Lo que debería haber sido un vuelo rutinario para acudir a una gran cita, la última entrega de los Premios Forqué, terminó convirtiéndose en una pesadilla para Hiba Abouk (35 años). La actriz, que reside en París junto a su marido, Achraf Hakimi (23) y su hijo pequeño, cogió un avión desde la ciudad de la luz con destino Madrid sin saber que el viaje daría lugar a lo que ella misma ha definido como "los cinco peores minutos de mi vida".
Lo cierto es que todo comenzó mal, tal y como comienza a explicar en su cuenta de Instagram: "Les pedí a los azafatos que si me podían ayudar a colocar la maleta en el maletero superior y me respondieron que no, que ellos no están asegurados y si les pasa cualquier cosa no tendrían indemnización… ¿Perdona?". Tras recibir la ayuda de otro viajero, Hiba, que se quedó "bastante helada" con la respuesta de los trabajadores de la aerolínea, tomó asiendo sin saber que lo peor estaba por llegar.
No solo porque el despegue se retrasó una hora por problemas técnicos, sino porque cuando llevaban una hora de vuelo "nos anuncian que es inminente que hagan un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Burdeos". Una vez más, se sintió abandonada por la tripulación, que solo les dijeron "que leyéramos las instrucciones de emergencia que se encontraban en el bolsillo del asiento, y que si había que evacuar el avión lo hiciéramos sin efectos personales". Y aunque reconoce que solo fueron cinco minutos, se convirtieron en los peores de toda su vida, pues sólo podía pensar en su familia y "en que había una posibilidad de no volverles a ver. La idea de no volver a ver a Amín se me hizo insoportable…".
Una vez en tierra, y tras un aterrizaje "violento", las cosas no fueron a mejor pues tuvieron que ser evacuados por los bomberos, tras lo cual terminaron en una terminal muy pequeña para poder alojar a todos los pasajeros y es que no había ni asientos para todo el mundo. En su caso, se queja de que "estando embarazada (y encima habiendo pagado una plaza en business) no me ofrecieron ni un vaso de agua en ningún momento del vuelo, ni durante la hora que estuvimos sentados esperando a despegar, ni nada. Eso me hizo sospechar que algo raro estaba pasando en el avión, lo que no entiendo es que se arriesgaran a despegar".
"Lo primero que hice nada más pisar la terminal fue ir al baño, cerrar la puerta y llorar para soltar de alguna manera todo el miedo y la tensión que había tenido en el cuerpo", sigue narrando la protagonista de Madres, quien tras hablar con su marido y su representante decidió no esperara a que la compañía mandara un nuevo vuelo, algo que habría tardado unas 4 horas, y reservó otro billete con otra aerolínea.
"Acabo de aterrizar en Madrid, sana y salva y voy corriendo sin pasar siquiera por casa a cumplir con mi compromiso profesional. Aunque realmente lo que más me apetecía era volverme a París para darle un abrazo infinito a mi hijo y mi marido", acaba su relato Hiba Abouk, que si algo positivo pudo sacar de todo esto fue un mensaje para sus seguidores: "Disfrutad de cada minuto, intentad ver el lado positivo de todo (que lo hay), y sobre todo amad, mucho, sin mesura y expresarlo. Yo ahora os lo he dicho y os lo repito: os amo".
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