Junior Míguez ('UPA Dance'): "Por mi cáncer no siento rencor, pero sí paralizó mi carrera en su punto álgido"
Con motivo del lanzamiento de su nuevo single, EL ESPAÑOL ha charlado con el artista sobre las luces y sombras de la profesión y la vida personal.
29 julio, 2022 02:32Junior Míguez (44 años) es un artista multidisciplinar que nunca pasará hambre porque sabe buscarse la vida. En el arte, en la música y el flamenco, sobre todo, pero no únicamente ahí. En lo que haga falta. Junior, como se lo conoce mediáticamente desde aquel célebre trabajo en la serie UPA Dance que lo catapultó al estrellato, está abierto a innovar en su profesión como músico y compositor, como virtuoso de la fusión flamenco-rap.
"Juntos somos mucho más fuertes y juntos conseguimos muchas más cosas", asegura, ilusionado como un chaval, Míguez en conversación con EL ESPAÑOL. Dice que si lo llama Omar Montes (34) o Kiko Rivera (38) para alguna colaboración no diría que no de entrada. En ésas está Junior: en seguir, aprender y dejarse llevar. Crecer, expandirse.
Ha estado 13 años de su vida artística alejado del foco y de la primera línea mediática para luchar contra un cáncer que le fue diagnosticado, pero defiende que está de vuelta a lo grande, al mismo tiempo que matiza: también ha formado en estos años una maravillosa familia y se ha volcado en la carrera de su mujer, La Flaka (37). Eso sí, ahora es el momento de Junior Míguez, su regreso estelar con un nuevo tema, Un, dôh, trêh, cuatro.
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¿Cómo surge la idea de esta canción?
La canción surge porque estoy viendo El libro de la selva con mi hijo y cuando en un momento se canta 'vamos con el un, dos, tres, cuatro'. Justo en ese momento pasa mi mujer, La Flaka, por detrás y me dice: 'ahí hay un temazo'. Me puse a pensar y a trabajar con eso. Y lo llevé a la fusión que siempre he trabajado y ha salido un temazo. Mi mujer mal encaminada no iba.
Esa fusión flamenco-rap.
Siempre lo he hecho. Sobre todo, el flamenco, porque al final es nuestra forma de ser nuestra. Nos hemos criado desde pequeños con el flamenco.
¿El título de la canción ha sido pura casualidad con la serie 'UPA Dance'?
Sí, no tiene nada que ver con el 'Un, dos, tres, cuatro' de la cabecera. Ha sido paralelo, pero sin tener conexión ninguna.
Saca su tema y se graba 'UPA Next', ¿le has propuesto participar?
A mí no me ha llamado nadie, he estado en contacto con muchos compañeros de la época, pero desde la productora nadie se ha puesto en contacto conmigo. Para mí sería una maravilla. Simplemente, por el tema que vivimos en aquella época. Fue una brutalidad, un cambio de vida para todos. Nosotros miramos para atrás y lo sentimos todo con nostalgia. Realmente éramos jóvenes y no teníamos los problemas de adultos. Es como cuando vas de pequeño de vacaciones de verano al pueblo de tus abuelos.
Eran muy jóvenes y fue un éxito brutal. ¿Usted qué le diría a ese chico que empezaba?
No lo sé, porque ahora mismo tengo la misma visión de entonces. Tengo la misma ilusión, fíjate. Después de 13 años alejado por problemas en la montaña, tengo las mismas ganas. He estado haciendo otro tipo de cosas, pero estoy muy ilusionado. Yo creo que le diría a mi yo más joven: 'oye, escúchame, ¿tú estás igual de ilusionado que yo?'. ¡Hay noches que no duermo, porque estoy súper nervioso por las cosas que tengo que hacer! Estoy todo el día inspiradísimo.
Eso es todo un lujo.
Así me siento. Tú lo has dicho. No es ni vocación, te llena de amor.
Nunca ha dejado de crear.
En cierto modo, nunca lo he dejado, siempre he estado haciendo colaboraciones, con mi mujer, La Flaka, por aquí por Andalucía. Yo no he parado, he estado alejado de lo que es mi carrera como tal, alejado del público en masa, pero estoy totalmente enamorado de mi trabajo. Si me hubiese apartado, me habría convertido en un muñeco roto. Me negaba a eso. He estado dedicado todos estos años a la carrera de mi mujer. Sigo componiendo, escribiendo, haciendo música.
Dice que temió ser muñeco roto. ¿Siente rencor por ese cáncer, esa enfermedad que tuvo?
No, rencor a la enfermedad en ningún momento. Evidentemente, he estado mucho tiempo que no me he llevado bien con ella. Simplemente por el tema de que tuve que parar toda la carrera mía. Era un momento en que me iba bastante bien, teníamos giras en Latinoamérica, en Estados Unidos, por toda España. Iba todo genial y tuve que parar. Paré muchos años para superarlo. Luego también paré porque quise construir una familia, un buen seno familiar y ser feliz en todo eso. Pero no, rencor ninguno.
Enfadarse contra eso es sano, es natural.
Todo eso está totalmente superado. Hace un montón de años que no me pasa por la cabeza.
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Formó una gran familia, sólida familia. Tiene dos hijos, Alba y Romeo, y se casó con La Flaka en 2016.
Sí, me casé con el amor de mi vida.
¿Cuál es el éxito del matrimonio? ¿Sabría decírmelo?
El éxito no sé cuál es, pero nosotros tenemos costumbres como sentarnos todos juntos a comer a diario. Eso para nosotros es importantísimo. Y comemos sin televisión. Comemos hablando, del día a día, de qué ha pasado hoy, qué vamos a hacer... La comunicación es importantísima. Tanto entre los adultos, como con los pequeños. De la relación entre mi mujer y yo, me da igual cómo sean las demás, decir que estamos los dos alucinando el uno con el otro continuamente. Eso es diario y tiene que ser así. Tenemos altos y bajos, como todas las parejas, pero estamos 24 horas juntos trabajando.
¿Quiere alguno de sus hijos seguir sus pasos?
Sí, sí, te diré que nosotros en ningún momento les hemos inculcado nada de eso. Siempre les hemos dicho que sean lo que quieran, por ejemplo, barrenderos, pero que sean los mejores barrenderos. El pequeño, Romeo, quiere ser bailarín y cantante.
Cumple dos décadas de 'El príncipe de los gatos'. ¿Le ha tratado bien la fama?
Bueno, no sé. El concepto de la fama es bastante efímero para mí. Vengo de un barrio muy humilde y nos hemos criado con una educación muy humilde. Ambiciosos somos, evidentemente, pero no más allá de hipotecar nuestro arte. Yo, más que famoso, me considero artista. Famosos, no. Siempre somos cercanos. Seguiremos siendo así porque eso va en nuestra personalidad. El éxito es otra cosa, pero la fama no va con nosotros.
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Ustedes nunca vendieron su vida privada.
Eso no va con nosotros, no va con nuestra forma de ser.
Es muy amigo de Alejandro Sanz...
Es una relación de amistad muy sincera. Llevamos 20 años de amigos y cada vez que podamos juntarnos lo hacemos. Si tenemos un hueco, hacemos un arroz y nos lo tomamos juntos. Al final, lo que es una amistad sincera. Él me enseña sus cosas, yo le enseño las mías. Compartimos, una cosa muy normal. En esto de la amistad lo que es muy importante, para preservarla, es que haya varios elementos como la prudencia, el respeto y no pedir nada. Es algo incondicional. Sabemos que nos tenemos.
Y sin envidia...
La envidia en España es un deporte nacional. Nosotros siempre nos alegramos por los demás y sus proyectos. Eso es necesario dentro de la amistad.
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En un mundo musical como el actual, donde están tan de moda las fusiones, si le llama Omar Montes o Kiko Rivera para hacer una colaboración, ¿aceptaría?
Al final, no se nos puede olvidar que la música es un negocio. Esto es un negocio. Y siendo más joven, cuando se es menos consciente de la industria o sabes menos de cómo funciona, a lo mejor te pones un poco más exquisito. Evidentemente, no voy a hacer nada que hipoteque la forma que tengo de ver el arte. Eso no lo puedo hacer por mucho negocio que haya. Podré colaborar con algún artista que tenga que ver con mi historia y con mi forma de hacer las cosas. Estoy abierto a colaboraciones, claro que sí. Sería absurdo que no lo estuviese.
Una actitud en pos de reinventarse y no cerrarse...
Juntos somos mucho más fuertes y juntos conseguimos muchas más cosas. De hecho, los artistas sin vosotros, los medios de comunicación, no somos nada. De eso se trata el negocio, no se nos puede olvidar.