"Yo soy una más de ustedes. Hoy y para siempre", exclamaba a voz en grito el pasado viernes, día 8 de julio, la cantante Isabel Pantoja (65 años) en el acto más multitudinario con motivo de la semana del Orgullo LGTBIQ+ en Madrid.
La Plaza de España de la capital todavía hoy se pregunta qué quiso decir exactamente la tonadillera con esa frase, la misma que pronunció, tan sólo 15 días antes, María del Monte (60) en la Alameda de Hércules de Sevilla para expresar, por fin, al mundo que era una mujer homosexual.
Como era de esperar, el discurso de Isabel Pantoja ya ha sido escudiñado, analizado y comentado al detalle por la mayoría de programa de televisión y periódicos especializados en corazón. Lo sorprendente del asunto es que la creadora de Se me enamora el alma ya había hablado sobre su orientación sexual en una de las entrevistas más sinceras que se le conoce hasta la fecha.
Fue en marzo de 2004, nueve meses después de que se descubriera su polémica relación sentimental con el entonces alcalde de Marbella, Julián Muñoz (74), cuando la artista decidió conceder una entrevista reposada, tranquila, sin prisas y sin interrupciones con el veterano periodista Jesús Quintero (81) en el extinto Ratones coloraos. "Cuando dudan de tu condición sexual, ¿qué?", pregunta el presentador.
La cantante, curtida en mil batallas televisivas y con más de 30 años de entrevistas en todos los medios de comunicación, responde, tajante. "Cada uno puede pensar lo que quiera. Si eso está en tu camino, lo que sea, eso está pa' ti. Te metas donde te metas. Yo no tengo que demostrarle nada a nadie de como soy. Soy como soy, una mujer".
Quintero parece no quedarse demasiado satisfecho con la respuesta de Pantoja y le aprieta un poco más. "No estoy seguro de haberme enterado o es que me hubiera gustado que hubieras sido más pedagógica...". "No, yo soy trianera, mi vida. Y te lo contesto de Triana", replica Isabel como sólo ella sabe hacerlo.
Y concluye diáfana como nunca antes: "Mira, tenemos una vida cada uno y tenemos un camino trazado, y en ese camino de ocurren cosas. De una manera o de otra. Y si te pasa, tienes que aceptarlas, tranquilamente y felizmente. Pero yo no tengo por qué ponerme ningún cartel de nada".