Tan solo hace 48 horas que Ana García Obregón (66 años) comunicaba que su padre, Antonio García (95), permanecía ingresado luchando contra una infección. Dos días después, el pasado viernes, 1 de octubre, la actriz recibía buenas noticias, pues el promotor inmobiliario era dado de alta debido a su mejoría.
La revista ¡HOLA! ha comunicado que Antonio ha abandonado las instalaciones de la clínica Ruber Internacional, donde ha estado luchando para vencer la afección que lo mantenía ingresado. La misma publicación cuenta que el empresario permanece en casa al cuidado de sus enfermeras y atendido por sus tres hijas, Ana, Amalia y Celia.
Horas más tarde era la propia Ana quien se hacía eco de la mejoría de su padre a través de su cuenta de Instagram. Al lado de una fotografía en la que ambos aparecen abrazados, la actriz ha escrito: "Después de muchos días luchando en el hospital como un campeón ya estás en casita. Gracias Papá por regalarnos más tiempo". A lo que añade: "Da igual que sean días, meses, años… intentaré que volvamos a sonreír, y sobre todo a decirte muchas veces que te quiero para que nunca se te olvide".
Ana no se ha olvidado de sus seguidores, a quienes ha querido dedicarles unas palabras: "Gracias inmensas de todo corazón por vuestros miles de mensajes de cariño y apoyo. No creáis que no los leo, los leo todos, y cada uno es como una caricia que necesita mi alma".
Esta es una buenísima noticia para Ana, ya que ha visto cumplida su petición. En la misma publicación que comunicaba el ingreso hospitalario de su padre, se dirigía a él y le pedía que luchara: "Papá, estás luchando positivamente en ese hospital como el campeón que has sido toda la vida".
El promotor inmobiliario ingresó hace unos días en la clínica madrileña, donde se le tuvo que instalar un marcapasos. Sus hijas durante todo este tiempo han permanecido día y noche en el centro sanitario para estar al lado de Antonio en todo momento.
Durante el ingreso del empresario, se pudo ver a la familia saliendo de la clínica con rostro serio y en silencio, pendiente absolutamente de los progresos del patriarca. Y es que tras un año lleno de despedidas profundas, la actriz no ha podido evitar la gran preocupación por este nuevo revés en la salud de un ser querido tan importante para ella.
Antonio García es el pilar que le queda a la intérprete, como lo eran su madre y su hijo, a los que tuvo que despedir mucho antes de lo que ella hubiera deseado. Los cuatro formaban un vínculo inquebrantable, y esa unión era el mayor orgullo de Ana. Actualmente solo tiene a su padre, tal y como ella misma se lamentaba este verano en una imagen compartida en sus redes: "Cada vez somos menos, papá. Después de más de un año estando en el infierno he aprendido que 'la vida es un regalo demasiado frágil'. Disfrutad. Por los que no están. Por mí. Disfrutad, por favor. Cada segundo. Cada te quiero…", escribía. Y eso es lo que hace, disfrutar de cada instante con su padre y sus hermanas.
A pesar de haber dicho adiós físicamente a su hijo y a su madre, la actriz tiene constantes palabras para ellos a través de sus redes sociales. En Instagram rememora frecuentemente recuerdos de otras épocas más felices en las que toda la familia disfrutaba de veranos en Mallorca y navidades juntos. "Con estas imágenes del verano más feliz de mi vida, me despido del verano más triste de mi vida", recordando las tardes de piscina de 1992 -el año en que nació Álex- se despedía la intérprete de esta estación estival.
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