ha adelantado Vanitatis, apoyando su cuerpo -mide 1,97 m- sobre su codo, provocando así su fractura.

Si bien en un principio se desconocía si Urdangarin debía pasar o no por quirófano para corregir la rotura de tan importante articulación, finalmente, no ha habido más remedio, tal y como ha desvelado Claire Liebaert, su madre, en conversación con la revista Semana. "Muchas gracias por la preocupación, está mejorando poco a poco", ha expresado su progenitora. Y continuaba: "Ahora lo que tiene que tener es mucha paciencia", señala, quien también apunta que lo ve "bien".

El exduque de Palma se ha tomado este contratiempo "bastante bien" y espera "con paciencia" el momento de poder retomar, más o menos, la normalidad en su vida. A su lado, en todo momento, su razón de amor, la persona por la que dejó a su esposa, la hija mediana del rey Juan Carlos (84), tras casi 25 años de matrimonio y cuatro hijos: Ainhoa Armentia (43).

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Alejado voluntariamente del foco mediático desde que se conoció su separación de la infanta Cristina y consolidó su relación con la abogada vasca Ainhoa Armentia a principios de este año, los días de Iñaki Urdangarin en Vitoria pasan entre la búsqueda -hay quien se atreve a afirmar "desesperada"- de empleo como coaching deportivo, sus planes tranquilos con su actual pareja y la práctica de deporte, lo que le ha llevado a tener este accidente por el que ha tenido que ser intervenido.

Iñaki Urdangarin siempre ha encontrado en la actividad física su bálsamo a todos sus dolores y penas, a su tristeza y su aflicción. Tras pasar tres años en la prisión de Brieva, en un módulo en solitario, el que fuera yerno del rey emérito confesó que los libros y el deporte en la cárcel fueron lo que le mantuvo la mente ocupada para no pensar más de la cuenta en las terribles cosas que en esos instantes alguien puede llegar a imaginar.

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Con la mayor parte de las horas del día libres en la actualidad, la rutina del exduque de Palma pasa por practicar diferentes deportes como el footing, el ciclismo o el yoga, que le ayudan no solo a mantenerse en forma sino también a mantener su salud mental a raya después de una época complicada por su mediática y complicada separación de la infanta Cristina y sus presuntas dificultades económicas por la falta de un puesto de trabajo que lleva buscando sin éxito más tiempo del que le gusta admitir.