El Ayuntamiento de San Juan del Puerto, localidad natal del periodista Jesús Quintero 'El loco de la Colina', ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento de su vecino más ilustre.
Finalmente, será en su pueblo, concretamente en el centro sociocultural que lleva su nombre, en vez de en el teatro municipal, donde se instale la capilla ardiente este martes a partir de las 19,00 horas.
El entierro tendrá lugar el miércoles en el cementerio municipal junto a sus familiares más cercanos. Su familia solicita máximo respeto en estos momentos tan difíciles y agradece todas las muestras de cariño.
En un comunicado, la alcaldesa, Rocío Cárdenas (PSOE), asegura que el pueblo de San Juan del Puerto velará por el legado de quien es también su Hijo Predilecto y que su memoria siempre permanecerá viva desde lo alto de la colina que le vio nacer.
[Muere a los 82 años el periodista Jesús Quintero, el mítico presentador de 'El loco de la colina']
El locutor radiofónico ha fallecido este lunes a los 82 años en la residencia Nuestra Señora de los Remedios, en Ubrique, Cádiz, donde estaba ingresado desde hace un mes por problemas de salud.
Las condolencias a través de Twitter no se han hecho esperar. Uno de los primeros en mostrarlas en su perfil ha sido el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (52).
Fuentes familiares confirman a EL ESPAÑOL que el comunicador se retiró a descansar dentro de su estancia en la residencia y no se volvió a despertar.
Quintero sufría una afección respiratoria y fue operado de una patología cardiaca en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva. El comunicador era uno de los personajes más emblemáticos de la televisión española, así como uno de los más reconocidos gracias a su importante trayectoria profesional. Fue ganador de dos Premios Ondas, una Antena de Oro, la Medalla de Andalucía y el premio de Periodismo Rey de España.
Era el pasado 7 de septiembre cuando saltaba la noticia de su ingreso en la residencia Nuestra Señora de los Remedios en Ubrique. Su estancia en el centro había sido una decisión tomada por sí mismo, según se explicaba en el comunicado facilitado, recibía "el tratamiento necesario para su recuperación".
El comunicador onubense (nacido en San Juan del Puerto), dio sus primeros pasos como actor, aunque pronto comenzó su carrera radiofónica en RNE en su tierra natal, donde se presentó por oposición obteniendo una plaza en los años 60. Allí realizó programas de éxito como Estudio 15.18, Ciudades y El hombre de la roulotte.
Pero sin duda, años después llegaría su mayor éxito profesional;El loco de la colina, que nacía a principios de los años 80 como un programa de radio nocturno. Primero fue emitido en RNE entre 1980 y 1982 dando el salto a la cadena SER hasta 1986. Un formato que rompió las fronteras de nuestro país, llegando hasta Argentina o Uruguay gracias a su peculiar y original forma de entrevistar.
Su particular silencio después de las respuestas de cada personaje se convirtió en su sello personal, que en ocasiones, sacaba a relucir informaciones muy íntimas de sus invitados.
Debido a una neurosis depresiva hipocondríaca abandonó la radio en 1986, pero finalmente aceptaría presentar El loco de la colina en México y Argentina. Su siguiente programa de entrevistas llegaría en 1988; El perro verde, emitido en TVE. Un formato que no dejó indiferente a los televidentes, convirtiéndose en todo un éxito de audiencia, que años después presentaría en Buenos Aires, México y Venezuela.
Su trabajo en la televisión de nuestro país no cesó y nacieron Trece noches o Qué sabe nadie en 1990. Años después, llegarían Cuerda de presos, Ratons coloraos o La Noche de Quintero.
Sus últimos años
Durante sus últimos años profesionales (2010 y 2011) presentó para Canal Sur El sol, la sal y el son, y hasta mediados de 2012 El loco soy yo. En los últimos años, Jesús Quintero pudo hacer realidad su sueño de crear su propia Fundación Jesús Quintero.
Fue en febrero de 2019, y gracias a ella, Quintero la convirtió en su esperanza e ilusión. En noviembre de 2020, se desveló que Quintero vivía, supuestamente, arruinado y un tanto alicaído por no poder despedirse de su público como él creía merecerse.