La agenda de la reina Letizia (49 años) continúa imparable, a pesar de la proximidad de la Navidad y el descanso que supone ese periodo vacacional. Este pasado domingo, día 12 de diciembre, la esposa de Felipe VI (53) llegaba a Dakar para presidir el acto de inauguración del Instituto Cervantes de Senegal, el primero que la entidad cultural abre en África subsahariana y donde ya había un aula desde 2010 ante el interés creciente del español en la región.
Junto a a la Reina han viajado el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo (63), y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero (63), quien ha realizado su primer viaje fuera de España desde el reciente fallecimiento de su esposa, la gran escritora Almudena Grandes, fallecida a causa del cáncer a la edad de 61 años.
A su llegada al pabellón presidencial del aeropuerto internacional Blaise Diagne a las 21:40 hora local, Letizia fue recibida por Marième Faye Sall (52), primera dama de la República de Senegal, cuyo outfit, en comparación con el de la reina de España, llamó bastante la atención.
La austeridad de Letizia al lucir un look que los medios han catalogado de "sobrio" contrastó radicalmente con el de la esposa de Macky Sall (60), el presidente de Senegal. Mientras que la soberana española optaba por un atuendo compuesto por traje de chaqueta de Hugo Boss en color azul marino y una blusa blanca, Marième Faye Sall seleccionaba un vestido y un turbante a juego en color rojo, quizá un guiño, un pequeño tributo a la bandera del país que representa su invitada.
Lo más impactante de todo es el espectacular bolso de lujo que cuelga del hombro izquierdo de la primera dama africana. Se trata de una pieza elevada a la categoría de obra de arte, diseñada por Mademoiselle Gabrielle Chanel hace más de seis décadas.
Es el modelo original del clásico 2.55 de la firma francesa, el más emblemático de la maison. Coco Chanel creó, en febrero de 1955, -de ahí su nombre, 2.55-, este bolso para "liberar a las mujeres de la esclavitud de los bolsos de mano, inspirándose en las bolsas que llevaban los soldados", tal y como recoge la revista Vogue.
Un pequeño pueblo a las afueras de París concentra toda la producción mundial de esta pieza de lujo, cuyo precio básico hoy es de unos 4.600 euros -supera los 5.000 si se trata de la versión jumbo, el de la primera dama Sall-.
El 2.55 atesora 18 horas de trabajo y entre seis y 15 personas involucradas en su proceso de creación, que consta de más de 180 etapas, todas indispensables y completamente artesanales para dar como resultado esta maravilla legendaria de la moda global.
El bolso de la primera dama es el genuino, el primero que diseñó Coco Chanel hace 66 años. En 1983, cuando Karl Lagerfeld tomó las riendas de la dirección creativa de la firma, decidió rediseñar el bolso introduciendo su ya icónico cierre giratorio con la letra C entrecruzada, el signo de la marca.
Efectivamente, Chanel lo creó sin logo, con el cierre plano, como el de Marième Faye Sall. En el año 2005, la maison gala relanzó el diseño clásico con solapa por el 50 aniversario del 2.55. El nuevo cierre se rebautizó como el Mademoiselle ("Señorita"), dada que Gabrielle Chanel nunca llegó a casarse.
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