En medio de uno de sus años más duros, marcado por la muerte de su madre y la ausencia de su hijo, Álex Lequio, Ana Obregón (66 años) comienza a recuperar la sonrisa. En la clausura de la décimotercera edición del FesTVal de Vitoria, la actriz se convirtió en una de sus protagonistas al recibir el premio Joan Ramón Mainat, un reconocimiento que la llenó de alegría.
"Estoy muy emocionada, pero sobre todo muy agradecida. Había pensado algo, pero ahora ya no sé qué decir. Me entregáis este maravilloso premio Mainat a mi trayectoria y os puedo asegurar de corazón que ha sido un privilegio trabajar durante... ¡Madre mía! Casi cuatro décadas en mi pasión, en mi amor, en la televisión. Estaba recordando mi bautizo en la tele. Había solo dos cadenas, era un programa con Pedro Ruiz, un telediario de cachondeo que se llamaba El pirulí que te vi. Esto fue en el año 1983 y ese mismo año el gran Fernando Navarrete dijo 'esta chica vale' y dijo que podía hacer el programa de fin de año con seis horas en directo. Yo dije que también quería cantar y bailar y ahí me enamoré de la televisión", comenzó diciendo Ana Obregón en su emotivo discurso.
Visiblemente conmovida tras recordar sus inicios en televisión, la actriz, sin poder contener las lágrimas, expresó que está recuperando las fuerzas y las ganas de seguir adelante y recordó a los dos pilares fundamentes en su vida, que ya no están con ella físicamente: su hijo y su madre.
"Dalí dijo que la tele es esa pantalla en la que uno ve todo lo que se puede imaginar y yo nunca me imaginé estar aquí y lo que queda, porque sé que voy a tener fuerzas para seguir. Estoy más nerviosa que cuando me he puesto delante de España para dar las campanadas, se me ha secado hasta la boca que nunca me ha pasado. Sé que esta noche hay dos personas que estarían muy orgullosas de mí. Esas dos personas son mi madre y mi hijo. Este premio es para ti mamá y para ti Aless. También agradecer al FestVal que se acordara de mí. Bueno, hijo, mamá, ¡por vosotros!", dijo la intérprete, quien recibió el galardón de las manos de Boris Izaguirre (55).
Llena de emoción, Ana posó orgullosa con el merecido galardón y un espectacular vestido blanco de Redondo Brand con escote drapeado, que combinó con joyas de Rabat y una especial gargantilla con el nombre de su hijo. Aunque lució estupenda al recibir el premio, la actriz desveló que sufrió un percance con su diseño. "He tenido un problema, se me ha roto el vestido", comentó.
En su cuenta de Instagram, Ana Obregón volvió a compartir parte de sus emotivas palabras y aprovechó para agradecer a los espectadores, "los que encendéis el televisor para vernos, porque gracias a vosotros estamos aquí". Además, a los responsables de su estilismo y al escritor venezolano, quien también se hizo eco de esta noche tan importante en sus redes sociales. "Lo que más me encantó de su discurso de agradecimiento, aparte de dedicárselo a su madre y a su hijo, es que dijo que seguirá dando guerra. ¡Y paz! ¡Y amor!", escribió Izaguirre.
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